Capítulo 2

1.2K 76 4
                                    

Katniss

No todos los casos eran iguales. Peeta se encargaba de casos mucho más graves que los míos, por mi parte, me dedicaba a los divorcios.
Hoy me tocaba preparar el juicio de mañana, defendía a la señora Robertson. Descubrió hace tres meses que su esposo le engañaba.

Después de eso mi día fue tranquilo. Más tarde fui por Lorenzo al jardín, lo llevé a casa para que finalizará el regalo para Finnick. Estuvo toda la tarde feliz, le había dicho que iríamos a la casa de Johanna, la mamá de Peeta.

—Hola, Kat.

Glimmer era la hermana menor de mi marido. Una rubia preciosa con el cabello rizado y ojos verdes como un sapo. Estaba casada con Marvel y eran padres de dos gemelas de cuatro años y medio.

—Hola, ¿Las niñas?

—Estaban aquí hace unos instantes... Pero, viendo que ni tu hijo ni Felipe están seguramente han salido corriendo a jugar.

Tiempo atrás, cuando recién comenzaba mi relación con Peeta, Glimmer no aceptaba que yo saliera con su hermano, le hacía lo mismo a Clove, quien también es su cuñada. Ésta última era la esposa de Cayó, el mayor de los Mellark; ella tiene un hijo de casi la misma edad que el mío. Johanna nos había hecho sentir parte de la familia desde el día uno, pero, no podía decir lo mismo de Glimmer. Y su excusa era una muy mala: sus hermanos no deberían hacerse cargo de niños que no eran suyos. Su esposo habló con ella y le hizo entender que sus hermanos ya eran grandes, tenían una vida y que eran felices, ella lo entendió cuando vió a sus hermanos con felicidad ante su familia.

—¿Peeta todavía no vino? —preguntó Clove, mientras me sentaba a su lado. Todas las mujeres de la casa estaban en la cocina tomando té.

—Me mandó un mensaje, recién sale. —dije. Acepté la pequeña taza que Glimmer me daba.

—Ay, mi hijo. Nunca se cansa de trabajar. —mi suegra entraba a la cocina.

—Ya conoces a Peeta, mamá.

—¡Mamá! —una pequeña rubia de ojos saltones y marrones entró corriendo desde el patio trasero de la casa.

—¿Qué sucede, Lila?

—Es Jazmín —confesó la niña mirando a su madre—. No quiere jugar..., ella eligió a Lolo pera que sea de su equipo... Y él quiere jugar con Felipe para que sea niños contra niñas pero ella no quiere.

—Ve a buscar a tu hermana. —pidió con tranquilidad.

Aproveché ese momento para hablarle a la niña: —Lila, ¿Le puedes decir a Lore que venga? Por favor.

Lila asintió y salió corriendo nuevamente hasta el patio en busca de los demás.

—Me encanta la casa llena de niños, escuchar sus risas, las peleas —decía Johanna con añoranza—. Me recuerda a cuando mis hijos eran pequeños.

Pocos minutos después, se escucharon las voces de los niños que estaban discutiendo mientras se acercaban a la casa. La pelea era entre las dos hermanas.

—¿Qué fue lo que pasó, Jaz? —quiso saber su madre.

—Todo comenzó así, mamá —empezó a decir la otra rubia. Ésta era la copia exacta de su madre pero llevaba el cabello sedoso como su padre—: yo quería jugar con Lorenzo pero él quería a  Felipe para poder jugar las nenas versus varones y que de esa forma debería ser divertido y yo no quiero eso.

Perder Tu Amor ||Everlark|| [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora