Jimin sacaba de la bolsa cada libro, todos eran historias de amor, reconoció que uno de ellos era la libreta de notas que Saebom llevaba con ella a todos lados.
Dentro, en su contenido no había más que dedicatorias al chico, algunos poemas, dibujos, él estaba retratado en cada página.Entonces entendió algo al ver esos 4 libros de amor de nuevo, volvió a escuchar su voz diciendo "Dejé de leer porque en cada historia te imaginaba a ti".
Era su turno de leer e imaginarla a ella, al menos mientras estuviesen lejos el uno del otro.
2 años después.
Dejó caer su cabeza en el teclado cansada.――¿Por qué no trabajé mejor?―― apenas se escuchaba.―― Estoy segura que me hubiesen aceptado de botarga en alguna farmacia.――suspiro.
Cuando se sentía agotada mentalmente le bastaba con leer los mensajes que Jimin dedicaba para ella y sus energías estaban de vuelta.
Era su cumpleaños, cansada arrastró los pies hasta llegar a la puerta para emprender otro día en la Universidad de Artes de Seoul. Sus padres se habían ido de vacaciones por 4 días, le compraron regalos antes de irse, más no era lo mismo.
¿Saerin y Zack? Compraron un departamento para iniciar una vida juntos, todos estuvieron de acuerdo, no solo quedaba cerca de la escuela si no que también les ayudaría a saber si se soportarían el uno al otro, esto último en palabras de su madre.El día transcurrió como cualquier otro, tenía amigos, no tan cercanos pero que le hacían compañía durante su estancia en el lugar.
Por ahora, ella no iría a casa, festejaría su cumpleaños, o al menos iría a comer a algún lugar para poder darse un regalo a si misma.Compró un pequeño pastel, el cual no decidía si comer fuera o en casa. De nuevo se quedaría en una mesa sola donde todos a su alrededor compartían de un postre entre dos, entre amigos o familia.
La situación parecía un deja vu.Prefiero festejarse sola, durante ese lapso los chicos le llamaron para felicitarla, deseaban estar con ella, algunas ya trabajaban y estudiaban al mismo tiempo lo cual hacía todo más difícil, sin ser exigente ella solo pidió que en cualquier momento que todos estuviesen desocupados estaría bien que la visitarán, si no era hoy, si no era este fin de semana, pero un día en el mes al menos, ella estaría feliz con eso.
Sonará conformista, sin embargo ella trataba de ser comprensible.
Sentada con la caja de pastel esperaba el autobús a casa, el sol ya se había ocultado, unas grandes nubes grises lo ocultaban, ¿No merecía un cumpleaños soleado?
La gente pasaba frente a ella, tomando otros transportes, tal parecía que el que comúnmente la llevaba más cerca de casa aún no llegaba.
Gotas de lluvia empezaron a caer en sus brazos, otro día habría amada eso, si no fuese porque tenía puesto un vestido con tirantes delgados.
Con las piernas arriba de la banca, recargó su mentón sobre sus manos, ¿Qué podía ser peor?Tal vez el hecho de que no había con quién compartir el pastel.
Su cumpleaños pasado había sido igual. Ella soplando unas velas sola, cantando esa típica canción para si misma.
Los mechones de su cabello empezaban a escurrirse, y con ello la caja del pastel se humedecía.
¿Tenía caso moverse a un lugar que la cubriera? Qué mas daba si el pastel se arruinaba o si su ropa se mojaba, está viviendo ese lapso donde se cuestionaba todo, resultaba gracioso y absurdo para ella en ocasiones.
Pregunto, ¿Qué podía ser peor? Escuchando y en respuesta, un auto paso con tanta velocidad que el charco frente a ella le salpicó toda.
Cerró sus ojos queriendo que la agua sucia no entrara en ellos, quien la mirará dudaría de si se trataba de una mujer de 25 años, pues comenzó a llorar, deprimida por toda la situación.
Debo verme patética. Soy una adulta, estás cosas no deberían importarme.
Se abrazó, intentando consolarse, o buscar algo de calidez en sus propios brazos desnudos, de la nada todo la inundo, el estrés, la soledad, su cumpleaños, y la ausencia de la persona que le hacía sentir que no todo estaba perdido.
――Jimin-ah.――pronunció con sus labios temblando, una clase de suplica o llamado, las gotas sobre su espalda le erizaron la piel a su vez que sus lágrimas tibias resbalaban por sus mejillas.
Vamos, soy más fuerte que esto, ¿Acaso entre más crezca más sensible me vuelvo? ¿Más débil?
――¿Mande? ―― respondieron, ya no había lluvia, tenía una chaqueta encima su espalda, la estaban cubriendo. Cuando levantó su rostro se desconcertó.
――¿Ji-Jimin?―― Llevaba puestos unos jeans negros, dejando ver sus largas piernas, marcaban su cintura y su sonrisa resplandeciente le iluminó el día. Paso su mano delante de sus ojos, forzándose a descartar que fuera una ilusión creada por sus deseos extremos de verlo.
Costaba trabajo creer que ese chico de pie era el pequeño Jimin que era tímido, tan cambiado.
Reaccionó luego de unos minutos, tiró el pastel en el piso al ponerse de pie para aventarse encima de él. Cayeron justo en el charco de hace unos momentos.――¡Querida! Tiraste tu pastel...――intentaba hablar.
――¡No importa! ¡Tú estás aquí! ¡Estás aquí! ¡Jimin...estás aquí! ――lloraba.
――¡Saebom, hay que levantarnos! ¡Deja levantarme y entonces podrás abrazarme todo lo que quieras! Estás mojándote, te refriarás-
Lo calló con un beso, que hizo a Jimin relajarse hasta tomarla de la cintura ahí mismo y acercarla más.
――Sorpresa.――pronunció alejándose un poco. Pasó su mano por detrás del cabello mojado de la castaña.―― Te haz puesto aún más bonita, ¿eh? ¿Quién te dio permiso de ponerte más linda? ¿Mmm?――bromeaba.
Saebom se sonrojó.
Volvieron a abrazarse, Jimin se aferró a ella más.―― Se siente tan bien――besó desde su nariz hasta su frente.――Hogar, bonito y dulce, dulce hogar.
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𝒻𝒾𝓃.
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FanfictionTu cliché favorito con página web. ➤ Idea/Escrito original y de mi pertenencia. ✘Prohibida su adaptación o apropiación. ☐pjm. ☐hetero. ☐Capítulos largos. ☐by kyla.