﹁i trusted you.

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Una gran pancarta recibía a todos, dando la bienvenida a los nuevos estudiantes. Saerin inhaló nerviosa antes de entrar, su novio buscaba calmarla dando palmadas en su espalda, mientras que su hermana con las manos en sus bolsillos veía de lejos al joven que recién llegaba sacudiendo su cabello en un intento de acomodarlo dado que estaba despeinado, de inmediato regresó la vista frente a ella, dándose un pequeño golpe mental por su interior insistente de tenerlo cerca.

―¿Nos vemos a la hora del almuerzo?――la hermana menor emocionada jaloneaba el brazo de su hermana.

―Por supuesto, los veo aquí, suerte hoy y nada de meterte en problemas, ¿Escuchaste?

No solo Saerin había pasado a preparatoria, si no Saebom entraría a un nuevo grado, en el segundo piso de su escuela, algo en ella le susurraba que se esmerara por iniciar un nuevo ciclo, y que quizá todo mejoraría, una nueva clase, nuevos profesores, nuevos compañeros. Todo en ese pasillo era calmado, volvió a ver la invitación al concurso de literatura, las palabras de Van y Juryeom retornaron en sus oídos, aquel amargo saber al escuchar a Juryeom decir que era un psicópata porque para ella y algunos muchachos era un ogro sin sentimientos. 

Acomodaba su mochila, había una gran ventana que daba hacía el patio, donde el equipo de futbol se reunía y jugaban, vio al entrenador verificando que todo su material estuviese en buen estado. También logró ver a los demás muchachos que formaban parte del equipo, a los que solían ser amigos de Jimin. 
Entendía que el dolor causado era el hecho de que el secreto de Jimin quedó expuesto ante todos, pero ¿No era algo dramático que todos actuaran como si él hubiese hecho algo malo? 

Hasta él parecía creerlo.

Suspiro, animando a su persona para que comenzara su primer día con el pie derecho. Acomodo su pantalón junto a su suéter, sacudiendo polvo que no había pero se cercioraba de no tener defecto alguno. 
No era la primera en llegar, ya habían 3 personas ahí. 
En la parte posterior de las bancas tenían etiquetas con sus nombres, ¿Estaban los asientos organizados ya? Busco el suyo y contenta tomo asiento. De reojo logró ver que más personas llegaban, cada uno con semblante nervioso, todos sentían ese pequeño revoltijo en su estomago pues estaban por iniciar algo nuevo. 
¿Debería ser más sociable y charlar con alguno? En total hay 32 asientos, puede que haga al menos un amigo o amiga en está etapa nueva.

Colocó su lápiz en el centro de su mesa, al igual que una libreta con pasta decorada con listones en lugar de un espiral. Se sentó sacando su móvil para escuchar algo de música y relajarse, aún faltaban 10 minutos para dar inicio.

A sus lados los asientos ya estaban ocupados todos a excepción de su compañero de en frente. 

Y cuando leí el nombre en la etiqueta empecé a sudar frío.

Debe ser otra persona.

Abrí y cerré  las palmas de mis manos para tranquilizarme, la silla de enfrente se movió, la espalda era fácil reconocer, ese porte y ese cabello.

No giro a mirarme en ningún momento, sentí mi mandíbula tensa y que el aire no llegaba a mis pulmones como debería hacerlo. 

No será tan malo, solo no lo molestes.
Abrí el cuaderno en busca de algo que me mantuviese ocupado otros 5 minutos más, la esquina de la pasta empujó el lápiz haciéndolo caer de mi banca y rodar hasta su lado.

No hizo ningún movimiento a pesar de que mi lápiz estaba a lado suyo. Mi mano no sabía si tocar su hombro y gentilmente pedir por mi material, o ponerme de pie e ir por él yo misma.

Un suspiro molesto fue lo que recibí como respuesta antes de siquiera dirigirle la palabra. Bajé mi mano avergonzada conmigo misma por considerar que algo tan simple podría ser de vuelto por él. 
―¿Es tuyo?――preguntó el chico de mi lado.

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