Bill no podía articular palabra alguna, la confesión de David le había pillado tan desprevenido que sus manos soltaron la taza de café que tenía entre ellas, haciendo que se derramara por la mesa.
David se movió con rapidez y cogiendo un par de servilletas de papel limpió la mesa impidiendo que Bill se manchara su uniforme, viendo que no se movía ni decía nada.
Resopló maldiciendo por lo bajo, tenía que haber encontrado unas palabras más suaves y no soltar así de golpe una información que ni Bill se imaginaba que tenía una persona tan cercana que le había tratado siempre con mucho cariño y en esos momentos había puesto su vida una vez más patas arriba.
Un minuto después Bill pudo reaccionar al fin, cruzándose de brazos al tiempo que miraba a David fijamente a los ojos, sabiendo que todo lo que le iba a contar sería todo verdad.
— ¿Cuándo descubriste que tu padre y mi...mi madre y él...?—empezó a preguntar Bill con torpeza.
—Al día siguiente de su muerte, cuando salió todo en la prensa—contestó David suspirando—Estábamos desayunando, mi padre y abrió el periódico. No daban nombre alguno pero él reconoció la casa que salía en primera plana, debajo del titular donde decía que la mujer hallada muerta era la esposa de un agente de policía y que dejaba huérfano un niño de 7 años.
David jamás podría olvidar ese momento, su padre desayunando y leyendo el periódico como si nada, como hacía cada mañana y de repente al igual que había hecho Bill al conocer su confesión, dejaba caer sobre la mesa su taza derramando el café por ella. Su madre corrió a su lado con la preocupación pintada en la cara, su padre no dijo nada, solo se levantó limpiando de sus pantalones el café derramado y se dirigió a su habitación para cambiarse de ropa.
David recordaba como su madre se quedó limpiando la mesa con un paño mientras que él pudo echar un vistazo al periódico leyendo el titular que tanto había afectado a su padre.
Se levantó con la excusa de ir al baño, camino de el se paró ante la puerta de la habitación de sus padres, escuchando el llanto desconsolado de su padre.
Tenía la edad suficiente para saber que la mujer hallada muerta tenía algo que ver con el repentino malestar de su padre, y después de comprobar que los últimos meses la relación de sus padres se había enfriado hasta el punto de apenas dirigirse la palabra, lo supo con certeza. Su padre tenía un amante, y esa mañana había sido descubierta muerta en su propio garaje, dejando desvalido a un niño de 7 años que quizás crecería preguntándose porque se había ido su madre de esa manera tan repentina.
Y en esos momentos tenía delante a ese niño, y no se había equivocado. Bill creció pensando que su madre había sido asesinada porque en su cabeza no entraba un acto tran atroz como el suicidio, y nadie se molestó en hablar con él.
Y si su padre se negaba, él sería el encargado de abrirle los ojos de una vez, y contar parte de la historia que ni Bill ni su padre tenían conocimiento de ella.
— ¿Lo sabe mi padre?—preguntó Bill en voz baja.
—No—contestó David carraspeando—Jamás sospechó que mi padre era su amante. Siempre quise ser policía, cuando me tocó como agente instructor quise negarme, pero era muy bueno en su trabajo hasta...bueno, hasta que la pena pudo con él.
—Trabajaste codo a codo con él—estalló Bill—Tendrías que habérselo dicho.
— ¿Y qué iba a conseguir diciéndoselo?—estalló David a su vez—Tu madre estaba muerta, que yo le dijera que fue culpa de mi padre no le iba a devolver la vida.
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Rookie Bill
FanfictionHijo de policía, Bill ya sabía cuál iba a ser su futuro. Ser policía, poder aclarar así la misteriosa muerte de su madre cuando él tenía apenas 7 años. Claro que no contaba lo que el destino le tenía preparado, su primer caso como novato le llevó a...