El Contrato

Capítulo 38.

Una semana ha pasado ya, una semana de que he regresado a esta misma secundaria.

Antes era la chica que no llamaba la atención, era simplemente una estudiante más, la que no sacaba las mejores calificaciones pero tampoco las peores, la que se divertía y la que también hacía sus deberes. En fin, como una adolescente promedio.

¿Ahora? Es un infierno, y no, no por lo que ustedes piensan, es lo contrario.

Todo el mundo quiere pasar tiempo conmigo, me piden fotos, y quieren que le cuente una y otra vez, las cosas que pasaban y lo que hacía en la mansión.

Sólo hay un pequeño problema: Firmé un contrato en el cual se me prohibía legalmente hablar sobre lo que ocurría dentro de la mansión, o de los que vivían allí.

Hay algunos que no entienden eso, y piensan que por borde solamente no les quiero contar. Es ahí, cuando se ponen pesados.

Suspiro mientras miro las grandes letras del instituto.

"BIENVENIDO/A AL INSTITUTO" STAR OF TIME"
¿Porqué el instituto se llama de forma tan ridícula? No tengo idea.
Siempre cuentan su historia y de cómo se fundó, pero yo sigo sin creérmelo, no concuerda ni un poco con el nombre.

Ajusto la correa de mi mochila y suspiro de nuevo.

Hace una semana que me han corrido de la mansión, hace una semana que volví a mis tareas anteriores, a mi hogar, a mi instituto y...

Un golpe hace que caiga de culo en la entrada.  Y claro, como olvidarlas, a mis mejores amigas.

Camille y Lucie me miran expectantes. Ni siquiera me ayudan a levantarme. Diría que están enojadas, pero sus grandes sonrisas y que vienen abrazadas las delata.

-Algún día de éstos, harán que me rompa un hueso. - comento mientras me levanto con dolor.

Sí me ha dolido.

-Te mereces eso y mucho más. - replica Lucie

-Ya déjala, ella no podía decirnos nada, ni siquiera podía contactarnos por celular por el contrato que firmó. - me defiende Camille.

Auch, sé que están bromeando, pero el viejo dicho me ataca. "La verdad duele"

También sé que por más que Camille me esté defendiendo, a ella le dolió igual o incluso más, el hecho de que no les haya visto, hablado o incluso avisado, de mi situación o de mi vida. No suele expresar mucho las cosas, pero sus ojos lo dicen todo.

Ellas la verdad, al principio estaban recelosas de mi integración a ese colegio de nuevo, pero fueron las únicas que entendieron que hablar del tema me hacía mal y dejaron de insistir en ello. Ahora simplemente me aceptan y vamos como antes al instituto, o bueno casi como antes.

-La clase está a punto de comenzar. - comenta Lucie y nos conduce de la muñeca casi trotando.

Hago una mueca mientras trato de seguirle el paso. ¿Desde cuando a ella le gusta el instituto?

-Lucie, ¿desde cuando a ti te emociona tanto la clase del Señor Garry?

-Hacer ejercicios de cálculo obviamente no. - contesta Camille, ya que Lucie está ocupada oteando el pasillo. - Pero desde hace dos semanas que se integró un nuevo compañero y la trae loquita. Quiere llegar primera a la clase sólo para verlo.

-¿Cómo no querer verlo? Es el ser más hermoso que mis ojos han visto en 17 años, Dios de seguro que lo ha esculpido con sus propias manos, y su voz, si lo escucharas...

Abro mucho los ojos. ¿Lucie empieza de nuevo con su obsesión con muchachos bonitos?

-Pensé que habías dejado ese mundo Lucie.

Lucie suspira teatralmente mientras ingresamos al aula.

-Lo sé lo sé, rubia. - Se sienta en el lugar de siempre. Frente a nosotras y balanceando su silla en dos patas. - Pero es que si me mandan un adonis así, no puedo resistir la tentación..

-¿Y quién es el que la tiene así? Como soñando despierta.

Camile rueda los ojos mientras se sienta a mi lado. - Se llama Houston y sí, como el de Apolo 13. Se transfirió de una prestigiosa institución del Norte y habla cuatro idiomas extranjeros.

-Todo un sueño.. - suspira Lucie mirando a la nada.

Miro extrañada a Camille. Una cosa que deben saber, es que las personas que hablan varios idiomas, son tan escasas como las uvas por aquí. Casi no hay.

-¿Cuatro idiomas?

Esta vez es Lucie quien asiente enérgicamente. - El chino mandarín, inglés, francés e italiano.

Me pongo en guardia al oír lo último. Él también hablaba perfecto el italiano.

Algo brilla en los ojos de Camille.

-Es algo de la mansión, ¿no es así?

Asiento despacio y pensando. De las tres, Camille es la más intuitiva y puede leer a las personas sólo mirándolas hacer un gesto.

-¿Y asumo que tampoco nos puedes contar?. - Lucie hace un mohín con los labios.

-No es de la mansión en sí, sino más bien de él. -aclaro para mis mejores amigas.

-¿Él?. - las dos preguntaron al mismo tiempo.

-Evan. - trago saliva, hace una semana que no pronuncio su nombre. - Evan habla el italiano perfectamente.

Mis amigas abren los ojos con sorpresa. Sí, ellas saben quien es Evan, pero es la segunda vez que lo menciono o que revelo información que tenga que ver con él.

Las personas van y vienen, hay bullicio en el salón, y es la única ventaja: No pueden escuchar.

Las dos se quedan atónitas con sus respectivos rostros de sorpresa. Yo voy quitando mis cosas, cuaderno y boli de la mochila, hasta que una mano bien cuidada, grande y pesada se posa en mi pupitre, sobre el cuaderno abierto.

-He escuchado hablar tanto de él, que pienso que es un famoso. - su voz es melódica y su colonia traspasó mis fosas nasales. -L'italiano parla meglio di me?

Lucie libera un gritito de sorpresa, Camille se hace para atrás del susto, el boli se me resbala de las manos, yendo a caer en la nuca de Jesse, la nerd del salón, que está a un pupitre más adelante que nosotras. Ella sólo vira su cabeza hacia mí, me lanza una mirada asesina y vuelve a hacer garabatos en su cuaderno.

Lo siento Jesse.

Levanto la cabeza, miro su rostro y abro la boca sorprendida. ¿Quién lo diría? La vida te da sorpresas.

¿Qué creen, Creaciones?
¿Quién es el misterioso que se ha aparecido?
Capítulo corto pero emoción grande.
Gracias por esperar pacientes las actualizaciones, pequeñas criaturas, Creaciones divinas, tuve algún que otro problema personal. ¡Pero ya estoy con todo!
Les mando besos y abrazos.
Estrellita 🌟 o comentario si te gustó ♥ y nos leemos en el próximo capitulo.
Bye bye, Creaciones.