El Dios que era capaz de amar

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Cuando Loki observó el rostro de su pequeño recién nacido sintió como se derrite de amor por él.

Sintió nervios al verlo tan frágil, supo incluso que no necesitaba de su hermano a su lado para que ese bebé creciera amado, se dijo que un futuro con Thor nunca existió y que fue tonto al pretender que él pudiera amarle ¿Como alguien que amaba a otra persona al mismo tiempo le podría dar la felicidad? Supo que fue crédulo a una promesa que no existió más que en su imaginación...

Pero ahora tenía algo real, alguien que necesitaba de todo el amor que solo Loki pudiera otorgarle y que al mismo tiempo le daría el amor mas puro que pudiera existir, ahora tenía a ese pequeño ser.

Con la yema de los dedos acarició la piel del niño que dormitaba tras haber sido alimentado, lo estrechó un poco más para sentir el calor que emanaba de aquel cuerpecito, sus labios buscaron la coronilla del menor donde deposito un tierno beso, aspiro llenando sus fosas nasales con el aroma a recién nacido, noto como el menor se removía entre las mantas.

«Eres mío, el hombre que te concibió en mi interior nunca podrá conocer lo hermoso que eres... Fenrir, yo te mostraré cada pequeño detalle de este mundo, sostendré tu mano mientras te guío, serás el niño más feliz que pueda existir. No necesitas ser amado por alguien que no conoces, no extrañarás a alguien que no sabes existe.»

La mirada de Loki era melancólica, supo que era cierto que Fenrir no echaría de menos la fuerte voz de su padre, tampoco anhelaría ver aquella radiante sonrisa que iluminaba la vida de las personas, menos podría desear un abrazo que le diera calma cuando estuviera angustiado, Fenrir no extrañaría nada de eso porque nunca le conoció... pero él si echaría de menos cada una de esas cosas que por tanto tiempo poseyó.

**

Aquel hombre observaba la escena ante sus ojos sin poder dar crédito, era irreal que aquel hombre de negra cabellera hubiera sido capaz de traer vida, más que traer, de crearla...

Quería marcharse pero sus pies se negaban a moverse, era como si pudiera hacer eso todo el día, no solo observarlo sino preguntarse tantas cosas con respecto a la creación.

— Apenas se puede creer que sean la misma persona ¿cierto? — dijo Tony viendo en la misma dirección que el otro chico.

— ¿Perdón? — pregunto el chico sintiéndose atrapado en una travesura.

— Es lo que pensabas ¿cierto? — prosiguió Tony sin ver al castaño, al igual que este su mirada estaba fija en aquel hombre y su bebé— ¿Como puede ser este hombre cariñoso aquel Dios demente que casi acabó con Nueva York? ¿Como ese lunático sin sentimientos al que no le importaba la vida de miles puede ser el mismo que momentos antes llegó suplicando por una sola vida?

Bucky asintió, le sorprendió que el novio de su mejor amigo supiera leer sus pensamientos tan bien.

— ¿Lo vamos a echar a la calle?— pregunto Bucky, se percató de que le resultaba incómoda esa idea.

Tony giró el rostro para ver al castaño y luego devolvió la mirada a Loki.

Hubo un pequeño silencio en el que parecía estar pensando sobre ello, finalmente suspiro antes de responder.

—En otro tiempo consideraría a Loki una amenaza, en estos momentos no estoy muy seguro de que lo sea...

—Lo entiendo, te hace preguntarte ¿Como alguien que expresa esa devoción y amor con la mirada a un bebé pudiera querer exterminar a la humanidad?— agrego Bucky.

—¡Oh, por Dios! ¡Están hablando de Loki, no de la madre Teresa de Calcuta! ¿Ahora resulta que solo por haber tenido un bebé mágicamente ya no es un villano demente?— exclamó aquel hombre de vestimentas extrañas.

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