Capítulo 8

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Una luz muy molesta, se refleja directamente en mi rostro.
Trato de buscar un ángulo diferente, en donde la luz no me irrite tanto. Fracaso colosalmente
Resoplo frustrada y abro los ojos para enfrentarme a un nuevo día
Genial
Tengo un dolor de cabeza impresionante
Arrugo el ceño tratando de que mi vista se adapte a la claridad y recordar porqué me duele tanto la cabeza
Vestigios de recuerdos llenan mi mente
Evan tirando el balón a una velocidad impresionante al desconocido, yo desnudandome, él subiendo de nuevo mi vestido, él evitando mirarme y yo confesando amor
Estúpida! Me quiero dar una patada por ser tan idiota
Mis ojos repentinamente se ponen vidriosos y me lleva un segundo darme cuenta de que estoy a punto de llorar
El rostro inexpresivo de Evan, cuando le hice la pregunta me ataca.
Me siento muy triste
Doy media vuelta en mi cama y me quedo de costado mirando el tocador con espejo, estiro la mano cuidadosamente y agarro la flor que me había dado él.
La tristeza me inunda de nuevo al recordar ese momento, aquel en donde me había dado la flor. La dejo caer al suelo, dolida, y doy media vuelta de nuevo, enterrando mi rostro en la almohada, derramando lágrimas inevitables
-Claro, solo soy un capricho de un niño rico y para él no valgo ni la pena
Sollozo en silencio hasta que siento como el colchón se hunde con un peso. No siento la necesidad de levantar la cabeza, porque ya sé quien es
Su colonia lo delata
Atajo la respiración para hacerle creer que duermo
-Ya sé que no estás dormida. - replica y siento su voz divertida en el fondo de mi corazón
-Vete. - mi voz sale amortiguada por la almohada
-No deberías tirar las cosas que se te regalan. Es de mala educación
Claro, y romper el corazón de otra persona no lo es
-Vete. - repito y me levanto para tirarle una almohada.
Él lo esquiva fácilmente
Me seco las lágrimas y me levanto por completo, lo veo sentado a los pies de mi cama sujetando la flor con el lazo escurriéndose entre sus dedos
Recojo mis rodillas y las abrazo inconscientemente, mientras que apoyo mi barbilla en ellas
-No quiero que llores
-No lo hago
-Mentirosa. -dice y sonríe. - eres una muy mala mentirosa
Escondo de nuevo mi rostro en mis rodillas
-Toma, te traje esto para el dolor de cabeza
Me toma con la guardia baja que levanto la cabeza bruscamente para mirarlo, al instante hago una mueca de dolor.
-Sí, sé que te duele la cabeza
-Cómo..?
Me callo porque la verdad no quiero saber la respuesta
Solamente agarro la pastilla y el vaso de agua que me tiende y lo paso por mi garganta de un solo trago
-Mira lo que pasó ayer..
Niego con los ojos cerrados
-No quiero saberlo Evan. - no sé si me presta atención o no, porque la verdad no quiero abrir los ojos. - solo calla
La paz y el silencio es reconfortante pero sigo sin sentirme del todo bien. Me siento decaída
Evan tararea una nana cuyo volumen parece murmullo
El sonido es tranquilo y acompasado, hace que quiera volver a dormir. Por más que me esfuerce no reconozco la melodía
Estamos un buen rato así hasta que bostezo y trato de sacar conversación para no dormir
-No sabía que escuchabas nanas
-Las canto. - rectifica
Levanto la cabeza de mis rodillas y abro los ojos para mirarlo directamente, no quiero que me mienta
Él al ver mi expresión sorprendida ríe entre dientes
-Cantas?. -pregunto sin creerlo
Evan simplemente asiente con la cabeza sin dejar de sonreír
Bostezo de nuevo y él vuelve a reír
-De qué te ríes?
-De ti, sabía que el analgésico haría efecto muy pronto
Ahora tiene sentido que ya no me duela la cabeza y que tenga sueño
Sigue tarareando y lo miro fijamente, me pregunto, cómo puede ser que ahora esté tan tranquilo y con la paz reflejada en su ser? Un momento puede ser Evan el caballero y en otro simplemente es Evan el idiota
Mis ojos ya casi se cierran, lucho para que se abran y queden así
Él para de tararear y lo miro ladeando la cabeza, con un interrogante en mi rostro
Evan sonríe y palmea un lado de la cama, específicamente a su lado
Me acerco a gatas recelosa, cuando estoy lo suficientemente cerca, me envuelve con sus brazos y hace que mi cabeza descanse en su pecho
Automáticamente cierro los ojos para disfrutar de la melodía, pero esta vez ya no tararea, sino que empieza a cantar en un bajo murmullo.
Su voz, aunque la escucho muy baja, es muy hermosa, tiene un gran potencial
Estoy por abrir mi boca para preguntarle que nana es, ya que no la reconozco, pero simplemente me gana morfeo y caigo rendida al instante

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