Internado: La Paz (Darlene)

Capítulo 13

Capítulo 13

Ellison en ese momento creyó que se había roto la cabeza.

Porque ni siquiera tuvo el valor de moverse hacia otra parte, se quedó allí mirando a ver qué era lo que pasaba. Claramente lo que iba a pasar no era bueno.

Si le tocaba morir... ¿Estaría más tranquilo en ese sueño profundo que no despertaría más? Si no sentiría más el dolor físico, ni el dolor interno, estaría mucho mejor.

¡Ellison! ¡Ellison! Sentía gritos, mientras estaba en el suelo en el pasto del cementerio.

Su cabeza dolía un montón y él estaba a punto de desmayarse.

No podía moverse y su vista se había clavado en el cielo nublado que mostraba el día.

Su corazón estaba latiendo a mil, lo que provoco que el dolor de cabeza aumentara y sus ojos se llenaran de lágrimas.

La primera persona que se acercó a ver como estaba fue Sunny, lo cual impresiono a Ellison y creyó que estaría en el más allá.

— ¿Estas bien?

Su vocecita resonó en toda su cabeza y hace unos segundos, sentía ganas de desmayarse pero ahora que sintió la voz de Sunny... Volvió a la realidad, solo con dolor en la cabeza.

—Ellison...

Ella seguía pronunciando su nombre.

Pero él tenía los ojos cerrados, y cuando sintió sus dedos rozar su mejilla su corazón aumento la velocidad.

—Estoy bien...

Abrió los ojos y encontró los ojos de Sunny... y se quedó mirándola y mirándola y ella también se perdió en los ojos de Ellison. Verdes esmeralda.

Hasta que Margaret, apartó a Sunny y tomo del brazo a Ellison para que se parara de golpe. Ellison, gemio de dolor.

— ¡Jovencito!

Todos lo estaban mirando solamente a él.

— ¿Esta bien?

Ellison se llevó una mano a la cabeza.

—Si...

—Si no está bien solicito que lo lleven a la enfermería.

—Estoy bien.

—Está bien, la actividad por hoy termino...— Dijo la profesora, mientras le dio golpecitos en la espalda a Ellison para consolarlo.

— ¡Vayan a clase! Antes que ocurra otro accidente...

Todos comenzaron a irse menos Kenly y Sam que se acercaron rápidamente a Ellison para preguntarle cómo estaba.

Bien. El respondió.

Pero antes de irse se quedó unos segundos mirando el árbol donde había estado esa sombra negra que lo atormento y lo había hecho caerse.

Los chicos estaban un poco mejor, entonces salieron del cementerio en silencio y fueron a clase sin decir nada.

La clase de hoy era con Adam el profesor que a algunos les aterraba, por su actitud.

Pero a Ramona le gustaba ese profesor... Era una de esas chicas que en lo único que pensaba era en conquistar a nuevos hombres.

Entraron los tres chicos a clase y todos se los quedaron mirando en silencio, hasta que el profesor se levantó de su escritorio y los detuvo.

— ¿Por qué llegan a esta hora? — Se cruzó de brazos.