Peeta
~Un mes después~
Los días han avanzado más rápido de lo que pensaba. La llegada de Finnick terminó de traer paz, con Rufina volvió la alegría y con Lolo, bueno con el la locura de vivir una aventura todos los días. Rufi aprendió a a decir alguna que otra palabra, y nos veía como sus padres. Finnick es un bebé muy tranquilo, apenas se lo escucha llorar. Lorenzo pasaba cuidando de él y de su hermanita. Mi familia babean cada vez que ven al bebé y ni hablar de mis suegros, ellos vivían por sus nietos.
La jornada laboral había sido agotador, mi día fue de la oficina a tribunales y así consecutivamente. Al fin podía decir que ya estaba en casa, apagué el motor del auto pero no bajé. Me quedé mirando a través de la ventana, donde podía apreciar a la bella familia que había formado. Katniss mecía a Finn, y los niños jugaban con bloques de colores que andaban esparcidos por la alfombra.
¿Se acuerdan el día que el abogado de Finnick nos habló de Rufina y le entregó una carta a Katniss? Bueno, ese mismo día yo también recibí una. Mi esposa no lo sabía, pero minutos antes de que ella ingresará, Cinna me dio una especialmente para mí. Todavía no la leí, saqué de la guantera del auto el sobre que contenía dicha carta. No le había dicho nada a ella por miedo a su reacción.
Desdoble el papel para empezar a leer.
"Peeta:
Debe ser raro para los demás que el ex esposo de tu mujer te deje una carta, pero nosotros no somos como los demás. No tenemos la relación que otros tienen, somos diferentes hasta me atrevo a decir que tenemos una amistad. Eres mi amigo, Peeta.
Estoy muy feliz por Katniss. Ella merecía rehacer su vida. Cuando nos separamos, me enojé con ella, ¿sabes? Me estaba tirando a los brazos de otra mujer, como si fuese un juguete, pero me di cuenta (un poco tarde, tal vez) de que Katniss siempre tuvo razón y no podía mentirle, no se lo merecía. La amaba (aún lo hago de forma diferente, claro) de eso no tenía dudas pero estar junto a ella en ese entonces, íbamos a transformar lo nuestro en costumbre y no sé si las cosas hubiesen salido bien, por lo tanto, le hice caso. Formé una familia junto a Annie, sin olvidarme de Katniss y Lorenzo, y ella lo hizo contigo.
Tu trato con mis hijos es maravilloso, sobre todo con Lorenzo. Agradezco enormemente lo que haces por él día a día y lo que harás por Rufina. No los dejes nunca, ellos son los que te darán paz en los días más duros y agotados, lo sé porque yo pude experimentar eso y es hermoso. Te llenan de amor en cuánto cruzas la puerta.
No sé pero me estoy despidiendo antes de tiempo, porque debería de vivir más pero tengo que hacerlo, uno nunca sabe lo que puede suceder el día de mañana. Ojalá pudiese conocer a tu hijo, pienso que lo haré, sin embargo, voy a felicitarte por acá, me lo imagino rubio y esos ojos tan peculiares de ella, esos ojos que cuando los miras hacen que el día más tormentoso sea el más lindo de todos. Se lo dije a Katniss, afirmo esa idea.
Gracias por estar con ellos. Te lo estaré agradecido siempre.
Se despide con cariño, Finnick Odair."
Limpié las lágrimas silenciosas que habían caído por mi rostro mientras leía, levanté la cabeza para volver a encontrarme con mi familia. Katniss miraba por la ventana, me estaba esperando.
Levantó la mano a modo de saludo, luego imitó su acción con una más pequeña, con la de mi hijo. Sonreí ante eso. Doblé nuevamente la carta, pero está vez la guarde conmigo, en mi saco.
El perro pulgoso —Lorenzo odiaba que lo llámase de esa forma—, se acercó para que lo saludase, andaba corriendo por todo el jardín, lo habrán sacado a hacer sus necesidades. Esperé un poco más por él, así no teníamos que sacarlo en un rato, entramos a la casa. El olor hogareño inundó mis fosas nasales, la mesa estaba puesta y la comida apunto de ser servida.
—Hola, cariño. —esa mujer tan bella me recibió con un beso, era suave pero hermoso, algo tan íntimo y nuestro.
—Hoy los extrañé más que nunca.
Mi confesión la hizo sonreír, pasé mi brazo por la espalda de ella, de costado podía ver como Lorenzo y Rufina seguían jugando, sin percatar mi presencia.
Finnick tenía razón, éste era el mejor momento de paz que necesitaba. Estar en casa con mi familia.
—Vayan a lavarse las manos que ya llegó papá y debemos comer.
Lorenzo giró para verme, su sonrisase agrandó. — ¡Pa! —corrió hasta mí. Katniss tuvo que correrse porque ella saldría lastimada con la impulsividad del niño. Rufina corrió detrás de él, con sus pasos un poco más torpe de lo normal.
—Pa-pá.
Besé a cada uno en la cabeza.
—Ve a hacer lo que tu madre te pidió y ayuda a Rufi con eso, por favor.
Lorenzo hizo un movimiento de "sí, mi general" y tomó a Rufina de la mano para llevarla al baño.
Katniss se acercó a mí, Finn todavía estaba en sus brazos.
—Crecen rápido.
—¿Ya quieres más? —dije con picardía.
Katniss se sonrojó. —No seas tonto.
—Te amo.
—Te amo más.
###
En la última nota dije que faltaban tres capítulos para el final, y no mentía, pero ahora les aclaro que se trataba de dos capítulos y el tercero era el epílogo. Así que nos queda uno más y se acaba (antes del final).
Me encuentro feliz de terminar la historia y de saber que les ha gustado con cada nuevo capítulo.
Bueno me voy despidiendo, por ser la recta final, subiré los capítulos seguidos, estén atentas para no perderse ninguno.
Besos 💋
ESTÁS LEYENDO
Perder Tu Amor ||Everlark|| [Terminada]
Roman d'amourKatniss está casada actualmente con Peeta; ella tiene un hijo de cinco años con Finnick Odair, Lorenzo. Se lleva muy bien con el padre de su hijo... Su problema comienza cuando ella y Peeta quieren darle un hermano a Lorenzo pero ese bebé no llega y...