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¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Segundos? ¿Minutos? ¿Horas? Posiblemente el tiempo se había parado, parecía una eternidad lo que estaban durando en esa posición.
Ninguno de los dos estaba incómodo, muy por el contrario, YoonGi se sentía tan lleno y feliz al encontrarse así con el omega. Era una sensación que nunca había sentido pero sin duda alguna le gustaba. Y JiMin se sentía tan tranquilo y relajado, todo el miedo que estaba sintiendo se esfumó al sentir la calidez de los brazos de el pálido y su delicioso aroma. Mentiría si no aceptara que estaba algo avergonzado por tener que hacer que YoonGi y él estuvieran así, pensaba que el mayor estaba incómodo o incluso molesto por estar en esa situación; quería alejarse de el alfa y dejar de asfixiarlo, sin embargo algo de lo impedía: su lobo se rehusaba a alejarse de YoonGi.
El aroma a madera y menta que desprendía el pálido era tan relajante, demasiado para JiMin que a causa de este se estaba durmiendo en brazos de el alfa.
—Hyung... —balbuceó con su vocecita algo dormida, removiendose en los brazos de Min, sacándole una sonrisa a este último.
—Duerme JiMin, yo te cuido. —acarició con delicadeza la espalda de el rubio, haciéndolo suspirar y aferrarse más a su cuerpo.
—Hyung tiene que trabajar. —murmuró levemente, abriendo sus ojitos y levantando su cabecita para ver a YoonGi. Este le sonrió con dulzura, observándolo como si fuera una obra de arte, aunque claramente lo es.
—Creo que prefiero tenerte en mis brazos mientras te veo dormir. —confesó con una sonrisa. Los mofletes de el omega de pintaron de rojo, provocando que escondiera nuevamente su cabeza en el pecho de YoonGi, completamente avergonzado. —¿Acaso JiMinie es tímido?~
El tono de voz empleado por YoonGi removió todo el interior de JiMin. Nunca había escuchado a el mayor hablar con ese tono meloso, incluso podía jurar que pensó que él no era la clase de chicos que hacían eso. De hecho eso se le hacía tierno, bastante tierno para ser verdad.
—Oye, JiMin, no te escondas~ —ahí está ese tono de nuevo y JiMin no pudo evitar reír enternecido. —¿De que te ríes rubiecito?
—Es que eres tierno. —contestó levantando su cabeza para ver a el alfa.
—¡Yo no soy tierno! Tú lo eres. —la manera en la que arrugada su frente y sus ojitos se entrecerraban un poco lo hacían ver cómo un lindo gatito, sumándole al puchero que inconcientemente estaba haciendo. JiMin rió un poco más, agarrando con sus manitas la camisa de el pálido y presionandola a causa de la risa. —¿Quieres reírte, ah? Pues te daré razones para reír con provecho.
—¿Qué- ¡Hy-hyung, no! —YoonGi movía sus manos en el cuello y axila de el rubio, provocando muchas cosquillas en el.
El omega daba patadas y manotazos intentando parar a su mayor, a la vez que reía a carcajadas y se quejaba de las cosquillas. YoonGi reía junto con él, sin parar de provocarle aquellas cosquillas que JiMin tanto imploraba por qué se acabaran.
—¡B-basta! JAJAKSLA ¡Hyung! —se dejó caer de espaldas en el sillón, haciendo que por inercia YoonGi se sentara encima de él para tener mejor forma de hacerle cosquillas.
Ninguno de los dos pensaba en lo comprometedora que era aquella posición, ambos estaban perdidos en su mundo donde solo eran ellos dos.
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Cotton Candy | YoonMin [Omegaverse]
FanfictionMin Yoongi fue hechizado por esa hermosa sonrisa, esos pequeños y brillantes ojos, esa tierna voz de ángel y la preciosa cabellera rubia del joven Omega. Y no puede faltar el mencionar ese delicioso y dulce aroma que el chico desprendía; algodón de...