Capitulo 26

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Conduciendo en silencio, Tom miraba de reojo a Bill. Desde que había subido al coche no había pronunciado palabra y eso le preocupaba, se le veía nervioso y muy alterado, y él tenía miedo de decir algo que le incómodase más de lo que lo estaba.

Se concentró en la carretera, jurándose a sí mismo que si tras la visita al padre no sacaban nada en claro y Bill seguía en sus treces, él mismo abriría el caso si hacía falta para saber que pasó realmente, no era un novato y sabría si Jörg Trümper estaba mintiendo o decía realmente la verdad.

Llegaron en media hora, aparcó delante de un descuidado jardín que pedía a gritos ser cortado. No era como el de su casa que su madre cuidaba con esmero y todos los domigos era cortado por Charlie quien lo hacía encantado.

Salió del coche y se sorprendió al ver el cambio experimentado por Bill. De repente mostraba la mejor de su sonrisa, era como si nada hubiera pasado.

—Ya iba siendo hora que mi padre te conociera—dijo Bill con total tranquilidad—Somos novios, ¿no? Yo ya he conocido a tu familia, ahora te toca a ti conocer a la mía.

Tom vio como se cogía de su mano y de esa manera recorrieron el camino de tierra que cruzaba el jardín, llegando a la puerta y parándose unos segundos antes de llamar.

— ¿Estás bien?—preguntó Tom preocupado.

—No—contestó Bill con sinceridad—Pero sé que pronto lo estaré.

Antes de que pudiera decir algo más, ya había tocado el timbre y sonreía de nuevo cuando Jörg abrió la puerta.

— ¡Bill!—exclamó al verle—Que sorpresa, no sabía que ibas a venir...y con compañía.

—Teníamos el día libre—mintió Bill tras saludar a su padre con un apretón de manos—Y pensé que ya era hora que te presentara a Tom.

Jörg miró al chico que de pie al lado de su hijo sonreía con esfuerzo mientras le tendía una mano que estrechó.

—Encantado de conocerle señor Trümper—dijo Tom procurando que no le temblara la voz.

—Lo mismo digo, Tom—contestó Jörg—Pero pasad, no os quedéis en la puerta.

Así lo hiceron y Jörg los guió a la cocina, donde estaba terminando de recogerla tras la comida. Les invitó a sentarse y se puso a preparar café.

—Necesito ir al baño—dijo Bill de repente levantándose—Creo que no ha sentado bien algo que he comido.

Tom le miró alzando una ceja, se había saltado la comida, dudaba que su estómago estuvira tan mal como él decía.

— ¿Estás bien?—preguntó Jörg preocupado.

—Será un momento, id tomando el café mientras—contestó Bill saliendo de la cocina.

Una vez fuera echó a correr escaleras arriba, dejando que Tom entretuviera a su padre mientras que él subía al desván. Allí estaban aún las cosas de su madre, nunca jamás se había atrevido a tocarlas ni echar un vistazo por mera curiosidad. Y en esos momentos se preguntaba si quizás hubiera algo que le diera una pista de su estado de ánimo de los últimos días de su vida...

Con la taza delante, Tom apenas la había probado. Estaba preocupado por Bill y se preguntaba que estaría haciendo.

—Asi que, fuiste su agente instructor—dijo Jörg de repente.

Tom asintió con la cabeza, recordando que Bill le dijo que le había contado quien era él. Claro, que Jörg no conocía toda la verdad pues gracias al cambio de su apellido había podido tener una vida normal sin ser etiquetado como "hijo de un delincuente".

Rookie BillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora