﹁You're my light.

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No se explicaba el hormigueo en sus piernas, se sentía tan extraño, una sensación familiar ¡Multiplicada por mil! más que segura de que sus mejillas se entumirían por la pequeña sonrisa en su rostro trataba de relajar sus músculos faciales.

La mano de Jimin no la soltaba para cualquier lugar al que él iba, saludaba a sus amigos con su brazo suelto, sonreía en grande, el pesar en el pecho de ambos se había marchado luego de que juntaran sus labios por primera vez.

Leía la carta a medias que había escrito, esperando por él mientras participan en su última clase, corría de un lado a otro, como cachorro. 
Sus amigos estaban igual de alegres, parecía que su felicidad se contagiaba a todos.
No pudo evitar no mirarlo con amor, vamos, no creía que todo esto pasaba de verdad. 

Era la novia de su mejor amigo, ¿O ex-mejor amigo?  

Tenía esos encantadores ojos y sonrisa de gato para ella, la emocionaba que fuese la causa por la que, hoy, él irradiaba ese color dorado en la mirada.

A sus costados notó que la mayoría de alumnos no estaban presentes, cierto, mañana ya no serían estudiantes de Preparatoria, cada uno haría su camino, construiría o daría un paso a su futuro.

Estudiaría artes, en general por lo menos hasta que encontrara una vocación entre todas que fuera su fuerte.

Mañana iría a hacer el papeleo, con ello, Jimin se marcharía también.

Si tan solo pudieran tener más tiempo...

Un gran peso hizo que la banca se levantara de lado, ella se levantó asustada, Jimin yacía tirado ahí mientras jadeaba cansado pero contento.
――Voy a extrañar esto.―――mencionó riendo.

Taehyung se despedía de Yeonjun, daba golpes en sus brazos y muchos abrazos al igual que los demás, apenas meses que habían compartido amistad, le deseaban suerte en el colegio, el nudo en su garganta se hacía más grande. 
No solo dejaría de ver a Jimin, estaba más que segura que nada volvería a ser como antes.
No habrían salidas nocturnas.
No habrían más nosotros.

Caminaba por los pasillos con todas las cosas de su casillero en una caja, la fila de nuevo ingreso era larguísima, asombrados no dejaban de abrir la boca conforme admiraban el amplio terreno donde estudiarían.
Recordaba, ella fue una de ellos hace años, lo asustada e intimidaba que se sentía al pisar por primera vez dentro de la escuela, los almuerzos sola, todas las veces que intento ser amiga y encajar en ese grupo para no sentirse tan rechazada, la vez que se rindió y  no le quedo otra más que permanecer ciclos sola en una esquina, con el aura más desalentador, cuando decidió que no ocultaría más sus pasiones, abrió su portal web, recibía atención, no como quería sin embargo eso alentaba a que todos los días llegará a escribir algo nuevo.
Entonces su mente trajo de vuelta la sensación, las palabras, la comodidad de conocer a Jimin.

Cuando le encontró escondido en las cortinas porque era demasiado tímido para aceptar que le gustaba actuar. Todo había comenzado ahí, las memorias, los recuerdos, se habían forjado ahí. 
Hubo momentos buenos, momentos malos que por alguna razón tuvieron que ocurrir, al final, trajeron cosas positivas.

Se detuvo antes de cruzar por el portón de salida, el momento en el que sus pies dieran ese paso, ya no habría vuelta atrás, un nuevo capítulo iniciaría, dando vuelta completa a esa hoja terminada.
――¿Le ocurre algo?――Wooyoung señaló con la vista a la chica que tenía los ojos en el piso.

――¿Los alcanzo después?――se alejo de sus amigos para ir a donde Saebom estaba de pie.

――¿Sae, te encuentras bien?

――¡Sí!――lo alcanzó rápido, borrando cualquier duda de su mente, o al menos intentando hacerlo. Aún con desconfianza se tomaron de las manos para continuar su camino.  En está ocasión, Saebom no solo se mantenía en silencio si no también evitaba las preguntas de Jimin, lo que comenzaba a preocuparle. 

Ni siquiera notó cuando se desviaron del rumbo para ir al parque de diversiones.

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