Tú eres mi felicidad.

Un regalo inesperado.

Un mes después...

Después de esa experiencia algo traumática habían seguido con la búsqueda del menor de los Fushiko.

Todos se sorprendieron ante lo dicho por la mujer Fushiko y Sesshomaru, sabían que eso debió haber sido duro para ellos. Al final esos dos eran los que más cercanos eran al Fushiko, ella como su madre y él como su pareja.

Izayoi le había pedido en divorcio a Takemaru Fushiko, no le perdonaría todo lo que hizo y menos por culparle y llenarle de malos pensamientos. Sabía que él debió haberle dicho algo que lo haya alejado. Ya no era Izayoi Fushiko, ahora era Izayoi Hayashi.

Los Taisho Asakura habían dado a conocer a su hijo, la noticia se expandió rápidamente y las entrevistas por parte de los socios no paraban, todos querían conocer al "heredero asesinado".

Sesshomaru empezó a instruirse en el ramo empresarial para poder manejar Fushiko Inc. pues esa empresa era manejada con esfuerzo por su amado y no la dejaría caer.

Su padre no podía seguir haciéndolo, Inu no Taisho tenia una compañía propia que dirigir y no le pediría a Koga que descuidara sus deberes para que le ayudara, él mismo lo haría y cuando encontraran a Inuyasha le diría con orgullo que había logrado cuidar de su empresa.

Su cumpleaños había llegado y con ello un nuevo año más en el orfanato, según la tradición le harían una pequeña reunión con sus hermanos y hermanas menores.

No quería celebrar nada, su humor se lo impedía pero la directora le había contado que había invitado a los Taisho, sus padres no querían perderse su primer fiesta juntos y no tuvo de otra que hacerles caso. En cierto modo quería dejar de estar deprimido y disfrutar con sus padres aunque fuera por un corto lapso de tiempo.

-Y bien Sessh... ¿Como te va en los negocios?. -Preguntó Bankotsu.

Estaban en el patio viendo como era arreglado para la reunión.

-Me va bien, aunque los socios no saben que Inuyasha se fue. Todos creen que está tomándose un tiempo para descansar y como su asistente y socio principal tome su lugar temporalmente. -Contestó.

-¿No les molestó?.

-No. Incluso los Ayakashi parecen complacidos por ello, el joven Ayakashi suele frecuentar la empresa. De ahí en más todo va bien, trato de aprender lo más que puedo en mis clases.

-¿Y tú, como estás?.

-Pues a veces es agotador el trabajo pero la señora Fu... Hayashi dice que lo hago perfectamente bien.

-No me refería a eso. -Aclaró. Sabía que era un tema que Sesshomaru quería evitar.

-Yo estoy bien, no sé porque lo preguntas.

-Como tu hermano mayor te diré algo... Las sonrisas fingidas son las que más duelen.

Ya lo había visto, su mirada apagada y sus sonrisas vacías. Sabía que le dolían pero no podían hacer nada para ayudarlo.

-Las sonrisas vacías son las que más duelen. -Repitió. -Sonreiré cuando todo esté mal y sonreiré cuando todo esté bien. Sonreiré aunque no tenga motivos para hacerlo, siempre es mejor mostrar una sonrisa que una cara sombría, eso no solucionara nada pero a veces es necesario.

-¿Aunque duela?.

-Aunque duela. -Repitió.

Sus pequeñas sonrisas se habían ido con Inuyasha, él se las había llevado.

¿Para que iba a sonreír? Se había ido su razón de ser feliz. No sabía donde estaba, si estaba bien y comía a sus horas, si dormía o estaba tan roto como él, no sabía nada.