Tres años habian pasado desde aquella mala noticia la cual hizo que nuestro querido ninja, se fuera directo al psiquiatrico, pero poco a poco lo fue afrontando gracias a su hija Mirai, a sus amigos y a su prima Hanna, ahora Mirai tenia tres años, era una niña de tes blanca con mejillas rojisas como las de Pucca, cabello negro como la noche y ojos azules como el cielo brillantes, era identica a Pucca cuando cerraba los ojos y cuando los abria era identica a Garu, era como estar viendo a ambos al mismo tiempo. Garu se encontraba meditando, en la sala de su hogar, Hanna entraba por la puerta tracera junto con una pequeña pelinegra que peinaba una coleta de color rosa vestida con una playera de color purpura con unos mayones cortos de color negro y unos tenis de color rosa, llegaba de la guarderia y la pequeña imitaba a su padre, Mirai miro el muñeco de entrenamiento de Garu, un ninja hecho de arapos relleno y de aserrín y algodon para los peluches el cual era algo pesado.
__No Mirai eso no se agarra, a papá no le gustara que lo tomes.-La llamo Hanna su tia.
__¿Y porque no? tia.-Preguntó Mirai mirandola.
__Ese muñeco no es para niñas, vamos Mirai vayamos a comprar fideos.-Dijo Hanna llevandola de la mano hacia afuera de la casa.
__¿Porque papá siempre hace eso? quedandose dormido y sentado en el suelo tia.-Pregunto Mirai mirando a su tia, lo cual a Hanna le causo mucha gracia.
__Papá no esta dormido Mirai, papá se pone a meditar.-Dijo Hanna cargando a la niña en los brasos.
__¿Y que es Meditar?.-Preguntó Mirai.
__Es algo que hace desde que era un niño asi como tú, es para relajarse y para ser mas fuerte.-Dijo Hanna arrimandola a los arboles para que pasara sus manos como un chimpansé, en ese momento miro de reojo a sus tios Abyo y Ching que llevaban a su mejor amiga Yinna, y a su hermano Thai.
__¡Tia Ching, tio Abyo!.-Gritó Mirai.
Thai es el hijo mayor de Abyo y Ching tiene cinco años, es exactamente el mismo retrato de Abyo pero con la piel mas palida como la de su madre y Yinna es la hija menor de estos igual a Ching peinada con trencitas pero morena.
__Hola pequeña, ¿donde esta el tonto de tu padre?.-Pregunto Abyo a la niña.
__Esta en casa, durmiendo sentado como siempre en el piso.-Dijo Mirai.
__Bien pues iré a entrenar con él nos vemos allá.-Dijo Abyo llendose a la casa de Garu.
__Mirai no sabe que es meditar todavia, tengo que estarle explicando siempre.-Dijo Hanna riendo a Ching.
__Hagamos un pic nic, yo también ire a entrenar con ellos, mientras compremos las cosas.-Dijo Ching tomando mas de las manos a sus dos hijos.
__Exelente idea, de hecho vamos al Goh Rong por fideos pero llevemos mas cosas.-Dijo Hanna, tomando mas fuerte de la mano a Mirai.
Horas mas tarde los niños se encontraban jugando mientras que Garu y Abyo volvian nuevamente a entrenar, Hanna y Ching estaban sentadas en los pequeños escalones de la casa.
__Mirai me recuerda mucho a Pucca.-Dijo Ching.
__Bastante identica a su madre, lastima que no pudo verla crecer como nosotros.-Dijo Hanna.
Y horas mas tarde ya era de noche, Ching y sus hijos ya se habian ido a casa Garu y Abyo se quedaron entrenando un poco mas, y por descuidar a Mirai tomo el muñeco de Garu para entrenamiento.
__*Oh no, eso no se agarra Mirai* *eso si que no nadie toca a Yiko*..-Garu dando a entender a Mirai que eso estaba prohibido de agarrar y Abyo le quito el muñeco, Mirai empezo a hacer pucheros y unas lagrimas se asomaban por sus ojitos azules.
__Oh no ya va empezar a
llorar.-Dijo Abyo preocupandose y Garu saco su pizarra__*Devuelveselo*.-Escribio Garu en su pizarra, y Mirai solto el llanto a gritos, la luz en toda Sooga se hiba y se apagaba, y las nubes negras comenzaban a tapar las estrellas y los relampagos sonaban, el llanto de la pequeña era monstruoso, ambos comenzaban a preocuparse.
___*Trata de calmarla Abyo*.-Escribio Garu en su pizarra.
__¿Y porque no la calmas tú que eres el padre? Sabes mejor que yo.-Pregunto Abyo reclamandole a Garu.
___Ves este osito, esta mas bonito que Yiko y no quiere verte llorar.-Dijo Abyo tomando al osito de peluche, para controlar a Mirai, pero esta golpeo al oso haciendo que saliera volando y solto aún mas el llanto, los relampagos comenzaban a caer y las luces se encendian y se apagaban, Garu estaba al borde de caer en un ataque de estres o de ansiedad pues esto no le gustaba nada, y en ese momento llego la lluvia con relampagos y la luz se habia ido, y Mirai no dejaba de llorar y no lloraba por su berrinche si no que le temia a la obscuridad, el bosque se miraba bastante oscuro y la luz de las estrellas muy apenas se reflejaba.