Katniss
Días después del cumpleaños de Lorenzo, fuimos a ver la casa. Peeta tenía razón, quedaba a dos horas de la ciudad, no era tanto pero debíamos de levantarnos temprano para llegar a horario a nuestro trabajo y al jardín de niños.
Se trataba de una casa de dos pisos, contaba con cuatro habitaciones y una sala gigante. La cocina era del tamaño de nuestro departamento y el patio era enorme, tenía piscina, eso era lo que más le había encantado a Lorenzo.
Estábamos empezando a agradar nuestra familia de tres y qué mejor que con una casa nueva.
Preparamos todo para llevar a nuestro hogar, el hermano de Peeta, mi padre y Marvel ayudaron en la mudanza, gracias a ellos es que ahora nos encontramos instalados en nuestro gigante champiñón.
—Al bebé le va a gustar crecer acá —dijo Lorenzo mientras se decidía si elegir el crayón verde o marrón—. A mí me encanta el lugar.
—Sí, es muy lindo y tranquilo —comenté, lavando los vegetales—. Lo mejor de todo es que podrán tener un perro.
Terminé de lavar las verduras para empezar a cocinar, Lorenzo me estaba haciendo compañía. Él coloreaba un libro de dibujos.
—¡Estoy muy emocionado! —levantó sus brazos como festejo—. ¿Faltará mucho para que llegue?
—No lo sé, cariño — respondí besando su cabecita—, todavía no han nacido y luego debemos esperar cuarenta y cinco días para traerlo.
Esnobaria, nuestra secretaria, tenía una labradora y ya estaba a nada de tener cachorritos. Ella le había comentado a Peeta que tenía pensado regalarlos, esa misma noche, mi esposo comentó la idea conmigo. Quería pedirle un cachorro para Lorenzo. Al principio no estaba conforme pero Peeta (como casi siempre) terminó por convencerme.
***
Ya estaba entrando a los cinco meses de embarazo. Mi vientre era pequeño pero ya se notaba lo suficientemente como para decir que estaba embarazada.
Hoy nos tocaba ecografía, nos encontrábamos emocionados. Sabríamos el sexo del bebé, todo dependía si se dejaba ver o no.Las semanas pasadas las pasé en la cama. Una mañana me levanté para preparar el desayuno y me encontré con pequeñas manchas de sangre, estaba teniendo algunas pérdidas. Peeta se había tomado unos días para quedarse conmigo y Finnick pasó a buscar a Lorenzo para que yo pudiera descansar.
Cuando Peeta volvió a su rutina diaria , me quedaba con la compañía del perrito, según Lolo se parecía mucho al de la película Marley y Yo.
—Espero que te comportes y no rompas nada —le decía Lorenzo al cachorro—. Cuando lleguemos podré decirte si el bebé es nena o nene.
Iron Man, el perro, movió la colita con alegría. Lorenzo había nombrado al labrador como su héroe favorito. Tuvimos una charla con él para que no le pusiera ese nombre, le habíamos dicho que podría llamarse Tony pero mi hijo estaba empecinado en llamarlo Iron Man.
Peeta cerró todo y prendió la alarma. Teníamos dos horas de viaje hasta la ciudad para tener el control, espero que cuando este bebé quiera nacer estemos en la ciudad porque si nos agarraba en casa (como puede ser) estaba segura de que lo tendría en el auto.—¿Cómo anda mi embarazada favorita? —preguntó Portia, cuando pasamos a su consultorio.
—Bien. Cumpliendo el reposo como dijiste.
Portia me felicitó. Me pidió que me recostara en la camilla y volvió a proceder a los mismos pasos que hacía en las ecografías anteriores.
Los latidos de nuestro bebé resonaron en la habitación, se escuchaba fuerte y claro.
—No te la puedo creer.
—¿Qué es lo que sucede? —preguntamos al unísono Peeta y yo.
Estábamos muy preocupados por el bienestar del bebé.
—Tranquilos —dijo Portia y luego señaló el monitor—. Se encuentra de espalda.
En la pantalla se podía ver al ser más lindo y pequeño estaba de espalda a nosotros mientras mostraba sus pompis.
—No quiere que lo veamos —Lorenzo se reía.
—¿Han traído algún dulce?
Peeta asintió mirando la pantalla sin saber que Portia no podría verlo porque estaba anotando algo en su libreta.
—Tengo un chupetín —dije sacando de mi bolso la golosina, le entregué otro a Lorenzo.
Le quité la envoltura y me lo metí en la boca.
Sentí en mi panza una especie de terremoto, mi hijo o hija se estaba moviendo como si estuviera saboreando el dulce. Seguíamos si movimiento por la pantalla, era increíble de ver como poco a poco se daba vuelta para quedar de cara a nosotros.
Portia sonrió.
—Ahora sí —dijo mientras marcaba unas cosas en el monitor—. Tendrás un pequeño hermanito, Lorenzo. ¡Felicidades Katniss y Peeta, tendrán un varón!
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Perder Tu Amor ||Everlark|| [Terminada]
RomanceKatniss está casada actualmente con Peeta; ella tiene un hijo de cinco años con Finnick Odair, Lorenzo. Se lleva muy bien con el padre de su hijo... Su problema comienza cuando ella y Peeta quieren darle un hermano a Lorenzo pero ese bebé no llega y...