CAP37

101 5 0
                                        

-¿Qué quieres?-dije abriendo la puerta enfurecida, vi que era Ryan un poco nervioso por mi actitud.

-Solo vine a verte para saber por qué no fuiste a la escuela.-dijo entrando al apartamento, mientras yo me iba a fumar un cigarrillo al balcón.

-Ya te distes cuenta Ryan.-dije mostrándole una sonrisa sarcástica para después sacar el humo.

-¿No te dio Matthew anoche?-dijo intentando aligerar el ambiente, hasta que vio que no pudo borro su sonrisa.-Mindy desde lo que paso en tu departamento, te has comportado rara, no sé si los demás lo han notado pero yo sí.-suspiro.- Sé que no soy la mejor persona para confiar pero te puedo ayudar.
Reí con amargura, si el pudiera con una varita cambiar todo, yo sería feliz.
-¿Me ayudas a matar un idiota?-dije apagando el cigarro para después apoyarme.

-¿A Finn? Claro.-dice riendo, le di una sonrisa amarga.
-No Finn ¿Conoces a un grupo de Washington, uno de los mejores bandos para traficar drogas y a veces mujeres?

-Claro.-dijo algo confundido-¿Pero qué tiene que ver contigo Mindy?
-Todo.
Flashback
*Este banco me sacara de problemas de dinero por un largo tiempo* pensé mirando, la gente boca abajo con las manos en su nuca, di un disparo hacia arriba causando más temblores de las personas e niños, oía la sirena de las patrullas más cercas *Mierda* pensé.
-¿Hay alguna salida por detrás?-dije viendo a un empleado detrás de mí pasamontañas, el asintió nervioso.

-Al fondo hay un pasillito por ahí sacamos la basura de atrás.-dijo temblando mirando el suelo.
Antes de irme me puse en el centro e hice una despedida como si acabara una obra y ganándome los aplausos de la gente pero aquí no hay público, ni un actor.
Me fui a todo prisa, siguiendo las instrucciones del trabajador, *Aquí esta* pensé mientras caminaba deprisa, abrí la puerta y debes de ver la luz, vi un bate de beisbol golpeándome en la frente dejándome noqueada.

-Bps, bps, despierta bella durmiente.-decía una voz, sacándome de mi sueño negro, abrí los ojos despacio, trate de estirarme pero algo me lo impedía voltee para ver que era y era yo amarrada aúna silla *Demonios* mire a mi alrededor y había siete hombres en traje elegante. El lugar olía a cigarrillos y apeste de ratas e insectos.
-¿Cómo está mi dulce ladrona?-dijo el hombre de en medio mirándome con una sonrisa fría, en la mano sostenía un cigarro de puro.
-¿Qué estoy haciendo aquí?-dije mirando a los hombres con un dolor de cabeza que no me dejaba pensar claro, todos los hombres me miraban con malicia y hambre en su mirada pero uno tenía la cabeza agachada. Me sentía como una oveja asechada por lobos.
El mismo que me hablaba dio un paso adelante, se aclaró la garganta para empezar hablar.
-Como veras-dijo caminando o dando una vuelta a la silla donde estaba amarrada.- Me eh dado cuenta que estas comprándole a uno de mis obreros droga mía, para serte franco cuido muy bien a mis clientes-Acaricio mi mejilla, sintiendo asco.- Cuando supe que eras de esa familia pobre, quise ofrecerte negocio pero primero tenía que vigilarte.-dijo alejándose un poco para mirarme completamente.-Me entere gracias a mis obreros y grandiosas cámaras y autos negros siguiéndote mientras no te dabas cuenta-Dio una carcajada fría.- Que eres la famosa ladrona de bancos a esta edad le has ganado a los mejores ladrones ¿Y sabes cómo me excita eso?-dijo tirando de mi barbilla para que lo voltee a ver, vi oscuridad en su mirada.

-¿Quieres que te pague?-dije desviando la mirada, soltó una carcajada.
-¡Soy más rico que tú, preciosa!-dijo alzando las manos a su alrededor sus hombres rieron con él.
-¿Entonces qué quieres, de mí?
-Todo-dijo sacando el humo de su puro en mi cara.-Quiero tu mente, eso lo que quiero, contigo teniéndote mis negocios crecerán y a mí me harás crecer.-dijo mirando su cintura haciendo ver a su “cosa exaltada” hice una cara de asco, quise decirle que no y que me dejara ir pero sé que esto no será fácil.
-Me gusta mucho tu trato pero lamento decirte que esto solo será temporal, los bancos no son mi fuerte por toda la vida, solo quiero que mi familia lo tenga todo para después hacer mis estudios.-dije con una sonrisa intentando parecer tranquila.
-Preciosa conmigo tu familia nunca tendrá que pasar hambre ni tú, tendrá ¡Todo! Solo únete a mi.- se acercó al hombre con la cabeza gacha, puso su brazo en el hombro haciendo que este levante la mirada. Me quede sin aire.
-¡Tío Fergus! ¡Sácame de aquí tío!-dije intentando zafarme pero ese hombre que se hacía llamar tío, era un desconocido.
-Vaya sobrina, pero en que líos te metiste.-dijo soltando una risilla.-Lamento decirte esto pero eliges ser del jefecito.-el hombre le dio un golpe en la espalda haciendo a mi tío cobrar la postura.- Digo del jefe, ser de él o te mataran con toda y tu familia.
-¡Pero es tu familia también!- dije sintiendo un nudo en la garganta.
-¡Ellos me dieron la espalda!-dijo acercándose furioso a mí.
-¡Te ayudaron, estuvieron ahí después de recaída y desgracia!-dije mirándolo borrosa mi vista por las lágrimas, Fergus se acercó a mi dándome un puñetazo haciéndome girar y arder mi boca.
Llore, no por el dolor del golpe sino por el dolor de perder a mi familia.
-¡No le hagas nada, hijo de puta!-dije al que suelen llamar “jefe” me mira con odio.
-Únete a mí y todo será mejor.
Me quede callada pensando e llorando, todos me miraban con diversión. El jefe hizo una seña al hombre de bate de beisbol, haciendo que se acerque a mí, grite.
-Suficiente, puta-oí después de sentir otra vez el bate en mi frente.
Fin de flashback.

-¿Mindy, tienes algo que ver con esa gente?-dijo Ryan, haciendo que lo voltee a ver.

Iba a responder pero tocaron la puerta, haciéndome suspirar de alivio.
-Esto no se ah terminando.-dijo susurrando Ryan para después abrir la puerta e encontrarme aun Matthew sudado.- ¿No tenías entrenamiento?
Matthew no le respondió se acercó rápidamente a mí y me beso eufóricamente, sentí ese beso arrebatador con éxtasis e entusiasmo, nuestras bocas moviéndose al compás de un tango.
-Te extrañe.-dije agitado después de esa descarga de energía.
-Yo también-susurre despacio.
Sonrió y luego miro a Ryan.
-Me escape del entrenamiento y vine corriendo hasta aquí.
-Oh.-dijo Ryan.- Vendré después Mindy.-dijo para darme un abrazo.- Y me lo explicaras todo.-susurro para que solo yo escuchara, asentí, me dejo libre y se fue sin voltear atrás.
-¿Te hizo algo? Por qué lo puedo golpear si eso quieres.-dijo Matthew apuntando la puerta.

Reí sincera por primera vez en el día.
Fui con Matthew abrazándolo desprevenidamente, me acepto gustosamente en sus brazos estrechándome más a él, a mi Matthew.
-¿Quieres ver un pequeño maratón de películas conmigo?-dijo Matthew dándome un pequeño beso en la frente, asentí.

-Con nieve, por favor- dije sin soltarlo, olía a un rico aroma a sudor.
Sentí como su cuerpo temblaba con su risa.
-Con gusto princesa.

¿Por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora