CAP28

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Solo sé que amanecí con muchas botellas y cigarros en uso en mi habitación.

 Me pare en mi cama porque sentía el vómito venir, corrí rápido al baño y saque todo. Mi aspecto en el espejo era favorable a las demás veces, me lave la cara y me enjuague la boca, cuando iba saliendo del baño me tropecé con una masa que estaba tirada en el suelo, *Maldición* fue lo único que pensé cuando vi aun Matthew acurrucado en posición fetal, me pare enseguida y empecé moverlo con el pie *Sigue vivo* pensé con alivio.

Arregle mi ropa para meterme con ella al baño y poder darme una duchar rápida, me despoje de mis prendas y entre a la ducha. Termine cambiándome con algo casual, me arregle y seque mi cabello para después agarrarlo en una coleta alta. Salí de la ducha y vi que la cama ya estaba hecha y no había rastro de un oso invernando en forma fetal, fruncí el ceño y sentí unas manos en mi cadera, mi primera impresión no fue nada admirable.

-¡El perro que pario al perro del vecino!-dije zafándome y corriendo en mi propio eje, mientras Matthew arrugaba la frente y se cruzaba de brazos.

-Yo no pareo perros, ¿Qué carajos con eso Miller?-dije confundido y exaltado Matthew.

-Dije del ¡perro! Que pario al otro perro del vecino-dije exaltando al ‘perro’ para que comprendiera que nunca dije un hombre.

-Ah-dijo relajado.

-Aunque Finn es un perro-dije abrazándolo y él me estrecha con cariño y oiga su risa encantadora de flamenco oxidado.

-Sí que tienen una hermosa relación ustedes dos-dice con su barbilla apoyada en mi coronilla.

-Él me dice que soy la esclava negra de la mugre viejilla de literatura-dije defendiéndome, Matthew soltó una carcajada.

-Bueno ahí tiene una pizca de razón-dijo un poco risueño, me solté de su agarre y le di un codazo leve y Matthew permanecía con una sonrisa alegre haciéndome sonreír.

Fuimos a la cocina, Matthew se sentó en la isla pequeña de la cocina y observaba como cocinaba.

-Jamás pensé que cocinabas-dijo, voltee a verlo, su brazo sostenía su cabeza y veía mis movimientos como si fuera un show de cocina, le sonríe.

-Si cocino para mí pero para los demás no, así que siéntete orgulloso de probar esta delicia-dije entregándole mí batido sorpresa, unos panes de canela relleno de fresas y un poco de fruta fresca.

-¿De que esta echo el batido? Es una delicia-dijo probando más del batido mientras gemía de satisfacción.

-De frutos rojos con un toque de galleta oreo-el dejo de beber el batido y me mira con los ojos abiertos.

-¿Oreo?-dijo confundido, asentí- Aun así sabe bueno.

-¿No te gusta el oreo?-dije haciendo una cruz con los dedos mientras me iba para atrás.

-¡Por supuesto que sí! Tengo demasiadas en mi departamento-dijo defendiéndose mientras comía los panes de canela- ¡Carajo, estos panes saben rebuenos!

-¿Por qué nunca eh ido a tu apartamento?-dije comiendo la fruta, él deja de comer y parece debatir en decirme o no.

-Porque ahí es de hombres y putas y tú eres una dama-dice empezando a devorar lo único que le quedaba de fruta.

-¿De putas?-dije alzando una ceja incrédula.

¿Por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora