Reino Bam, Casa Suh.

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MinHyung agudizó su oído.

Su rostro giró ligeramente hacía la derecha, donde hace un momento unas hojas habían sido pisadas. Su arco entre sus manos, su cuchillo a un lado mientras movia su cuerpo con rapidez antes de que el venado saliera corriendo frente a sus ojos.

El Príncipe gruño, vio hacia la luna, que se colocaba sobre él en una especie de protección y sonrió hacia ella, hacia Artemisa... su diosa.

Los aullidos lo reconfortan y un lobo se posiciona a su lado, su pelaje plantinado brilla con la luz de la Luna. Dulcemente pasa su mano por el pelaje de mientras continúa escuchando a su alrededor.

- Tengo una idea de quién es el venado. - exclamó. - Pequeña mierda escurridiza... ¿Es Yangyang cierto? - un aullido de afirmación lo hizo sonreír. - Me gusta que me recuerdes los movimientos de todos... lo hace más real. -

Los arbustos se movieron cerca de él, mientras los gruñidos se escuchaban cerca, poniendo a MinHyung alerta.

- Creí que solo sería uno... - murmuró, pero el lobo ya no estaba a su lado.

Sus ojos observaron su alrededor, que a pesar de estar inundado en oscuridad, era fácil para él ver a través de ella. Más gruñidos a su izquierda y parte trasera lo hicieron sonreír.

- Los coyotes están cazando... - susurró, su mano alcanzando su cuchillo cuando el primer coyote salió despacio hacia él, los demás siguiendolo cada uno en su lado buscando acorralar al Príncipe.

Lanzó varias flechas sin problemas, pero los animales las evitaban con rapidez, el mayor decidió atacar en el momento en el que el Príncipe tomaba el cuchillo y se preparaba para embestir en contra del animal que mordió su brazo contrario con fuerza, la mano de MinHyung tomó el mango de su cuchillo...

- ¿Dónde está YoungHo? - la voz del Rey consorte BaekHyun sonó en el cuarto de entrenamiento, haciendo que Hendery dejara caer a MinHyung de golpe. - ¡Ten más cuidado con tu hermano! -

- Perdón, padre, solo estábamos practicando las habilidades de caza de este tonto. - el menor sonrió ampliamente.

- Se llama MinHyung. - siseo BaekHyun. - En realidad, deberías decirle Príncipe MinHyung, pero ya... ¿Dónde está YoungHo? -

- En Byeol. - MinHyung exclamó antes de acomodar su arco y sus flechas de nuevo. - El Solecito secó los campos de nuevo. -

- Sabes que al Príncipe Donghyuck no le gusta que le llames así, déjalo. - exclamó su padre haciendo a MinHyung rodar sus ojos. - ¿Acaba de irse? No vi a ningún mensajero del Rey. -

- Se fue en la mañana. - Hendery sonrió. - Vi que el Príncipe Jungwoo lo necesitaba... así que se lo dije, fue un favor, lo mínimo que podía hacer para el servicio de Su Majestad. - exclamó haciendo una ligera inclinación haciendo a su padre sonreír.

- ¡Oh! Es perfecto. - exclamó BaekHyun mientras aplaudía animadamente. - Iré a decirle a toda prisa a Su Majestad. - su cuerpo giró hacia la salida mientras una amplia sonrisa aparecía en su rostro, sus pasos se detuvieron. - Si están entrenando, podrían llamar al Príncipe Yangyang. - dijo tomando a Hendery por sorpresa.

- ¡No! - gritó haciendo que MinHyung lo viera asustado. - Digo... -

- ¿Qué? - BaekHyun lo vio molesto. - No me levantes la voz, no hay mejor guerrero que el Príncipe Yangyang y de paso pueden conversar un poco de... -

- Él dijo que no podía. - exclamó el menor con la mirada fija en su padre, sus ojos tornandose tornasol al igual que los ojos del mayor. - ¿Recuerdas? Él también tiene que entrenar... me lo dijo. -

- Sí... sí lo dijo, me contaste. - BaekHyun asintió mientras recordaba. - Te mandó una carta ¿Cierto? -

- Sí, lo hizo... el Príncipe Yangyang no puede venir, porque está entrenando para defender el Reino ¿Bien? - Hendery con la mirada fija en su padre. - Sería un mal prometido... si interrumpo cosas importantes para él. -

- Sí, Hendery... tienes razón, sigan entrenando ustedes. - exclamó y su mirada volvió igual de cálida que hace un momento. - Iré con Su Majestad, luego tomaremos un poco de té. - dijo, antes de salir dejándolos solos de nuevo.

Hendery mordió su labio nervioso, mientras agradecía que no hubiera nadie más en la habitación aparte de MinHyung.

- Y haz manipulado los recuerdos de nuestro padre de nuevo. - siseo su hermano mayor mientras reía. - Te regañaria... pero te la debo por la vez que lo hiciste cambiar de opinión de llamar al niño llamas. -

El menor bufó. - Yo tampoco quería que Chenle viniera... la última vez me quemó un poco del cabello. -

- Lo sé, los demás no te importamos. - burlo MinHyung. - Pero ya, en donde nos quedamos... - exclamó y Hendery asintió.

Un trueno se escuchó con fuerza y ambos sonrieron. - Parece que YoungHo ya llegó a Byeol. -

- El idiota de Jungwoo... arruinando toda la diversión como siempre. - Hendery negó. - YoungHo tampoco quiere esto, pero ya debería ir acostumbrandose a la idea de que no será Rey, que deje ya de lado su mierda y aprenda a ser un buen consorte. -

- Uhhh, el Príncipe diciendo palabras sucias. - su hermano mayor lo vio con diversión. - ¿Ya le dijiste a Yangyang que aprenda a ser un buen consorte? -

- Callate y empieza. - siseo Hendery. Casi al instante, su alrededor cambio de forma. MinHyung apretó con fuerza su arco cuando el bosque los rodeo de nuevo y la Luna lo saludó de nuevo. - Por si no lo habías notado... que sé que no, son tres coyotes y un venado. -

- Genial. - el mayor sonrió en el momento en el que sacaba una flecha y la colocaba en su arco, listo para disparar. - ¿Son cambia formas? Por favor, dime que lo son... -

Hendery sonrió. - Sí, tus favoritos... Haechan, Taeyong y Chenle... el venado ya lo sabes, es Yangyang, matalo por mi. -

- Será un placer. - susurró antes de que su flecha fuera soltada y lastimara el primer coyote... nada es más divertido que mata al Príncipe.

Oh, si tan solo fuera real.

Bendición de los dioses | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora