¿Soy un fenómeno?.

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Caminó hasta llegar a los viejos columpios, al llegar se sentó en uno y empezó a mecerse.

Sabía que era diferente a los demás y prueba de ello era que jamás fue adoptado por una familia, dolía pensar que tal vez lo que ella había dicho era la verdad, seguramente se quedaría solo y rechazado por todos.

Escuchó pasos a su espalda pero no le tomo importancia, seguramente era alguno de sus hermanos queriendo burlarse de él.

—¿Estas bien?. —Escuchó una voz gruesa, era su hermano mayor.

—Sí Bankotsu, no te preocupes.

—No lo estas. —Se sentó en el columpio de al lado y al igual que él empezó a mecerse.

—¿Soy un fenómeno?. —Su voz se encontraba apagada, se sentía deprimido pero eso ya era parte de él.

—Sesshomaru, ¿Porqué crees que eres un fenómeno?.

El albino llevo sus manos a sus mejillas y cubrió sus  marcas a la atenta mirada del hombre de trenza.

—Solo mira mi rostro, soy diferente y Kagura tiene razón. Tal vez nadie va a amarme como soy y sólo tendré desprecio de la gente normal.

—Si tu respuesta es esa... ¿Te parezco un fenómeno?. —Giro su rostro para verlo directamente a los ojos, el albino vio su frente, para especificar a la marca en forma de cuatro estrellas que tenía. El albino se dio cuenta de que tal vez sus palabras también dañaban al mayor.

—¡No! ¡No es eso!.

—Pues eso parece Sesshomaru, ¿Recuerdas la promesa que le hiciste a Koga?.

Recordó la promesa del moreno...

"Sessh, cuando te vuelva a ver quiero que seas diferente, quiero que seas un vencedor. No bajes la mirada ante las burlas y el rechazo, no te avergüences de lo que eres. No estaré aquí para apoyarte y animarte pero pensare en ustedes siempre, hasta entonces no se separen."

—Tienes razón, Bankotsu. Yo había olvidado eso pero no volverá a suceder, cuando vea a ese lobo estará orgulloso de mí.

—Así se habla, hermano. No dejes que nadie te haga menos, tú vales mucho aunque no lo creas y algún día lo entenderás por ti mismo.

—Eso espero. —No podía dejar de sentirse inseguro respecto a su aspecto, toda su vida había sido molestado por eso, era tachado por su aspecto.

—Bien debo marcharme, sólo había tomado un descanso. Ya debo volver al trabajo.

—De acuerdo, yo veré que hago por ahí.

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Con el paso del tiempo el albino se había vuelto reservado, guardaba dentro de sí sus inseguridades ocultándolas con una pequeña sonrisa.

Todos notaron su cambio pero no dijeron nada, sabían que era algo inseguro respecto a su imagen y mientras no solucionara eso no podrían ayudarle.

Sabía que era diferente pero había decidido no avergonzarse, ¿cuantas veces había dicho eso? Muchas, pero no podía evitar sentirse excluido. Ver a sus demás hermanos marcharse de la mano de una familia le dolía, ¿no merecía tener una madre y un padre que le amaran? ¿No merecía ser feliz?.

Si seguía pensando en su vida prácticamente se deprimiría, esa era la triste realidad de un huérfano y nada la cambiaría y menos a él.

Continuará...

Lo sé, quedo demasiado corto XD

Tú eres mi felicidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora