Un príncipe valiente.

1.7K 285 63
                                    

Él simplemente no podía dormir, se giró de nuevo, viendo al techo que estaba adornado con detalles de oro, su mirada tan perdida por cada uno de ellos que se estremeció del susto al sentir la mano fría de Kun contra su piel.

—¿Estás bien? —la voz áspera de su prometido le hizo temblar, su dedos moviéndose delicados por su piel descubierta.

No. —quiso decir, pero Kun había sido especialmente agradecido por lo que había hecho por su hermano Chenle, sí antes el mayor lo trataba como a una figura de cristal ahora lo trataba como algo divino, no podía afligirlo—. Solo tengo calor... —murmuró con una pequeña sonrisa que Kun besó, contacto que fue suficiente para hacerle tener paz por un momento—. Iré por un vaso de agua a la cocina... ya vuelvo.

—¿Seguro? puedo ir yo a traerlo... —negó el mayor, incorporándose de la cama pero Chittaphon colocó una mano sobre su pecho y negó.

—Está bien cariño, ya iré yo. —exclamó, dejando un pequeño beso en sus labios antes de levantarse y caminar descalzo por el frío suelo del palacio del Oráculo.

Se sentía agotado y decaído, sabía que su rostro lo refleja al menos un poco y si alguno de los príncipes o sus hermanos le preguntaran el por qué está triste el negaría... no estaba triste, no se sentía infeliz, no renegaba por lo que había hecho, él volvería a salvar a Chenle sin dudar... es solo que se sentía extrañamente vacío... se sentía flotante en la nada.

Caminó despacio, sus pies ligeros mientras sus dedos tocaban las paredes de los pasillos y los cuadros con pinturas de antiguos reyes y príncipes, se preguntó si ellos se habían sentido alguna vez como él, si también se habían sentido tristes y solos. Pasó el largo comedor, preparado para que todos los príncipes se pudieran sentar en él y se dirigió a la puerta que le abría el pasillo a la cocina, entró sintiendo el olor de la vainilla y su mirada se conectó rápidamente con la de alguien más.

—Creí que era el único que no podía dormir...

—No lo hago público, ya sabes, es irónico que yo no pueda dormir. —burló YoonOh con gracia, pero su sonrisa se veía apagada—. ¿Quiéres? —preguntó, señalando unos pequeños bollos, se veían suaves y olían a pan recién hecho—. Comer me hace ignorar el hecho de que soy una mierda y no puedo dormir...

Chittaphon se acercó cauteloso, sabía que Irene había quitado los dones de los demás por ahora, pero se podía confiar en YoonOh tanto como en Taeyong o incluso en su hermano Hansol, todos eran conocidos como traidores, así que tomó uno de los bollos en sus manos de manera cautelosa y le dio una pequeña mordida, el sabor era maravilloso como lo imagino, buscó un vaso y cambió rápidamente el agua por leche.

—¿Por qué no puedes dormir? —preguntó YoonOh y él tragó el bocado lentamente, pensando que podría decirle.

—Tenía sed... ¿y tu?

Los ojos del menor se apagaron un poco, una sonrisa triste apareciendo por su rostro mientras observaba su propio vaso de leche entre sus manos—. Se lo que los demás dicen de mi, Chittaphon... no solo entró a sus sueños, sino también a sus pensamientos mientras duermen... se que piensan que soy un maldito y si, lo soy... pero ya me canse de serlo por hoy, estoy tratando de ser amable y preguntar por qué jodidos no puedes dormir, podrías, por favor distraerme de mi mierda y responder. —siseo molesto, su mandíbula tensándose mientras evitaba verlo.

Chittaphon sintió el aire atorarse en sus pulmones, su mano bajo, colocando el bollo en la mesa antes de suspirar—. No eres el único que es una mierda aquí... —susurró viendo sus manos—. Me interior se divide entre compadecerme a mi mismo y sentirme mal por desear que las cosas fueran diferentes...

Bendición de los dioses | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora