¿Otro adiós?.

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La mañana llegó nuevamente, el azabache despertó y los sucesos de la noche anterior se hicieron presentes. El cuerpo desnudo junto a él era prueba de que no era uno de sus tantos sueños húmedos con su amado.

Acarició su mejilla y la sombra de culpas que lo acechaba volvió para atormentarlo.

Estaba completamente seguro que los Taisho lo odiaban ¿Como no hacerlo? Había suplantado a su hijo y era el culpable de su separación. Por años disfrutó un lugar que no le correspondía.

Su padre había dicho que también era culpable al gastar el dinero y vivir cómodamente mientras en heredero Taisho vivía pobremente en un pequeño orfanato, un lugar donde fue maltratado y eso era más peso a su consciencia.

Sesshomaru lo había perdonado aunque no lo haya dicho, lo conocía bien. Él estaría con él sin importarle los hechos del pasado pero sus padres no lo aceptarían.

Posiblemente los Taisho lo quisieran tras las rejas y muy alejado de su hijo por las acciones en su nombre, Sesshomaru no se apartaría y eso significaba que dejaría a los Taisho para irse con él y eso no lo iba a permitir, no permitiría que el heredero se apartara nuevamente de su familia por un vulgar ladrón como lo era él.

Le dió un beso y se levantó cuidando de no despertarlo, se vistió abrigándose lo mejor que pudo y en silencio. Tomó la foto que tenía de su amado y la guardó, tuvo que recordar más propiedades en sus seudónimos, Senkai Setsuya ya había sido descubierto.

Con la idea de visitar la mansión a nombre de Ryuu Kagami salió de la habitación con su maleta y botas en las manos, procuraba no hacer ni un sólo ruido.

Llegó a la puerta principal pero una voz lo hizo quedarse estático.

—¿A dónde crees que vas?.

Al voltear vio a Kagome sentada en el sofá con una taza de té en sus manos, esa escena le recordó a las veces que se hospedaba en la mansión Taisho y la señora de la casa lo atrapaba a punto de escapar.

—No puedo quedarme. —Murmuró.

Al tratar de abrir la puerta notó que estaba cerrada con llave, el tintineo de unas llaves lo hizo enfocar su vista nuevamente en esa adolescente.

—No irás a ningún lado.

No supo como pasó pero ya tenía a una adolescente tratando de quitarle el abrigo y la ropa, forcejeó tratando de apartarla sin hacer escándalo pero era imposible.

La chica logró dejarlo con el torso desnudo, sus manos se dirigieron a su cinturón.

—Aléjate de mí, loca. —Susurró lo más fuerte que pudo mientras evitaba que le arrancará todas sus prendas.

—¿Que está pasando aquí?.

La voz los hizo voltear, era Koga que salía de la cocina y ver en la posición en la que esos dos estaban daba mucho que desear.

—Fushiko quiere escapar.

—No en mi guardia.

Y ahora Koga trataba de arrancarle el pantalón, si Sesshomaru lo veía vestido así se daría cuenta de que había tratado de escapar y eso le dolería mucho.

A empujones lo guiaron de nuevo a la habitación, ya afuera de ella Koga se asomó para ver si su hermano había despertado. Por suerte el albino estaba cubierto y aún durmiendo.

—Escucha bien, Inuyasha. No voy a permitir que arruines tu relación por tonterías. Vuelve ahí adentro y no salgas hasta que sea necesario.

—Pero...

Tú eres mi felicidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora