Salieron al parking y cada uno se dirigió al coche de su instructor. Bill cogió aire y tras localizar a Tom entró en el coche sin decir nada. Tom le imitó y una vez puesto el cinturón de seguridad arrancó.
—Hoy va a ser un buen día, lo presiento—dijo Tom conduciendo—Antes de empezar tenemos que ir a un sitio, Oliver ya lo sabe.
Bill le miró sin entender, no tenía ni idea de lo que Tom había planeado. Se mantuvo en silencio todo el camino hasta llegar a las afueras de la ciudad. Tom apagó el motor y para sorpresa de Bill, se giró y sonrió.
— ¿Qué pasa?—preguntó Bill sin entender nada.
—Nada más salir de la academia, en mi primer día tuvimos una redada aquí mismo—empezó a explicar Tom—Estaba muy asustado, y al igual que tú metí la pata hasta el fondo. Dejé escapar al sospechoso porque me dio miedo sacar el arma.
Bill no podía creer lo que estaba escuchando, Tom no parecía ser esa clase de persona. Se le veía tan confiado y valiente...
—Oliver era mi instructor y se dio cuenta—siguió contando Tom—Una vez de vuelta en comisaria en vez de gritarme como sería lógico y pedir que le entregara mi placa, me invitó a un café y estuvo hablando conmigo sobre que era normal lo que me había pasado y que no me lo tomara mal, que no me atormentara con lo ocurrido.
Bill seguía sin entender donde quería llegar Tom, le escuchaba en silencio con miedo a hablar y decir algo que lo estropeara.
—Con esto te quiero decir que Oliver no me gritó en mi primer día y que yo ayer me pase contigo—dijo Tom asombrándole más aún—Quiero decir que siento mucho haberte gritado ayer Bill. Mi reacción fue normal por las circunstancias y también algo exagerada. Oliver así me lo hizo sabe, no debí haberte llamado novato de esa manera, me recordó que yo también lo fui una vez. Que también metí la pata en mi primer día y nadie me lo hizo pasar tan mal como yo te lo hice pasar a ti.
Bill solo atinó a soltar en un suspiro todo el aire que tenía retenido en sus pulmones. Según iba hablando empezaba a conocer a un Tom bien distinto del que conoció el día anterior. Era mucho más amable y le hablaba en un tono más suave.
—Empecemos desde cero—dijo Tom tendiéndole una mano.
Bill la aceptó encantado y estrechó sonriendo.
—Hola, me llamo Tom Kaulitz voy a ser tu instructor—dijo Tom estrechando su fina mano.
Bill se echó a reír, y se presentó él también.
—Encantado de conocerle, señor—dijo Bill con formalidad.
Tom le devolvió la sonrisa y soltó su mano con pesar. Había aprovechado para estudiarla, tenía la piel muy suave y se notaba que se las cuidaba. Llevaba las uñas cortas y perfectamente limadas, incluso juraría que se había dado algo para que estuvieran brillantes.
Bill no pasaba desapercibido. Su aspecto afeminado no le restaba belleza en absoluto, como pudo comprobar la noche anterior. Verle sin el uniforme le había dejado sin respiración la verdad, le estudio de arriba abajo sin que él se diera cuenta tras echarle de su lado en la barra de malas maneras. Bill llevaba el pelo suelto y liso y vestía una ropa de marca que le quedaba perfecta. Si no fuera policía, estaba seguro que Bill se hubiera decantado por la moda. Todo le sentaba muy bien y se le notaba que sabía caminar con estilo, moviendo las caderas al compás de sus pasos...
— ¿Ocurre algo?—preguntó Bill extrañado de la manera en la que le estaba mirando Tom.
—Nada yo...estaba pensando. En fin—dijo Tom carraspeando—Empecemos a patrullar. Oliver me ha pedido que vayamos al barrio de Kreuzberg, ¿lo conoces?
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Rookie Bill
FanfictionHijo de policía, Bill ya sabía cuál iba a ser su futuro. Ser policía, poder aclarar así la misteriosa muerte de su madre cuando él tenía apenas 7 años. Claro que no contaba lo que el destino le tenía preparado, su primer caso como novato le llevó a...