La Mate del Alpha Dominic

Capítulo 44

Hoy se cumple un año de que conozco a Emm y de que vive conmigo. Realmente siento que la conozco de toda la vida.

Han pasado tres meses de su cumpleaños número 18 y hace unos días término el colegio con notas bastante altas.

-¿Acaso creías que nuestra Luna no era lista?- pregunta Mark.

-Nunca dije eso.- contesto de mala manera.

En fin, no puedo creer que ya entrará a la universidad. Le temo un poco ya que irá a una en la ciudad y es de humanos.

-Dominic duerme de una vez.- gruñe Emm mientras se remueve en la cama.

-No puedo hacerlo.-

Ella se levanta y se dirige al baño, vuelve con un frasco de medicamentos.

-Toma un par de estas, son para el insomnio.- murmura y me alcanza el vaso de agua que hay en su mesita de noche.

-Gracias amor.- digo y me llevo tres a la boca.

-Buenas noches.- murmura y su voz es amortiguada por la almohada.

Luego de media hora las pastillas hacen efecto y caigo en los brazos de mi bella Luna.
.

Despierto y noto que Emm no está en la cama. Algo aturdido reviso la hora y me doy cuanta que esas patillas si que hicieron efecto.

18:30 p.m

Para mi sorpresa la casa esta bastante silenciosa. Los chicos no están pero mi Luna si, siento su olor el cual rápidamente sigo y me guía hasta la terraza.

Allí se encuentra ella, sentada, fumando, mirando el atardecer. Su pie izquierdo se mueve sin parar.

No está tomando sus medicamentos.

Lo sé.

Los frascos de su medicina están igual de llenos que hace una semana.

Siendo sinceros, me preocupa, las emociones de una bruja son iguales a las de un humano normal, pero con una diferencia, son mucho más fuertes la de las brujas. Lo sienten incluso siente veces más que los humanos.

-Buenos días linda.- digo mientras me acerco a ella.

-¿Dormiste bien?- pregunta soltando una pequeña risa.

-Cómo nunca.- afirmo mientras me siento a su lado.

-Bueno, ese me alegra.- murmura y le da otra calada a su porro.

-¿Ya sabes que estudiarás?- inquiero.

-Si.- murmura. Le hago una señal de que continúe hablando. -Me decidí por medicina.-

-Dra. Emma Cragg. Suena bien.-

-Wow, frena el carro Lobito. Ese no es mi apellido.-

-Pero es el mio y pronto serás mi esposa.-

-No cambiarás mi apellido.- advierte.

-Por favor...-

-Dominic...-

-Esta bien.- bufo.

-Buen Lobito.- dice mientras soba mi cabeza. Mark gruñe.

-¿Acaso te estas burlando de mi?-

-Quizá...- Me da una sonrisa.

-¿Hay algo que quieras contarme?- cuestiono.

-No... ¿Por qué lo dices?-

-Emm...-

-¿Que sucede?-

-Se que no estas tomando tus pastillas.-

Ella suelta algunas groserías.

-Tengo mis razones.- murmura.

-¿Cuales?-

-No me hagas decirlo.- dice tapando su cara con las manos.

-Amor, que pasa.- pregunto extrañado y algo preocupado.

-Ya sabes los antidepresivos...-

-¿Que sucede con ellos?-

-Me quitan, ya sabes...-

-Emm, si hablas así no te entiendo.-

-Los antidepresivos me quitan las ganas de tener relaciones, ya sabes, sexuales.-

-Amor, por que no me la dijiste antes.-

-No lo sé.- murmura y esconde su cabeza en mi pecho.

-¿Y los ansioliticos? Se que tampoco tomas esos.-

-Dominic, voy a empezar la universidad y los ansioliticos me traen dificultad para concentrarme.-

-Emm, debes tomar tu medicina. Hazlo por ti, sabes que luego esto traerá problemas.-

-¿Sabes? Estoy teniendo síndrome de abstinencia. ¿Entiendes eso? Significa que me he vuelto adicta a esa mierda que lo único que hace es que mis neuronas funcionen más lentas.- dice algo alterada.

-Emma, entiende, es por tu salud. Disculpa pero no dejaré que pongas tu vida en riesgo.-

-No me entiendes, eso está claro.- murmura mientras pasa sus temblorosas manos por su cara y se levanta para irse.

-Amor espera.- tomo su brazo y ella me mira expectante. -Se que no es lo que te gustaría escuchar en este momento, pero no me importa que no quieras, no jugarás así con tu salud.- advierto.

-¿Es una amenaza?-

-No, sólo te anticipo a los hechos.-

-Vete a la mierda.-
.
Término de preparar la comida y subo cuidadosamente las escaleras hasta llegar a el cuarto.

-¿Que quieres?-

-Te traje la cena.- murmuro.

-Tienes que comer.- digo y su puño golpea la cama en un ágil movimiento.

Se que esta algo irritable pero es culpa de que no toma sus pastillas. Tengo miedo de que le de una crisis nerviosa.

-Emma, vamos, no quiero pelear contigo. No estando tu así.-

-¿Así como?-

-Eso no importa. Solo no te pongas nerviosa.- sugiero y dejo los platos sobre su regazo.

-¿Por que me controlas?- habla entre dientes.

-¡Por qué no quiero que te dañes joder!- mi voz suena más alta de lo que tenia planeado.

Ella se queda callada y toma su medicina de la medicina sita de noche

-¿Que haces?-

-Tienes razón, no se en que pensé al no tomarlas.- dice mientras lleva los dos tipos de medicamentos a su boca y luego los pasa con agua.

-Amor.- tomo su cara entre mis manos. -Si es por el sexo no te preocupes, no me importa. No me importa dejar siquiera mi vida para que tu estes bien. ¿Entiendes?-

-Te amo.- dice y me besa.

-Eres lo mejor que me paso en la vida.- confieso mientras paso lentamente mis dedos por los suyos y acaricio el anillo de compromiso.

-Gracias por devolverme la vida.- susurra
...
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