Capítulo 25: La Ciudad Amurallada.

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No dormimos, no dormimos nada, cogimos toda la maldita noche en cada puto rincón de mi camarote. Mi vampira paso demasiados años sin sentir una verga y creo que la estaba necesitando demasiado, aun para cuando amaneció seguíamos cogiendo como salvajes, pero siendo conscientes de lo que implicaba el amanecer, movimos nuestro bochinche al baño, ya que teníamos que bañarnos, porque si no el olor a bueno sexo estaría en ambos todo el día, y si Safira se daba cuenta, las cosas se podrían peligrosas.

Ya cuando escuche el crujir de la cama de Safira al moverse. Aceleramos las cosas para cambiarnos he ir a la cocina a preparar la comida de todos, ella conmigo, y con una gran y algo estúpida sonrisa en su cara.

Al final de todo, Débora si necesitaba una buena cogida como había dicho tiempo atrás.

—Si te sigues riendo así, van a sospechar, aunque te ves tan linda joder, ojala pudiera tomarte una foto.

—No puedo evitarlo... estoy muy feliz Lex, no creí que pudiera sentirme tan feliz y bien conmigo misma.

Es increíble cómo puede cambiar la actitud de una mujer luego que le sacas el corcho.

—Yo también lo estoy, fue una gran noche, algo salvaje, y creo que tal vez nos pasamos un poco y con un poco me refiero a mucho...

—No me arrepiento de nada Lex. Hace mucho que esperaba me hicieras tu mujer, y fue algo increíble, de verdad eres un hombre insaciable y tan vigoroso...

—Yo solo lamento no haberme hidratado más, así que lo mejor será hacer este desayuno rápido. Si nos poníamos a beber ron mientras lo hacíamos, ambos estaríamos muy ebrios ahora, y no es la idea.

—No, creo que no, sé que ebria perdería el control y si no estás tú sobrio para detenerme, quien sabe que hubiésemos hecho.

Se podrán imaginar lo cerquita que esta de mí, y lo iluminada que esta su cara, no la puedo culpar, lo de anoche fue muy genial, y sumándole a eso lo flexible que Débora es, más lo blanquita que es, solo lo hizo mejor, por la ropa no se nota, pero debajo hay muchas marcas de mis manos en ese trasero y uno que otro chupón por allí, solo espero sus uñas no se me vean mucho en la espalda.

En cuanto terminamos la gran tanda de desayuno, sentí a Lula parada detrás de nosotros, y al verla, su cara de alegría me dijo todo.

—Tierra a la vista Maestro.

—Se supone que eso se grita Lula, pero gracias de igual manera. ¿Podrías ir a despertar a todas? debemos prepararnos en ese caso.

—Claro Maestro.

Me ahorrare el momento del desayuno, fue lo normal de siempre, solo que Débora estaba casi sentada en mis piernas dándome ella de comer mientras yo me hacia el pendejo para que las chicas no sospecharan nada, aunque sé, que Infinity lo sabe, su cara me lo dice, pero está muy distraída mirando con cuidado todo lo que le rodea como para tomarle verdadera importancia al asunto.

Bien señoritas, las quiero a todas listas para lo que sigue, en cuanto despejemos la costa y liberemos esa zona, Safira, Perla y yo las movilizaremos hasta la ciudad, si vemos que las cosas están feas, lo primero será acabar con los enemigos en el campo de batalla, no quiero llegar a una ciudad donde están en plena batalla, y además el ver que acabamos con las tropas, solo nos dará más carisma para los presentes.

—Buena idea Lex.

—Ya sabe cada una lo que debe hacer, atacar con poderío, y tener cuidado de no dañar a las tropas de la ciudad, así que vigilen eso. Dependiendo de qué tan grande sea el ataque nos dividiremos en grupos para lidiar con las tropas, vamos a un lugar frio, ya desde aquí deberían sentirlo, así que no se descuiden.

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