Capítulo 12

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Peeta

Me desperté antes que la alarma empezará a sonar, Katniss estaba dormida. Sin hacer ningún ruido, me encaminé hasta la ducha para comenzar el día bien limpió, al salir, ella todavía estaba en el quinto sueño. Fuí hasta la cocina y comencé a preparar el desayuno.

En el día de hoy me encontraba muy animado, estaba demasiado contento. Tenía una esposa increíble que tenía un hijo que hacía mis días más felices y ahora iba a ser padre del bebé que ella cargaba en su vientre.
Después del trabajo tenía pensado pasar por una librería y comprar unos libros para padres primerizos, obviamente, que eran para mí porque Kat ya tenía experiencia con bebés.

Puse cereal en un tazón para llevarle a Lorenzo a la cama cuando escuchó la puerta del baño ser cerrada con demasiada fuerza. Decidí ir a ver de qué se trataba eso y me encontré con Katniss arrodillada en el suelo con su cabeza dentro del retrete. Se encontraba vomitando la comida de anoche. Tomé su cabello para que no sea salpicado por los fluidos que salían de su boca mientras le acariciaba su espalda.

—Estoy bien —me decía a la vez que levantaba su dedo pulgar.

—No deberías ir a trabajar —le aconsejé mientras la ayudaba a  levantarse. Ella me miró mal mientras tomaba su cepillo de dientes.

—Estoy embarazada nada más que eso y es normal las náuseas matutinas.

Mientras que ella se cepillaba los dientes, yo la miraba por el espejo, estaba pálida y eso no ayudaba mucho con mi preocupación. No estaba muy convencido de que fuera a trabajar pero ella era muy testaruda, que era capaz de llevarme la contra.

—Mami.

En ese momento apareció Lorenzo, estaba parado en el umbral de la puerta y su aspecto no era tan diferente que el de su madre.

—¿Qué sucede, bebé? —preguntó ella, poniéndose a la altura del niño.

—No me siento bien —dijo y yo confirmaba eso, no sólo porque su aspecto te lo decía sino porque no le reprochó a su madre por ser llamado «bebé». Katniss puso su mano sobre la frente de su hijo para comprobar si tenía fiebre.

—Ve a la cama —le pidió ella con dulzura—, estás con fiebre.

—Ganas esta vez, Mellark. —dijo Katniss antes de pasar por mi lado. Se iba a quedar en casa para cuidar a Lorenzo y vigilar su fiebre.

Terminé de preparar el desayuno y se los llevé; Lolo se había pasado a nuestra habitación. Katniss le había dado un poco de jarabe y la fiebre se le había bajo un poco.

—En un rato pasará Finnick a verlo —me informó Katniss que no dejaba de acariciar el cabello cobrizo de Lorenzo que estaba durmiendo en mi lado de la cama.

—Me tengo que ir a trabajar —le avisé, me levanté de la cama y volví a hablar—, no dudes en llamarme si necesitan algo.

Ella asintió. Me acerqué a sus labios para darle un beso de despedida y luego besé la cabecita de Lolo. Cuando salía del cuarto, el timbre sonó. Terminé de juntar mis cosas y abrí la puerta. Finnick Odair estaba parado, vestido con un traje azul, más oscuro del que llevaba yo esta mañana. Seguramente iría a trabajar después de ver a su hijo.

—Buen día.

—Hola, Finn —saludé haciéndome a un lado para dejarlo ingresar—. Katniss y Lolo se encuentran en la habitación, ya me tengo que ir pero si pasa algo con alguno de ellos dos mientras tú estás acá, no dudes en llamarme, por favor.

—Claro. No te preocupes. —me sonrió para tranquilizarme.

Algunos hombres no dejarían que su mujer pase tiempo a solas con su ex marido, pero yo no le encontraba nada malo, ellos tenían un hijo y en cierto modo tendrían que verse seguido para arreglar asuntos sobre Lorenzo. Habían terminado como amigos, se llevaban muy bien y Katniss adoraba a Annie. Finnick un día me pidió que nos conociéramos mejor, teníamos que mostrarnos unidos ya que entre los cuatro estábamos criando al pequeño, nos hicimos amigos en poco tiempo. Me despedí de él y me fui al trabajo.

Katniss

Escuché cuando Peeta cerraba la puerta del departamento. Lorenzo seguía dormido. Unos golpes me hicieron levantar la vista de mi hijo. Finnick estaba parado en la entrada del cuarto.

—¿Se puede? —preguntó a lo que yo asentí y él entró.

—Hola —saludé mientras me acomodaba en la cama —, no te escuché ingresar a la casa.

Él se sentó a los pies de la cama, en dónde se encontraba Lorenzo. Miró a nuestro hijo y luego me miró a mí.

—Estuve hablando con él antes de irse —me explicó—, un poco más y me pide que te ande vigilando —bromeó y luego añadió—: ¿Te encuentras bien? —podía ver la preocupación en su rostro.

—Es un exagerado —bufé.

—Y tú una cabeza dura. Kat, no debes mentirme, te conozco muy bien, además, tenemos un hijo que no sabe guardar por mucho tiempo los  secretos —dijo—, me contó que estás embarazada.

Finnick tenía razón, Lorenzo jamás guardaría un secreto por más de 24 horas, ni dormido lo hacía que debes en cuando me lo encontraba hablando. Fue un milagro y casi una extorsión de que no se lo dijera a Peeta hace unos días.

—Sí —dije mirando con una sonrisa a mi hijo que dormía tranquilamente—, estoy embarazada.

—Está muy emocionado —habló Finn que le acariciaba la mejilla al niño—, quiere otra hermanita, para así poder defenderla de los niños que quieren portarse mal con ella y así seguir siendo el único príncipe en tu vida.

Lo miré sorprendida ante su confesión.

—Me lo contó Lolo ayer por teléfono.

—¿Siempre me lees la mente o qué? —dije entre risas ya que iba a preguntarle eso.

—Te conozco desde que íbamos al secundario hasta debo recordarte que fui tu marido —decía sonriendo—, se como actúas o pensás.

Luego de ese momento, Finnick preguntó por la fiebre de Lorenzo, hasta el momento le estaba bajando, cuando se despertara le daría una ducha para mantenerlo fresca, ya que se encontraba un poco sudado. Mi ex esposo me comentaba el comportamiento de nuestro hijo con su hermana, Rufina.

—Anda detrás de ella todo el tiempo, no quiere que se caiga o se golpeé.

—No quiero imaginarme cuando crezcan y Rufi traiga su primer novio a casa, estoy segura que se los espantará.

—Seremos dos —dijo y ambos nos reímos sin despertar a Lorenzo.

—Es un gran hermano y siempre va a estar para ella en todo momento.

Perder Tu Amor ||Everlark|| [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora