Capítulo 14

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Con los ojos cerrados, Bill sonreía y suspiraba. Sentía la mano de Tom acariciar de arriba abajo su desnuda espalda, provocándole miles de escalofríos.

Hacia varios minutos que se habían acostado juntos y aun le costaba recuperar el aliento tras el magnífico orgasmo que había obtenido. Y a Tom le parecía pasar lo mismo, tumbados los dos en la cama parecían no tener prisa en moverse. Sabía que él tenía que irse y Tom centrarse en su misión, pero una fuerza invisible los mantenía aún en la cama.

—Tienes una piel muy suave—murmuró Tom con los ojos cerrados.

Bill se volvió y alzó la cabeza. Tom dormitaba sin dejar de acariciarle, se iba a quedar dormido de un momento a otro y a él solo le apetecía acurrucarse a su lado y ver amanecer al día siguiente los dos juntos en la cama.

Pero sabía que no podía ser, sus carreras pendían de un hilo. Si alguien se enteraba de que habían mantenido contacto en plena misión, serían amonestados.

Suspiró y cogiendo aire se inclinó sobre Tom apoderándose de sus labios.

—Tengo que irme ya—susurró contra sus labios.

—Lo sé—susurró Tom también—Me visto y te acompaño...

—Se te nota cansado—cortó Bill— ¿Tan dura es la misión?

Tom asintió con la cabeza suspirando, llevaba semanas infiltrado y apenas había dormido, no sabía cómo había sacado las fuerzas para salir esa noche de fiesta, aunque en esos momentos con Bill en sus brazos, sabía que había merecido la pena.

— ¿Quién es Mark?—se atrevió a preguntar Bill en voz baja.

—Sabes que no puedo contarte nada de la misión—respondió Tom muy serio—Y mejor que no sepas nada de Mark. Es muy peligroso.

—Ten mucho cuidado—pidió Bill en voz baja.

—Lo tendré, te lo prometo—aseguró Tom alzando una mano.

La colocó en la nuca de Bill y atrajo hasta apoderarse esa vez él de sus labios. Le hizo moverse y quedarse sobre su desnudo cuerpo, sintiendo su piel contra la suya. Empezaron a moverse inconscientemente y a jadear contra los labios ajenos, sabiendo que si no paraban iban a empezar algo que no podrían terminar.

—Yo...mejor te dejo descansar—murmuró Bill dando por finalizado el beso.

Tom suspiró y le vio levantarse y abandonar la cama. Se acomodó mejor en ella sonriendo al verle moverse desnudo por la habitación del motel. Le vio recoger la ropa que se había quitado minutos antes y ponérsela.

—Llamare un taxi—comentó Bill sacando el móvil del bolsillo interno de su cazadora de cuero—Yo...no te volveré a ver, ¿verdad?

—Mejor que no—contestó Tom—Cuando termine la misión te prometo que hablamos. Te debo una conversación, y lo de esta noche tendremos que repetirlo.

Bill asintió con la cabeza sonriendo y tras inclinarse sobre la cama se despidió de él con un profundo beso. Luego salió del motel y llamó un taxi que le llevó de vuelta al apartamento.

Una semana después el recuerdo de la noche pasada con Tom aun flotaba en su memoria. No había vuelto a saber nada de él, ni regresado al Moonlight tal y como había prometido. Ni se atrevía a preguntar por él a Oliver, David o Andreas, no quería que nadie supiera lo que había pasado estando Tom de misión.

El único que lo sabía era Georg, ya le había dado la charla al día siguiente de su encuentro con Tom, pero en el fondo le entendía. Tenía que aclarar las cosas con él, y gracias a ese casual encuentro Bill tenía las cosas mucho más claras. Y se le veía más animado por ello.

Rookie BillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora