Habían pasado unos meses, la convivencia entre Koga, Miroku y Sesshomaru era excelente, se comportaban como lo que eran, hermanos. Se querían entre sí y hacían todo juntos, Kaede estaba orgullosa de que el albino tuviera tan buenos amigos, verlo sonreír después de tanto sufrimiento era algo satisfactorio.
Solían unirse para jugar y hacer travesuras como robar las galletas que Bankotsu solía comprar para comer entre comidas, lo hacían simplemente por la adrenalina y ahora estaban por tomar unas cuantas, por una extraña razón Bankotsu siempre volvía a traer más después de notar que faltaban, nunca cuestionaba la falta de ellas.
―Bien hermanos, este es el plan. ―Habló Miroku, era el listo del trío y el que pensaba en los planes.― Koga, tú vigilaras a que nadie venga, Sesshomaru y Kagome me ayudaran adentro.
―Entendido.
Después de hacer que la niña los ayudara prometiéndole algunas galletas la llevaron a la cocina, esa pequeña les ayudaría en sus planes.
Koga se quedo en la puerta asegurándose que nadie se acercara, sus demás hermanos estaban en el patio trasero jugando entre ellos y eso los beneficiaba, Bankotsu y Suikotsu estaban con la directora y no aparecerían por un buen rato, los demás empleados estaban cuidando de sus hermanos y no interferirían.
―Sesshomaru, ya sabes que hacer. ―Habló el pequeño líder, el albino se paro frente a la alta alacena y se agachó, Miroku subió a sus hombros y se sentó en ellos.― Kagome.
La niña como pudo se subió a los hombros de Miroku y al igual que él lo hizo con su hermano, se sentó. Sesshomaru se levanto cuidando de no tirar a sus hermanos y los acercó hacia su objetivo. Era una suerte que el albino fuera alto para su edad.
―Rápido, pesan mucho.
―Oye, yo soporto a Kagome.
―Kagome no pesa nada tonto.
―Acérquense más. ―Pidió Kagome, como pudo se estiró para lograr alcanzar el frasco de galletas, por alguna extraña razón Bankotsu lo había cambiado por uno de plástico resistente y puesto un poco mas accesible para poder tomarlo mejor.― ¡Lo tengo!.
―No aguanto más. ―Cayeron, Miroku cayó soltando a Kagome que fue atrapada por Sesshomaru para que no se lastimara.― ¿Están bien?.
―Estoy bien. ―Contestó Miroku en el suelo, ambos rieron por ello.
―¡Están bien!. ―Grito Kagome con las galletas en las manos, mostraba el frasco intacto y llena de alegría se lo dio a su hermano mayor para que lo abriera.
―Toma Kagome, te las has ganado. ―Dijo Miroku repartiendo el botín, le dio unas cuantas y ella salió de ahí para comer a gusto su recompensa.― Vamos por Koga.
―Vamos, ese lobo se molestara si no le damos. ―Hablo el albino, al llegar a la puerta le dieron a Koga parte de su botín, el niño con gusto devoró sus galletas y el trío corrió a buscar un lugar apartado para terminar de disfrutarlas.
Sin que lo notaran un trío de adultos los observaban con algo de gracia.
―Fue buena idea, ¿no cree nana Kaede?.
―Lo fue Bankotsu, verlos trabajar juntos para obtener una recompensa es algo maravilloso.
―Sigo pensando que es mejor dárselas en las manos que dejar que simplemente las tomen, nana Kaede. ―Hablo Suikotsu, no entendía porque Kaede y Bankotsu aprobaban que sus hermanos menores tomaran sin permiso esas galletas o porque Bankotsu las dejaba ahí.
―¿Viste a Koga vigilar?. ―El hombre asintió.― Ellos confían en Koga y sabrán que él no los traicionara, Miroku según he notado es el de las ideas, cuando no sepan que hacer recurrirán a él buscando una solución. Sesshomaru es el de la fuerza, cuando se sientan débiles buscaran la fortaleza de su hermano mayor y él los protegerá. Kagome esta con ellos cuando la necesitan, aun si es pequeña demuestra que si la necesitan estará ahí para ayudar. ¿Lo has notado? Eso los une, demuestran que son capaces de confiar el uno en el otro, se protegerán entre sí, no solo es por el placer de obtener un premio, es lo que significa. Ellos se han unido y se han demostrado que juntos pueden lograrlo todo si se lo proponen. ―Contestó la mujer con sabiduría, sabía el porque lo hacía, no era simplemente por permitirles robar la comida, era parte de su aprendizaje.
―No lo había visto de esa forma. ―Reconoció el médico. Si de eso se trataba era obvio que era algo magnifico, sus hermanos menores aprendían a trabajar juntos por un bien en particular.
―Tiene razón nana Kaede, por eso mismo empecé a dejar esas galletas. Creo que no lo han notado pero son las favoritas de cada uno. ―Confesó Bankotsu, no las compraba al azar. Le gustaba ver a lo lejos las caras de sus hermanos al comer las galletas que con esfuerzo y compañerismo habían obtenido, se les veía bastante felices por ello.
―¿Hay planes para hoy, nana Kaede?. ―Preguntó Suikotsu, quería saber si habría algún visitante o algo parecido.
―Según Sango, hay una cita hecha por una pareja, vendrán esta tarde para adoptar a alguno de sus hermanos.
―Que bien, aunque extrañare al afortunado.
―Eso es cierto, nana, Bank. Me pregunto a quien se llevaran esta vez.
―No lo sé, lo único que sé es que quiero que sea feliz. Este lugar esta diseñado para encontrarles un hogar a cada uno de ellos.
Unas horas después, una pareja llego. La directora los llevo a recorrer las instalaciones para que vieran a los pequeños residentes, no se decidían por uno.
―¿Ya saben a quien se van a llevar? ¿Quieren entrevistarse con alguno?. ―Le dolía pensar que alguno de sus hijos se marcharía pero era lo correcto, debía dejarlo ir y ser feliz junto a una familia.
―Aún no, ¿Qué opinas Royacan?. ―Hablo la mujer, una castaña de ojos azules muy hermosa, a su esposo un hombre alto y corpulento, moreno y de ojos de azules.
―No lo sé querida, sabes que quiero un hijo, un líder nato, un niño que sea digno de nuestro apellido.
Estuvieron un rato más, al darse por vencidos iban a retirarse.
―Que lastima que no hayan encontrado al niño perfecto aunque en mi opinión todos lo son. ―Ellos buscaban a algún niño que fuera digno de su amor, tal vez eran exigentes pero al no poder procrear un hijo querían que el que adoptaran fuera perfecto.
Estaban a punto de marcharse hasta que unos gritos infantiles los detuvieron.
―¡Ya verán ustedes dos! ¡Los atrapare!. ―Un niño pelinegro corría tras un albino y un moreno, Miroku estaba furioso, Koga y Sesshomaru le habían quitado su pelota, se vengaría de ambos.
―No lo harás.
―¡Corre Sessh!. ―Grito Koga y aceleró, mientras corría volteo a ver a su hermano y al darse cuenta ya se había impactado contra un hombre que a su perspectiva parecía un edificio.― Oiga, fíjese en donde se queda parado, los demás queremos pasar.
El hombre estaba estupefacto, nadie se había atrevido a hablarle de esa forma.
―Oye Koga, ya basta. ―Miroku se había calmado al ver como su hermano había caído al suelo por haber chocado con ese hombre.
―Miroku, tiene razón Koga, no seas grosero con el señor. ―Lo regaño Sesshomaru, no quería que sus hermanos menores fueran groseros.
―Él tiene la culpa, yo solo quería pasar y se atravesó.
Los adultos veían a Koga defender su opinión, nadie se atrevía a interrumpir su pequeña conversación. Koga no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer y todo por la culpa de ese hombre extraño.
―Ya esta decido. Señora Azuma, ya sé a quien vamos a adoptar. ―El hombre se veía bastante seguro con su decisión.
Continuara...
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Tú eres mi felicidad.
Fanfiction(InuSessh fanfic.) Cuenta la vida de un huérfano que es excluido por su aspecto y rechazado por sus compañeros del orfanato. Por azares del destino conoce a un joven, con él se da cuenta que la vida no es tan gris como tanto estaba acostumbrado. A...