Life Reform.

Capítulo 10: Voluntad Inquebrantable.

Y allí estaba yo, rodeado de Milf, solo y con casi nada de fuerza mental, y tampoco fuerza física, así que por más quisiera moverme, de verdad no tenía las energías suficientes para hacer nada loco.

— ¿Qué las ayude?

No sé ni a donde ver, ay Arzuros si esto es obra tuya, la próxima vez que te vea te dará una paliza.

—Sara nos contó que sabe tratar con los males de los dragones, y que la ayudo con su dolor de espalda, y queríamos ver si podía ayudarnos.

Si no me desangro hoy será un puto milagro, ya huelo mi propia sangre en la nariz, aunque prefiero que salga por la nariz y no que se vaya a otro sitio.

— (Luke si ves que me vuelvo algo loco, asegúrate de que no haga una locura.)

— (Entiendo.)

—Entendiendo. Veré que puedo hacer, pero prepárense primero.

El ver esos cuerpos andar por allí sin nada, me estaba arrancando la razón.

— ¿Lex?

— ¡Ah sí!

— ¿Pasa algo?

—Eh no, lo siento, se me fue el tren de pensamiento por un momento, pero todo está bien ¿ya están listas?

—Así es, esperando por usted.

Ay dioses...

—Sara usted me ayudara, para que así aprenda hacerlo, al ser más grande y más fuerte que yo, se le hará más sencillo, solo debe prestar atención.

—Entiendo.

—Bien, a ver Dragonesas con su permiso.

—Adelante.

Tengo a Rose de frente, la cual es la Milf de escamas rojas, y se puede ver un poco la diferencia, entre las de ella y las de Sara, son un poco más grandes, filosas y puntiagudas, debe ser por su raza, pero la práctica sigue siendo la misma realmente.

—Rose voy a necesitar que te relajes para que sus escamas lo hagan. —Pedí a lo que ella asintió y se acomodó sobre el par nuevo de almohadas que había hecho para ella. —Justo así. Sara el truco esta en saber cómo tocar las escamas, debes tantearlas y la que sientas diferente del resto, esa es al indicada, el cambio es sutil, así que hay que ser cuidadoso de como se hace, se empieza de abajo hacia arriba desde la cola.

Mientras Sara y Vesta me miraban ya que la última esperaba su turno, por otro lado, las que estaban en proceso empezaron a jadear lo cual no me ayudó mucho.

—Lex creo que ya la encontré Lex.

— ¿Está segura?

—Sí, es la única que se siente un poco diferente a las demás.

Sus manos estaban sobre la zona entre los omoplatos nuevamente por lo que sería lo mismo que yo aplique hace tiempo.

-En ese caso, vas a juntar tus manos de esta manera dejando solo un pequeño espacio entre tus pulgares y tu dedo índice. —Indique al mostrarle como lo hacía.

—Bien. —Respondió haciéndolo mismo que yo.

—Perfecto justo así, ahora vas a colocar las manos justo sobre la escama que señalaste de esta forma.

—Entiendo.

—Muy bien Rose, quiero que respires profundo y lo aguantes.

—Sí.

—Eris debes hacer lo mismo.

—De acuerdo.

Ambas respiraron y sostuvieron mientras Sara hacia exactamente lo que yo hice, y en cuanto le pedí a Rose que soltara poco a poco mientras colocaba mis manos entre sus omoplatos, Sara me siguió para al final ambos hacer presión para que las vértebras sonaran.