El banquete de los Reinos.

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—Ya quiero irme. —siseo Yukhei dejándose caer en el sofá al lado de su hermano mayor.

Habían llegado la noche anterior, cuando todos, los reyes y príncipes habían sido convocados para un banquete de celebración en el palacio de la Casa Kim.

—Silencio. —siseo Yixing, mientras acomodaba la corbata de ChenLe.— El oráculo ha revelado un año de gran bendición para todo el Reino nuevamente, es un banquete en honor a la amabilidad de los dioses y el poder del oráculo.

—Oh, wow, interesante... sigo queriendo irme. —bufó haciendo que su padre rodara los ojos.

—Lastima bebote, porque tienes que sentarte ahí y comer como una jodida persona normal ¿Entendido? —siseo sin nada de humor.— Si no, yo personalmente te haré dormir en una cama de clavos por el resto de mi vida... 

—Pero, papá... —Kun suspiró.— No es como si estar en la misma mesa que ellos fuera un sueño hecho realidad...

—¡Nada! —exclamó antes de hacer que Yukhei se pusiera de pie acomodando su saco y su insignia del Reino Zhang.— Además, estoy seguro de que los Príncipes MinHyung, Renjun y Sicheng estarán felices de verlos... —dijo con una sonrisa y sus hijos casi vomitan.

Si, como no.
Al menos ellos podían dar fe de algo, ninguno de los Príncipes quería estar ahí.

El pasillo estaba iluminado, todos con sus trajes detrás de estandarte, que mostraba el emblema de cada casa.

Los Reyes se saludaban con una sonrisa al pasar, los Príncipes inclinaban su postura hacía ellos con respeto, pero se ignoraban entre ellos lo más posible. El día anterior habían pasado por los incómodos saludos, presentaciones innecesarias, tomando en cuenta que se conocían desde que abrieron los jodidos ojos.

—El Reino Byeol de la Casa Kim, Su Majestad el Rey JongWoon y el Rey consorte Ryeowook, junto a su alteza Real, el Príncipe JungWoo y el Príncipe Donghyuck, les dan la Bienvenida al Banquete de los Reinos. —proclamó un mensajero y las puertas se abrieron para que pudieran pasar.

Los primero fueron el Reino Bam, encabezados por los Reyes Sehun y Baekhyun, unos pasos atrás, los Príncipes YoungHo, MinHyung y Hendery entraban con paso firme y mirada altiva, orgullosos de ser llamados primeros ante la presencia de Su Majestad. El Reino Ma-Eum le siguió, los Reyes HyukJae y DongHae, con sus características sonrisas ayudaron a ver de una manera menos odiosa la actitud de sus hijos, los Príncipes Dongyoung, Xiaojun y Jeno.

El Reino Bul pasó como un huracán, la etiqueta salió por la borda y los Príncipes Kun, Yukhei y Chenle caminaron rápidamente, empujando a sus padres hacía adelante para presentarse antes la familia real y evitar tanto dramatismo.
El Reino Keun, con los Príncipes más tranquilo y amables, el Rey JungSoo y el Rey HeeChul no podrían tener una sonrisa más complacida al ver a sus hijos caminar de manera tan llena de gracia delante de su alteza y los otros príncipes, claro, si evitamos decir que Chittapon estaba rodeándolos al Príncipe Hansol y SiCheng con la misma gracia que el desprendía.

Todos se pusieron nerviosos cuando el Reino Ttang entró, con pasos altaneros, el Rey Chanyeol al lado del Rey Kyungsoo, sus hijos, su bien tranquilos desprendían un aura de maldad, mientras parecían ver a todos lados en búsqueda de algo, Jungwoo sonrió ligeramente al ver el ceño fruncido de Taeil y Renjun... estaban locos si creían que iban a colocar centros de mesa después de la última vez, Taeyong por su parte entro despreocupado y arrogante, su rostro reflejaba que tenía cosas más importantes que hacer que vestirse de gala y colocarse la insignia de su reino, Dongyoung no pudo evitar rodar sus ojos al verlo.

El Reino CheinGug llegó y es el que todos lamentaban desde el fondo de su corazón, el Reu Kyuhyun entro de la mano de su consorte, el Rey SungMin, cerca de ellos, Jaemin y Jisung entraron con un temple tranquilo e indiferente... hasta que el Príncipe Yuta apareció y no hubo un solo par de ojos que no se posaran en él, en su elegante forma de caminar, su sonrisa resplandeciente, el aura de coquetería magnética que resplandecía a su alrededor... bueno, tal vez, un par de ojos si mantuvieron su mirada al frente, en un punto dijo sobre el trono del Rey de Byeol... Xiaojun, Yuta gruño por lo bajo y su ceño se fruncio... el jodido estaba ignorando su presencia de nuevo a pesar de que estaba poniendo todo su empeño en llamar su atención, de mala gana, se colocó al lado de sus hermanos y las miradas vagaron perdidas por un momento... él no quería sus miradas, él quería la mirada del único que nunca volteaba a verlo.

Bendición de los dioses | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora