Capítulo 19

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Katniss

Mientras almorzaba me había llegado un mensaje de Peeta pidiéndome que fuera por él a su oficina para ir a comprar las cosas para decorar la habitación del bebé. Me moría de ganas por empezar a prepararle su cuartito.

Hace una semana atrás había recibido la noticia de que estaba esperando otro varón. Peeta y Lorenzo se encontraban muy emocionados, pero éste último al principio quería que el bebé fuese nena. Con el correr de los días se le fue pasando y ahora no veía la hora de que su hermanito estuviera con nosostros.

La familia de Peeta y la mía estaban más que contentos por las buenas nuevas.

No habíamos elegido el nombre del bebé por el momento pero teníamos (todavía) cuatro meses para pensarlo.

—Hola, Kat —saludó amablemente Esnobaria.

—Hola —respondí acariciando mi vientre—. ¿Peeta se encuentra en su oficina?
Ella agachó la mirada y se rascó una mano, estaba nerviosa. La conocía muy bien.

—¿Qué sucede?

—No es nada pero creo que está en una reunión con Delly y es raro porque no tenía ninguna agendada para hoy —dijo mientras tomaba su agenda—, solamente tengo la de Cato. Ella dijo que no quería que nadie los moleste mientras se encontraba en la oficina.

Todo era extraño. Peeta jamás me pedía que lo viera cuando tenía alguna reunión.

—No te preocupes, Esnobaria. Iré a ver si no se encuentra ocupado.

Comencé a caminar hasta el despacho de mi esposo. No se escuchaba murmullos. Abrí la puerta y me encontré con la escena menos esperada.

Delly y Peeta estaban muy cerca, como si estuvieran apunto de besarse o de haberse separado de uno.

-Bueno iré a ver si esta ocupado. - la joven asintió.

—Katniss —me nombró Peeta cuando notó mi presencia.

Delly ponía cara de arrepentimiento pero estaba bien claro que de arrepentida no tenía nada, se notaba a kilómetros que era falso y que se encontraba satisfecha por la situación.

—No es lo que parece.

—¿Qué me vas a decir? —pregunté irritada.

No quería llorar pero no podía evitarlo, mis hormonas estaban saliendo a la luz dejando que Peeta y la rubia me vieran llorar.

—La verdad de como fueron las cosas.

—No, Peeta —levanté mis manos para silenciarlo—. No me expliques nada. Me voy.

Salí de la oficina, no sé cuántos pasos había dado cuando unos brazos me tomaron y arrastraron a la oficina que me pertenecía.

-No, Peeta. No me expliques nada, mejor me voy.

Peeta

Delly me pidió si podía tener una pequeña reunión con ella antes del almuerzo. Obviamente que le dije que sí, al no estar mi esposa, ella era mi compañera de trabajo. Glimmer y Cato eran otro equipo.

No creí que se iba a prolongar tanto. Le había pedido a Katniss que viniera para ir a comprar las cosas para el cuarto del bebé.

—Creo que se me metió algo en el ojo —me informó, estaba tratando de limpiarse el ojo derecho con una toallita húmeda.

Sacó su espejo del bolso para fijarse si tenía algo.

—¿Me podrías soplar?

—Claro —me acerqué a ella para soplarle el ojo.

Delly me avisó que ya estaba mejor. No sabía cómo habíamos llegado a esto pero su rostro estaba muy cerca del mío. Su nariz casi rozaba la mía.

Encontraba a Delly como una mujer atractiva. Pero no me fijaría en ella, Katniss era la única mujer en mi vida y menos la iba a engañar con una mujer que conocía hace meses.

La puerta se abrió de repente. Mi esposa estaba parada en el umbral mirando la situación.

Quise explicarle pero ella no me dejó, básicamente no quiso saber nada pero yo no podía dejarla ir. Cuando ella salió (a pasos rápidos) me olvidé hasta de Delly y salí corriendo detrás de Katniss.

La metí en su oficina y nos encerré bajo llave.

—Por favor —rogué—, déjame explicarte o al menos no te enojes conmigo.

¿Para qué dije eso último?

Ella meneaba su cabeza, moviendo sus cabellos castaños, en negación.

—Peeta, no quiero escucharte y mucho menos que me digas que no me enoje contigo cuando tú me hiciste una escena de celos por Gale —Katnids se cruzó de brazos—. No vengas con hipocresías.

—Tengo motivos para desconfiar de él.

Volvió a negar. No podía verla llorar, quería acercarme a ella para abrazarla.

Mi corazón se estaba rompiendo con tan solo verla.

—No deberías —dijo—, sin embargo, yo no la conozco y me decís que no puedo desconfiar de ella —hizo una pausa para exhalar—. ¿Desde cuándo son muy cercanos?

No supe que contestar. No sabía, realmente no sabía cuándo Delly se había vuelto más cercana a mí pero solamente era en los horarios laborales porque, después de eso, no pasaba nada.

—Es mejor que te vayas de casa por un  tiempo.

—¿Qué?

Estaba anonadado por sus palabras. Creí que ella no me diría eso, que podríamos solucionarlo e ir a comprar las cosas del bebé.

—Lo que escuchaste, Mellark.

Ella no solía llamarme por mi apellido, realmente estaba dolida.

»No quiero verte por el momento y mucho menos ahora que seguimos en situación riesgosa en el embarazo.

Tenía razón. Katniss (aunque ya no tenía pérdidas) seguía en riesgo, no podría estresarse, alterarse o cualquier otra cosa que pueda llegar a afectarlos.

Mis mejillas se encontraban bañadas por mis lágrimas. Ella no se quedaba atrás, se las limpiaba antes de que se perdieran en el suelo. Quería acercarme a ella y envolverla en mis brazos.

Solamente me permitió dejarla en casa cuando se lo ofrecí. Nuestro pequeño viaje fue en silencio y cargado de tensión, Katniss miraba la ventanilla mientras seguía llorando en silencio.

Cuando llegamos, Iron se acercó a nosotros para saludarnos como hacía siempre. Pero se dió cuenta que algo estaba mal cuando Katniss tocó su cabecita y se alejó hasta la cocina. Me miró inclinando su cabecita para un lado, lo acaricié detrás de la oreja. 

Subí las escaleras para ir a mi habitación. Junte algunas de mis cosas, iría a la casa de mi madre hasta que las cosas se calmaran un poco.

Me encontré con Katniss acostada en el sillón con el cachorro a su lado.

—Ya me voy —le avisé.

Ella levantó la vista pero no dijo nada.

—¿Estarás bien?

—Sí —dijo sin mirarme—. Finnick acaba de llamar, traerá a Lolo en un rato. No voy a estar sola, si es lo que te preocupa, voy a estar con mi hijo que es la mejor compañía que puedo tener.

—Me voy a quedar con mamá —le informé—, si necesitas algo no dudes de llamarme o llamar a su casa. Voy a estar al pendiente en todo momento.

—No te preocupes. No lo haré.

Asentí sabiendo que ella no me estaba viendo. Antes de salir por la puerta, me despedí con un «Adiós» pero ella jamás me respondió.

Perder Tu Amor ||Everlark|| [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora