¿Deberíamos besarnos para romper la tensión? (3/3)

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Taeil regresó a su habitación después de hablar un momento con Renjun y Jisung, ambos emocionados por un plan de dominación mundial con zombies, a simple vista podía verse que se llevaban bien, pero él sentía que solo de usaban entre si para el mal, tocó un par de veces antes de entrar a su habitación porque era mejor hacerlo antes de que Don Gruñón lo llamara maleducado.

Entró y se sorprendió por el silencio, Hansol estaba acostado en su cama, dormido y la culpa se removió en su corazón al pensar que había sido él que el no lo había dejado dormir.

Se acercó con cuidado, contemplando el rostro de Hansol, tan marcado y firme, la sábana que tal vez lo cubría cuando recién se acostó estaba en el suelo así que se agachó para recogerla y lo cubrió con ella hasta el cuello, su mano se estiró hacia su mejilla, pero se detuvo, regresandola hacia él, quedándose solo contemplando al mayor.

—Estás loco, Taeil... muy loco. —dijo para si mismo, mientras negaba y se giraba hacia su cama, pero una mano en su muñeca lo hizo detenerse, su mirada conectó con la de Hansol, que lo observaba desde la cama.— L-lo siento, no quería despertarte...

Una sonrisa apareció en el rostro del mayor, extraña e indescifrable, jaló su brazo con fuerza haciendo que Taeil cayera en su cama y los brazos rápidos lo rodearon, sus piernas se enredaron, dejando sus rostros muy cerca.

Taeil tembló, sintiendo la respiración de Hansol en su rostro, sus labios cerca de su nariz y solo pensó mil veces que con apenas moverse podría besarlo, pero no iba a hacerlo, definitivamente Hansol tenía una razón lógica para haber hecho eso, le gritaría o algo así.

Tal vez lo empujaría de la cama como el hizo esa mañana, definitivamente, eso debe ser... al final, Hansol es bendecido por Némesis ¿no? la venganza debía carcomer por dentro y aunque no pueda usar sus dones para vengarse lo hará de la manera normal, claro, eso era.

El cuerpo de Taeil se relajó con esa idea, pero no va a negar que en su interior se sintió triste. Fortaleció su corazón, lo protegió y se preparó para lo inminente, para el golpe de Hansol directo en su orgullo. Así que mientras el mayor seguía contemplando su rostro, él desvió la mirada, cerrando sus ojos, esperando el golpe venir.

Pero en contra de todo lo que había pensado, solo le dio más espacio para que el rostro del mayor se colocara en la hendidura de su cuello, la piel de Taeil se erizo y sintió su corazón latirle en la garganta cuando los gruesos labios de Hansol cepillaron la zona con cuidado, con ojos cerrados y respiración lenta.

—¿H-hyung? —susurró, con el hilo de voz que logró sacar de su interior.

—¿Mhmm? —murmuró, pero Taeil no se creía capaz de hablar sin soltar un jadeo ridículo.— Que rico hueles... —exclamó el mayor, inhalando con fuerza el aroma del menor.

—¿Q-qué? ¿oler? —preguntó Taeil, sintiendo las pestañas hacerle cosquillas en la mandíbula.

—Mjm. —Hansol afirmó, tocando la cintura de Taeil con sus dedos y moviéndolos circularmente para destensar al menor, el podía sentir como estaba a la defensiva, como su cuerpo estaba rígido, listo para correr si era necesario.

Él no quería que Taeil corriera lejos.

—Hyung... yo, creo que tengo que irme... no puedo estar en su cama y... —

—Ya estuviste aquí. —exclamó, sus brazos acercando más su cuerpo al de él.— Qué importa ya...

—Hansol... —gimió, sintiendo los labios del nombrado dar un beso cerca de su oreja.— ¿P-por qué estás haciendo esto? Sueltame...

—Obligame enano. —repuso el mayor, pasando un pierna sobre las suyas, descolocando a Taeil al sentirse en una posición tan íntima.— Así me hubiera gustado que fuera...

—¿Qué? —

—Despertar contigo. —susurró y el contrario giró su rostro para verlo, sus ojos abiertos, sus labios rosados y su piel tibia.— Me hubiera gustado más que fuera así, teniéndote en mis brazos y no que me tiraras a la mierda...

—L-lo siento. —murmuró Taeil, perdiéndose en los labios de Hansol por un momento.— Fue un accidente...

—No importa. —Hansol se encogió de hombros, acercándose hasta rozar su nariz con la de Taeil e inhalar de nuevo.— Es extraño, todo esto... no tiene sentido para mi, solo siento que tengo que tenerte cerca.

—¿En serio? —Taeil subió su mano con cuidado, acunando el rostro del mayor en su palma.— Esta no es ninguna de tus malditas venganzas ¿verdad?

Hansol soltó una carcajada, en serio lo hizo pero no de burla, Taeil lo había hecho reír en serio y junto sus cuerpos más si fuera posible, su nariz rozando su mejilla mientras sus labios dejaban perezosos besos en la zona.

—Como quisiera que lo fuera, pero hasta que no entienda bien qué me hiciste no me puedo vengar o arruinarte. —la respiración caliente de Hansol erizaba la piel del menor, sus ojos veían fascinados como Taeil se sonrojaba y se removía, acercándose a él y a su tacto.— ¿Qué me hiciste?

—N-nada... —murmuró, sobre los labios de Hansol, sintiendo el deseo casi incontrolable de besarlo.

—Lo sé... por eso te odio, si me hubieras hecho algo, tendría una excusa para... —sus ojos se cerraron cuando sintió los finos labios de Taeil sobre los suyos, nerviosos y apresurados, tratando de besar, chupar y morder a la vez.

La mano grande de Hansol tomó su rostro, un dedo en su barbilla que se empezó a mover con cuidado buscando tranquilizar al menor y rentalizar el beso, dándose el tiempo de disfrutar los labios de Taeil, su sabor y textura.

—Y-ya puedes vengar tu orgullo. —murmuró, apenas con un hilo de voz sobre los labios del mayor.

—¿Has escuchado eso de pagar con la misma moneda? —Hansol rozó el labio inferior con su dedo, sintiendo la piel caliente y el sentimiento expectante de de Taeil.

—S-sí... —

Fue el turno de Hansol de acercarse, tomando su boca, sus labios, rozando su lengua y tocando su piel. Lo necesitaba, no sabía por qué, no entendía el por qué, solo sabía que necesitaba besarlo para sentirse bien, el sentimiento era extraño pero no feo... del todo.

—Te odio... —

—Cállate. —jadeo Taeil besándolo de nuevo, abriendo su boca para que la lengua de Hansol entrara a su gusto mientras sus manos apretaban su cuerpo.

Tal vez Irene no los estaba drogando, pero los besos de Hansol definitivamente eran una especie de droga.

—Si en serio tienes la misma loción que y-yo... usala. —pidió, besando su labio inferior y jalándolo con cuidado, Taeil asintió, con mejillas rosadas y labios abultados.— Necesito sentirlo en ti...

La obediencia le encantó, solo la idea de tener a Taeil en sus brazos con su aroma lo estaba volviendo loco, quería sentirlo, no solo imaginarlo, necesitaba olerlo y probarlo directamente de su piel... Hansol había encontrado una nueva diversión, con nombre y apellido.

Bendición de los dioses | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora