Capítulo 14

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Katniss

Mis días de reposo habían comenzado y las vacaciones de invierno de Lorenzo también. Mis días se basaban a estar acostada en la cama, comer con Lolo y volver a acostarme ya sea en el sillón o en la cama junto a mi hijo. Peeta preparaba el desayuno por la mañana antes de irse.

El teléfono de la casa empezó a sonar haciendo que deje de mirar tele.

—¿Hola? — pregunté, sentándome el el sillón.

—Hola Katniss soy Annie.

—¿Cómo estás?

—Bien y ¿Ustedes?

—Muy bien , ambos acostados —respondí, haciendo referencia en mi reposo y que Lolo se la pasaba acostado a mi lado cada vez que podía.

—Espero que no te moleste pero Rufi y yo queremos ir a verlos además tengo que ir a buscar a Lolo porque Finn sale más tarde.

—Claro, las esperamos.

Annie se despidió diciendo que en media hora venía para acá con la pequeña Rufina. Le pedí a Lorenzo que buscará la ropa y las cosas que llevaría a la casa de su padre. Le expliqué que Annie pasaría por él pero que se quedaría un rato en casa con Rufina.

Lorenzo comenzó a saltar de la emoción, me hizo reír parecía un canguro. Corrió hasta su cuarto para ir por los juguetes que le prestaría a su hermana los cuales no serían de ningún daño para ella.

Media hora después, el timbre del departamento sonó, miré por la cámara de seguridad y vi a la esposa de Finnick con la niña en brazos. Me pare para ir a abriles la puerta.

—Hola — saludó ella, dándome un beso en la mejilla.

—Hola, pasen —dije haciéndome a un lado para que ellas pasarán—, me alegro de tenerlas acá aunque no soy la única emocionada por eso.

Lorenzo apareció en la sala con una caja de jueguetes en mano.

—¡RUFI! —gritó soltando la caja.

—Lo —trató de llamarlo la pequeña, que intentaba bajarse de los brazos de sus madre para irse con su hermano mayor.

—Lo extrañaba mucho —dijo Annie mientras miraba a los pequeños Odair darse un abrazo.

—Él también la extrañaba.

Invité a la pelirroja a qué tomará asiento en alguno de los sofás mientras le preparaba una taza de café y a los niños les daba un poco de yogurt.

—¿Cómo te trata el embarazo? — preguntó ella cuando ya tenía la taza en su mano.

—Bien, como un embarazo normal, náuseas y muchos antojos —expliqué y ambas reímos.

—Lo importante es que estás bien y que te sigas cuidando.

—Debo tener cuidado para todo además con Peeta y mi hijo, vivo sin hacer nada. Tratan de hacer todo por mí.

—Finn era así cuando me embaracé de Rufina y ahora que tú estas embarazada no deja de hablar con Peeta para ver como te sientes — me contaba ella con una sonrisa. El amor y el orgullo que tenía ella por su marido se reflejaba en su rostro blanco.

—Si, Peeta muchas veces me cuenta de lo que habla con  Finnick, sobre como se enteró de que iba a ser padre las dos veces.

—Finnick se desmayó en el nacimiento de Rufina —Annie se rió ante sus palabras.

Me uní a ella porque me hizo acordar cuando Lorenzo nació. Finnick estaba pálido y terminó en el suelo antes que naciera el bebé.

—Paso lo mismo con Lorenzo — le conté —, y lo peor de todo es que no había desayunado ese día, tenía la presión por el suelo.

—Esperemos que Peeta no sea así.

—Creo que Peeta es mucho peor y más si es primerizo, se compró unos libros para poder aprender algo. Cada noche se pone a leer.

—Ellos creen que en un libro van a encontrar todas las respuestas de como ser padres pero están muy  equivocados, no todos los bebés son iguales —comentó ella y yo opinaba lo mismo.

Lorenzo apareció con su hermana en brazos, moviendo su cabeza para todos lados mientras fruncía la nariz.

—Se ha hecho del dos, Ann — le avisó a su madrastra mientras que le entregaba a la niña de cabellos rojizos.

—Voy al baño a cambiarla.

Era agradable hablar con Ann (como la solía llamar Lorenzo), era una gran amiga y siempre estábamos en contacto cuando Finnick andaba ocupado en el trabajo y ella se ocupaba de Lorenzo.

Algunas veces, me quedaba con Rufina para cuidarla cuando ellos tenían que salir a hacer algunas cosas, también para darles tiempo libre. También estaba Cressida, la madre de Finn, para cuidarla pero ella ya estaba un poco mayor para correr detrás de una pequeña bebé y Annie no tenía ningún familiar. Ella había crecido con su abuela Mags pero ella falleció hace dos años atrás y, a Peeta y a mí nos encantaba quedarnos con la pequeña ya que también era parte de nuestra familia.

Perder Tu Amor ||Everlark|| [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora