Alguien olía muy bien mientras me tocaba. Pude oler el perfume y sentir el peso de una mano en mi hombro. Pero el miedo se apoderó de mí de todas maneras. La explosión de terror que me hacía volver en mí de golpe llegó en el momento justo. Sabía lo que era pero aun así el pánico me dominaba. Debería reconocerlo. Era un sentimiento que ya llevaba años acompañándome.
-Taylor, levántate.
Esa voz. ¿Quién era? Abrí los ojos y delante de mí tenía el verde intenso de los ojos de Karlie Kloss a menos de quince centímetros. Empujé hacia atrás el asiento para poner más distancia entre esa preciosa cara y yo. Ahora lo recordaba. Compró mi foto la otra noche. Y me llevó a casa.
-¡Mierda!, lo siento. ¿Me he quedado dormida? -Busqué a tientas el manillar de la puerta pero no conocía su auto. Me moví a ciegas para salir, para salir de ahí.
La mano de Karlie salió disparada y cubrió la mía, agarrándola con firmeza.
-Tranquila. Estás a salvo, no pasa nada. Solo te quedaste dormida. Solo eso.
-De acuerdo..., lo siento. -Respiré profundamente, miré por laventana y luego a ella otra vez, que seguía observando cada uno de mis movimientos.
-¿Por qué sigues pidiendo perdón?
-No sé -susurré. Sí lo sabía, pero no podía pensar en eso en ese momento.
-¿Estás bien? -Sonrió despacio mientras ladeaba la cabeza. Estoy segura de que le gustaba ponerme nerviosa. Yo no tenía claro si a mí me pasaba lo mismo. Necesitaba acabar con esa situación inmediatamente, antes de decir que sí a otras cosas. Algo del tipo:
Quítate la ropa y túmbate en el gran asiento trasero de mi Range Rover, Taylor. Esa mujer tenía un don a la hora de controlarme que me ponía realmente nerviosa.
-Gracias por traerme. Y por el agua. Y por lo dem ...
-Cuídate, Taylor Swift -Apretó un botón y se levantaron los seguros-. ¿Tienes la llave a mano? Esperaré hasta que estés dentro. ¿Qué planta es?
Saqué la llave del bolso y metí el teléfono, que estaba en mi regazo.
-Vivo en el estudio del último piso, en la quinta planta.
-¿Compartes piso?
-Eh, sí, pero seguramente no esté. -De nuevo, me preguntaba por qué me iba de la lengua y le daba información personal a prácticamente una extraña.
-Esperaré a ver la luz entonces. -La cara de Karlie era muy difícil de descifrar. No tenía ni idea de lo que estaba pensando.
Abrí la puerta y salí.
-Buenas noches, Karlie Kloss. -Dejé el auto junto a la acera y me dirigí a la entrada del edificio, al tiempo que sentía cómo clavaba los ojos en mí mientras caminaba. Cuando metí la llave en la puerta miré por encima del hombro el Range Rover. Las ventanas eran tan oscuras que no podía ver el interior, pero ella estaba ahí, esperando a que entrara en mi edificio para poder irse.
Abrí la puerta del portal y tenía cinco pisos por delante. Me quité los tacones y me quedé descalza. Nada más entrar en mi apartamento encendí las luces y cerré la puerta.
Me derrumbé literalmente contra la puerta de madera en busca de apoyo. Mis tacones hicieron ruido al caer al suelo y solté un enorme suspiro. ¿Qué demonios acababa de pasar?
Me llevó un minuto apartarme de la maldita puerta y volver a la ventana. Corrí la cortina con un dedo y vi que su auto se había ido. Karlie Kloss se había ido.
Salir a correr ocho kilómetros era justo lo que necesitaba para ayudarme a despejar mi cabeza de la nebulosa -Alicia en el País de las Maravillas dentro de una maldita madriguera- del trayecto de la noche anterior.
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KAYLOR - Affaire Kloss
FanfictionAdaptación de los libros: 1- Desnuda. 2- Todo o Nada. 3- Sorprendida. 4- Algo Raro y Precioso. Nota: Historia g!p