Estaba perdido. Había deambulado por el lugar y al dar un par de vueltas había perdido el camino de regreso a la habitación. No sabía ni siquiera cuanto tiempo había pasado y no podía simplemente tocar una puerta y pedir indicaciones, era vergonzoso.
¿Que podía ser peor? Fácil, había olvidado preguntar el numero de habitación. No le había tomado importancia a eso y tampoco había memorizado el camino que Jinenji les había mostrado.
Siguió caminando y al dar una vuelta alcanzó a vislumbrar a una mujer de cabello plata en un pasillo, iba a acercarse a preguntar pero una voz lo hizo voltear.
-Sesshomaru, al fin te encuentro.
Volteó, era Inuyasha. Suspiró aliviado, desde ahora empezaría a odiar los lugares exageradamente espaciosos.
-Estaba de regreso a la habitación. -Mintió. Aunque no lo pareciera, tenía orgullo y no permitiría que el Fushiko se burlará de él.
-Como digas. -Respondió. Sabía que se había perdido pero no lo diría, no quería molestarlo y era comprensible que pasara, el lugar era en extremo grande y los pasillos se parecían demasiado.- ¿Pasa algo?. -Lo vio voltear como si buscara algo.
-No, no pasa nada. -Creyó que tal vez había imaginado a aquella mujer. El aspecto era inusual, se veía joven pero no era posible que su cabello fuera plata a menos que fuera una anciana pero no lo era, lo pudo ver. Tal vez si estaba imaginando cosas y era mejor no preocuparse.
-Entonces vamos, ya he hablado con el tío Inu y arreglado todo para mañana.
Se fueron de regreso hacia su habitación.
Al llegar el Fushiko se dejo caer en el sofá, el día había sido agotador. Aflojó su corbata esperando no levantarse pronto.
—¿Terminaste tus deberes?.—Preguntó Sesshomaru mientras se sentaba en el sofá que quedaba al frente.
—Sí, terminé. Todo está listo para mañana. Estoy cansado.
—Duerme un poco, aún es temprano.
—Quiero dormir contigo. —El azabache hizo un puchero, sabía que el albino no se resistiría y terminaría cediendo ante ese gesto.
—Eres un niño mimado. —Le recriminó mientras se levantaba y se dirigía hacia el sofá donde el Fushiko descansaba para permitirle dormir en sus piernas.
—Lo sé, soy un niño mimado que requiere de tus atenciones. —Se acomodó en las piernas de su pareja y cerró los ojos, se estaba cómodo así.
Mientras le acariciaba el cabello se puso a pensar, el día había sido largo y agotador, pero el día siguiente sería peor. Estaría junto al Fushiko en una reunión con importantes magnates de negocios y temía en dejar en ridículo al azabache y causar cuantiosas pérdidas monetarias.
Sus inseguridades estaban atormentándolo nuevamente, tendría que apoyar al Fushiko y no dejarse vencer por la oscuridad de sus emociones.
—Yo no nací para esto, éste no es mi mundo. —Susurró para sí. No pertenecía a ese ostentoso mundo al que el Fushiko pertenecía pero estaba ahí y no había vuelta atrás.
Unas horas después, Inuyasha despertó y se estiró.
—Podría acostumbrarme a esto. —Comentó al ver a Sesshomaru dormir. Lo acomodó con cuidado de no despertarle.— ¿Donde esta mi teléfono? El idiota me va a asesinar si no lo llamo.
Debía hablar con Koga respecto a la reunión del día siguiente y confirmarle que Sesshomaru seguía vivo y casto, esos hermanos eran muy desconfiados.
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Tú eres mi felicidad.
Fanfiction(InuSessh fanfic.) Cuenta la vida de un huérfano que es excluido por su aspecto y rechazado por sus compañeros del orfanato. Por azares del destino conoce a un joven, con él se da cuenta que la vida no es tan gris como tanto estaba acostumbrado. A...