Capítulo 46

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Evan

-Camcam.-su vocecita hace media hora que me está irritando.- ¿Sabes? El otro día estuve en el shopping y encontré...

Dejé de escuchar de nuevo su parloteo para concentrarme en la gráfica. Éste informe es súper importante para la empresa y está jodidamente mal hecho. Entorno los ojos hacia el papel mientras voy corrigiendo los errores monumentales y apuntando mentalmente dar una clase privada a la nueva secretaria sobre hacer informes correctamente.

Un silencio sepulcral en mi despacho hace que me sienta extraño. ¿Qué ella no estaba..?

El documento con las gráficas de repente salió volando de mi escritorio. ¿Que demonios?

-¿Cuál es tu problema, Darleen?.- el enojo se hace presente en mi voz y me giro a mirarla fríamente.- Hace más de media hora que estoy tratando de hacer este informe como se debe y ...

-Ése es el problema.- se incorpora en el sofá y succiona su labio inferior, interrumpiendome.- justamente durante ese tiempo estuve hablándote y no me haz hecho caso. Eso no me da ni pizca de gracia.

-¿Sabes lo que no da ni pizca de gracia?.- me levanto con seguridad y levanto la hoja,mientras finjo examinarla.- Que hayas querido matar a una muchacha inocente.

Abre los ojos sorprendida ante mi acusación.-¿Qué, creías que iba a pasar por alto algo como eso?

-Yo...yo..no tengo idea de qué hablas.-balbucea y mira hacia la esquina de mi despacho.

-Puedes decir todo lo que quieras, pero yo estuve en ese lugar y te vi, Darleen.- De soslayo puedo ver que está buscando una salida rápida.- La única razón por la que no te eché está mañana cuando te encontré desayunando como si fueras la señora de la casa con mi madre, fue por ella misma. Mi madre haría todo un show por eso. Y muy temprano no estaba de humor para sus desastres.

Ella no se atreve a mirarme y la veo tensa. Sonrío socarrón.- ¿A qué no pensabas que te iba a enfrentar cuando me seguiste desde la cocina hasta acá, verdad?

Ella se levanta echa una furia. -¿Cómo te atreves..?

La miro y dejo que vea toda la ira, frialdad y rabia que sentí cuando vi que golpeaba la escalera para que Abbey cayera.

-Vete.-no alzo la voz, pero es lo suficientemente firme para que se dé cuenta de que no estoy jugando.- Vete antes de que haga la denuncia y tu carrera profesional se vaya a la ruina.

Me mira totalmente incrédula, desconcertaday con la boca ligeramente abierta por la sorpresa. -¿Qué..?Camcam no estarás hablando de verdad...

Miro mi reloj por inercia. !Mierda! ¡Ya es absurdamente tarde y dentro de 15 minutos empieza mi clase de latín!

No dejo que ninguna emoción se plasme en mi rostro.-¿Sabes? Mejor yo me largo.

Agarro la chaqueta que estaba por el respaldo de mi silla y me la coloco en el aire, para luego abrir la puerta e ir en busca de Robert, dejando a una muy iracunda e incrédula Darleen.

(...)

¡Cielo Santo! Estar toda la noche ocupándome de la empresa y todo el día en el instituto me está cansando. Tengo el cuello entumecido y daría lo que fuera por un masaje.

Resoplo frustrado mientras camino hacia donde Robert aparca desde siempre. El camino es rápido y aunque trato de pensar en la empresa, mi mente no puede evitar ir de nuevo a esa noche.

Esa bendita noche en donde probé sus labios color cereza, su aroma era embriagador y aunque ella no lo sabe (si estuvo algo mal y lo admito) lo haría de nuevo.

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora