Reino Him, Casa Jung.

1.8K 318 37
                                    

—¡Y entonces! —exclamó Yangyang emocionado.— El espía entra por la ventana de enfrente, le dispara a través de ella justo en el puto corazón y se muere, un plan aprueba de tontos. —siseo feliz, una sonrisa extendiéndose por su rostro bajo la perturbada mirada de los mayores.

Silencio, el silencio se extendió por varios minutos mientras los concejales se veían unos a otros confundidos, el encargado del ejército revisaba el elaborado croquis que el Príncipe les había entregado, comprando que, efectivamente, el plan era claro... incluso la parte de la distracción.

—¿Qué? —el Rey JongDae lo veía confundido.— Espera... tu... ¿qué?

El menor hizo rodar sus ojos, una respiración pesada salió de sus pulmones y vio a los mayores con molestia, maldición ¿lo iban a hacer explicar de nuevo?

—¿En dónde se perdieron? —preguntó ordenando sus papeles de nuevo y moviendo su pequeña maqueta en el centro.— Vamos a empezar desde cero...

—Pero... pero... ¿cómo está seguro que un traidor estará en la habitación de Su Majestad el Príncipe Hendery justo en ese instante? —preguntó un valiente y Yangyang lo fulminó con la mirada haciéndolo temblar.

—Informante confidencial. —murmuró, pero eso no convenció por completo a su padre.

—¿Quién es tu informante, Príncipe Yangyang? —preguntó el Rey de nuevo y el menor lo vio con un puchero.

—Alguien. —

—No voy a lanzar una misión de "rescate" para dispararle a alguien que este en la habitación del Príncipe Hendery sin estar seguro de que no es él. —JongDae negó, sus concejales asintieron.

—¡No es él! —Yangyang gimio molesto.— Él, esto.... me estoy pre-pre... preocup-pando por mi p-prometido. —dijo a duras penas.— Dispararle al bastardo es lo mejor.

—Si estás preocupado, mandaré un aviso al Rey SeHun para que mantenga vigilada la habitación del Príncipe, pero no vamos a... —

—¡Papá! —Yangyang lo vio estresado.— ¡Confía en mi!

La mirada del Rey se fijo en su hijo, el menor se encogió un poco al sentir el peso sobre él, se removió incómodo esperando algún comentario de parte de su padre y observó como los concejales esperaban igual que él.

—Una disculpa por hacerlos venir tan temprano. —agregó el Rey después de unos minutos.— Pueden retirarse... —pidió hacia los mayores que asintieron antes de salir de la sala, dejando por completó al Rey con su hijo.— ¿Estás preocupado por Hendery?

—¿S-sí? —las mejillas de Yangyang se tiñeron de rojo por su mentira, pero su padre lo interpretó de una manera diferente.

—Entonces tu... ¿has estado vigilando su habitación? —preguntó el Rey, sorprendido y coqueto, su hijo enrojecio aún más.— Nunca supe que lo visitaras...

—N-no, yo... —

—Es lindo que te preocupes por él, es lo que debes hacer, cariño, apoyar a Hendery. —JongDae apretó su mano y Yangyang sufrió un tic nervioso.— Pero no puedo lanzar un ataque de defensa contra sus aposentos sin pruebas, Baekhyun me matará si por accidente lastimamos a Hendery.

—Sí... por accidente. —gruñó el menor, levantándose de golpe recogiendo sus carpetas y guardando sus folletos en orden.— Sería una pena... me retiro. —siseo tomando la carpeta y su maqueta del castillo del Reino Bam.

—Yangyang, amor, si tanto te preocupa, mandaré una mensajero de inmediato para invitar al Príncipe a quedarse aquí unos días y de paso se conocen más y conviven. —exclamó el Rey levantando su mano y al instante un sirviente salió del salón para hacer la tarea.

Bendición de los dioses | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora