CAP21

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-¿Quién eres?-dije evaluándolo, el soltó una carcajada, mientras se daba la vuelta y seguía haciendo lo suyo.

-Tan rápido me olvidas, me llego al corazón enserio chica-dijo en tono gracioso, pero yo no veía para nada lo gracioso.

-No recuerdo nada así que dime ¿Quién carajos eres?-dije molesta cruzándome de brazos.

El apago la estufa después de haber terminado su obra de arte, se recarga en la encimera y cruza los brazos y me mira divertido.

-Soy tu chofer y cuidador de la niña malcriada-dijo con una pizca de sarcasmo.

Hasta que todo llego a mi mente, desde el dibujo hasta el gritarle después de quedarme dormida. Mire mis manos las tenía con moretes y abierto los nudillos con la sangre seca todavía en mis dedos.

No vi cuando se acercó a mi lado y agarro mis manos y se las llevo delicadamente a su boca dándole un suave beso en mis nudillos.

-Vamos a curártelos-dijo llevándome a mi baño, me senté en la taza del baño y espere a que él buscara el botiquín.

-¿Dónde está el botiquín?-dijo abriendo los cajones hasta que lo vio- Aquí esta-dijo sonriendo, se arrodillo quedando un poco más bajo que yo y saco el alcohol y un algodón para remojarlo en el alcohol hasta que lo paso por mis dedos, solté un gritito y él sonrió.

-Marica-dijo mostrando su dentadura blanca.

-Idiota-dije enojada, viendo como pasaba el algodón por mis nudillos y quitando la sangre seca.

Después de unos minutos termino.

-Listo-dijo parándose y tirando el algodón,  metiendo todo a su lugar-Bueno te dejo para que te bañes muñeca, te espero para desayunar-dijo yéndose, hasta que se paró en la puerta y se voltea a verme.

-Por cierto, te ves muy sexy así-dijo mordiéndose los labios con una sonrisa detrás y una mirada seductora, le saque mi dedo del medio y el soltó una carcajada dejándome sola en el baño.

Termine de asearme, agarre la toalla y vi que no tenía mi ropa aquí *Dios ¿Por qué cuando tengo un chico violable aquí me pasa esto?* Me seque el cabello y me puse crema y me armé de valor para salir.

Salí y no encontré a nadie en la habitación, solté un suspiro de alivio  y agarre mi ropa, ya estaba por meterme al baño a cambiarme.

-Te recuerdo que vamos air al gimnasio muñeca-dijo parado en la puerta con los brazos cruzados. Hasta que recordé quien es él casi desconocido ¡Es el maldito arrogante! que me lo tope el día que fui a inscribirme, aun así debo admitirlo si me hago panadera.

-¡Eres tú! El idiota arrogante-dije yendo a su lado apuntándolo, el levanta las manos en forma de rendición.

-Oye calma muñeca, solo te aviso y además te recuerdo que ayer te mire sin blusa y hoy te miro con solo una toalla, no me hagas hacer lo que no hice ayer-dijo mirándome directamente a los ojos, me ruborice y me fui rápidamente al baño con la ropa del kickboxing, termine de cambiarme y me agarre el cabello en una coleta alta y me enchine solo las pestañas y salí del baño.

-Hasta que por fin sales-dijo parándose de mi cama que ya estaba acomodada-Vámonos oh llegaremos tarde, ya tengo mi mochila en el auto, agarra la tuya y  ya luego comeremos-dice saliendo de mi cuarto *Que se cree dando órdenes* Puse los ojos en blanco y agarre mi mochila y mi botella de agua que la deje en el refrigerador. Cerré la puerta de mi apartamento, ya mande a que cambiaran llave de mi apartamento y la cerradura, era eso o mudarme y no ando para gastar más dinero.

-Vamos chica-dijo esperándome en su auto.

-¡Hay voy!-dije enojada entrando a su auto, no es mi culpa que la música del ascensor sea muy movida.

¿Por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora