Los días pasaron y Bill fue poco a poco recuperando el ritmo, tras 2 semanas ausentes y encerrado en la que fuera su casa de la infancia junto con sus recuerdos, se sentía algo confuso, pero tras el primer intenso día en que estuvo de nuevo a cargo de David, volvía a ser el de siempre.
Por suerte el resto de sus compañeros pronto empezaron a olvidar el error que cometió al poner en peligro la vida de uno de los suyos, y ya apenas hablaban de lo pasado. Solo se podía escuchar un leve cuchicheo cuando veían que el inspector Kaulitz coincidía en la misma habitación que el agente Trümper, todos callaban atentos a cada una de sus palabras o movimientos, pero entre los dos agentes no pasaba nada, solo se dirigían una leve mirada y seguían cada uno a lo suyo como si no existiera el otro. Y una vez abandonaban ambos la estancias todos comentaban lo raro que era que tras lo pasado actuaran como si no se conocieran de nada, o como si entre ellos jamás hubiera pasado algo tan fuerte como para poner en peligro la carrera de ambos.
Nadie sabía que fue Bill quien decidió poner fin a esa relación, ni que Tom por más que intentara mostrarse fuerte, por dentro se rompía cada vez que sus caminos se cruzabas, que se moría por estrecharle en sus brazos y besarle como si no hubiera un maldito mañana... pero tenía que respetar la decisión de Bill, rezando para que con el tiempo se diera cuenta que su destino era estar juntos.
Y eso era lo que estaba pasando. Bill no podía soportar más ver a Tom y no tener el valor de mirarle, o hablar con él. Además que le tenía que dar las gracias por haberle defendido en la vista, quizás gracias a él había conservado su trabajo.
Esa noche en el Penny's no estaba de humor para tomar nada, pero se había visto llevado a rastras por Georg y Gustav. Sentado en la barra bebía un sorbo de su cerveza viendo como Georg bailaba con Julie mientras se besaban apasionadamente, lo que le trajo unos recuerdos dolorosos... hacía mucho que nadie le besaba...hacía mucho del último beso que Tom le había dado, tanto que ya ni se acordaba.
Pensar en él le hizo buscarle con la mirada. Recorrió el bar hasta dar con él, sentado a solas en una mesa al fondo. No se lo pensó más y se levantó del taburete en el que estaba.
—Yo...voy al baño—murmuró carraspeando.
— ¿Te pido otra?—preguntó Gustav apurando de un trago su cerveza.
Pero no obtuvo respuesta alguna, Bill ya se abría paso entre la gente y Gustav le siguió con la mirada, sonriendo al ver como pasaba de largo los baños y se dirigía a una mesa que había al fondo y donde Tom parecía esperarle.
Y así era, nada más verle levantarse Tom se levantó también y esperó en pie a que llegara a su mesa. Entonces se miraron el uno al otro sin saber que hacer, ni ser el primero en hablar por miedo de decir algo que no debiera.
—Yo... ¿ya te vas?—preguntó Bill tras unos minutos en silencio.
—Ha sido un día largo—contestó Tom suspirando—Pero no puedo irme sin hablar contigo. No puedo esperar más Bill.
—Ni yo tampoco—dijo Bill con firmeza—Pero no hablemos aquí, vayamos fuera.
Tom asintió y sacando la cartera dejó unos billetes sobre la mesa, pagando la consumición y dejando una generosa propina. Se pusieron en marcha y salieron del bar, ajenos a las miradas que se intercambiaron Georg y Gustav al verlos salir.
—Tengo el coche ahí aparcado—dijo Tom señalándolo con la mano.
Bill asintió y subió al auto. Empezaba a hacer frío y no podía evitar temblar. Tom lo notó y poniendo el coche en marcha encendió la calefacción.
— ¿Qué has hecho esos días?—preguntó Tom tratando de mantener una conversación.
Bill sabía que se refería a las dos semanas que había estado suspendido. Cogió aire y lo expulsó en un suspiro.
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Rookie Bill
FanfictionHijo de policía, Bill ya sabía cuál iba a ser su futuro. Ser policía, poder aclarar así la misteriosa muerte de su madre cuando él tenía apenas 7 años. Claro que no contaba lo que el destino le tenía preparado, su primer caso como novato le llevó a...