Capítulo 9

722 58 7
                                    

Katniss

Clove y yo llegamos a los pocos segundos a las oficinas, Esnobaria estaba detrás de su escritorio con cientos de papeles sobre la mesa.

—Buenos días, Esnobaria.

—Buenos días, señoras Mellark — habló ella que levantaba por unos segundos la vista de sus papeles.

—Me iré a ver a Cato después paso a despedirme.

Clove se alejó para irse a la oficina de Peeta. Iba a ir directo a mi despacho pero recordé que tenía que hablar con la señorita Cartwright.

—Esnobaria —llamé a la mujer trigueña—, ¿Ya llegó la señorita Delly Cartwright?

—Sí, ella se encuentra ahora mismo hablando con Glimmer, le puedo pedir que vaya a verla cuando se desocupe.

—Eso sería genial muchas gracias.

Terminé la conversación y ahora sí me encerré en mi oficina. Hice unas cuantas llamadas a mis clientes, revisé algunos papeles y organice mi agenda, la que después le mostraría a Peeta y a mis cuñados para que vean como podrían manejarse. Unos golpes se escucharon del otro lado de la puerta.

—Puede pasar.

—Siento molestarte, Katniss —era Esnobaria—, pero la señorita Cartwright ya se encuentra aquí.

—Puedes dejarla entrar y gracias nuevamente.

Una joven rubia y de ojos azules entró a mi oficina. Era demasiado bonita, estaba segura que no pasaba de los 30 años.

—Buenos días, señora Everdeen — habló ella con amabilidad.

—Señora Mellark — dije haciendo énfasis en el apellido de mi marido que ahora me correspondía a mí también —. Buenos días, tomé asiento por favor.

—Gracias —decía mientras taba asiento en una de las sillas que se encontraban al frente de mi escritorio—. Me gustaría saber de que quiere hablar conmigo ya que no tenía pactado hasta el momento una reunión con usted.

—Me tendré que ausentar en unos meses, tendré que dejar de venir, trabajaré desde casa pero habrán muchas cosas que no podré hacer presencialmente —comenté mirándola fijamente—, tomaré una licencia por maternidad y algunos de mis casos quedarán pausados hasta que regrese y no quiero eso. 

—¿Usted esta embarazada o es por su hijo pequeño que se va? —preguntó, sus ojos estaban posados en una fotografía que tenía sobre el escritorio, éramos Peeta, Lorenzo y yo en las vacaciones de verano.

—Estoy embarazada y también quiero pasar más tiempo con mi hijo

—Felicidades y debo admitir que tiene una familia muy bella.

Miré algunos de los papeles que tenía en una carpeta y le dije.

—Gracias, es claro que me gustaría que podamos arreglar cuales de los casos te daré a ti antes de irme.

—Esta bien voy a hacer todo lo posible para que ganemos esos casos — se la notaba emocionada.

No aguante más y le pregunté.

—¿Cuántos años tiene?

—Tengo 25 años, el año pasado me recibí de abogada y estuve trabajando un tiempo.

—Le deseo un gran año.

—Muchas gracias —se paró de su asiento—. Si ya no me necesita, me gustaría retirarme para leer un caso que su cuñada me paso.

Si la necesitaba o no, eso no se podría saber porque ella quería escaparse de mi oficina como si algo la estuviese matando por dentro.

Negué con la cabeza, ella casi sale corriendo de mi oficina, había dejado la puerta abierta. Me acerqué para cerrarla pero vi a Peeta a unos metros míos. Él se acercó a mí y me dio un beso.

—Veo que conociste a Delly, no sé que le habrás dicho pero salió corriendo y ni siquiera me saludo —dijo, sentándose en uno de los sillones que tenía en un rincón junto a una mesa ratona.

—No le he dicho nada malo —me defendí y me senté sobre su regazo.

—Estás muy hermosa, bueno, siempre lo estás.

—Ay, Peet. Te amo.

—Yo a ti, amor.

Antes que me olvidará tenía que decirle lo que me había pasado hoy con el joven del ascensor.

—Cuando íbamos con Lolo en el ascensor nos cruzamos a un joven que estudio contigo.

—¿Cómo era su nombre? —preguntó interesado.

—Su nombre era Gale, Gale Hawthorne.

La expresión de Peeta fue de sorpresa pero después sonrió.

—Sí, lo recuerdo compartíamos algunas clases —comentó—, ¿Qué pasa con él?

—Iba a una entrevista de trabajo y si no le iba bien, ya que estaba llegando tarde, le dije que podríamos contratarlo porque necesitábamos un poco más de ayuda.

—Entonces le pediré a Esnobaria que consiga su número telefónico así le hacemos una entrevista.

—Creo que no hace falta conseguir su número porque vive en el mismo piso que nosotros — expliqué acariciando el rostro de mi esposo.

—Kat, eres perfecta —susurró en mi oido—, no te voy a mentir, no sé que hice para merecerte.

—Yo soy la que no sabe que hice para merecerte.

Perder Tu Amor ||Everlark|| [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora