Lisa 16

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Cada paso que daba recordaba la tarde que pasó con Taehyung en la biblioteca, era inevitable no mostrar una sonrisa, su caminata era desordenada y sus pequeños saltitos intercalados en esta demostraban su felicidad.

En uno de esos pequeños saltos un libro cayó al suelo, harta de que siempre pasara lo mismo lo levantó para mantenerlo en sus brazos. El bolso era realmente caro pero el cierre definitivamente estaba dañado.

Su piel se erizó al escuchar un gran trueno a sus espaldas, trueno al que automáticamente le siguieron unas pesadas gotas de agua, suspiró cansada, realmente solo quería caminar a casa.

Empezaría por saltar un charco que se formó en frente de sus pies y comenzar a correr, si no fuera por una sombrilla repentina que provocó confusión en la chica, antes de voltearse, aquella voz ronca de antes habló.

—Ni se te ocurra.—Pronunció, esta apretó con fuerza su libro, no necesitaba esto.

Miraba las gotas de agua caer fuera del círculo formado por el paraguas, no aceptaría nada de este chico por muy necesario que fuera. Daría un paso hacia la lluvia esperando que entendiera su acción.

—Así estes molesta sabes que eso será peor... llévala tu, te seguiré de más atrás.—Le entregó la sombrilla, se sorprendió de verlo totalmente empapado. Sabía que por mas que rechazara este no aceptaría un no como respuesta.

Así comenzaron a caminar en conjunto, llegando hasta lo que sería el apartamento donde vivía Lisa; a pesar de entender las intenciones del chico, todo era muy incómodo por el silencio que emanaba el ambiente.

Se sentía mal al dejarlo ir empapado despues de haberle dado su sombrilla. A pesar del rencor que podría tenerle, no lo dejaría afuera como un gato mojado.

—Yoongi.—Llamó.—Mi mamá no viene hasta la noche, y no sería bueno que te enfermaras.— Sin mirarse entró al apartamento quitando sus zapatos.—Deja tu ropa fuera; haré té.— Aun sin mirarlo fue a la cocina.

¿Por qué era tan buena? Se reprochaba a sí misma.

Le pareció extraño lo rápido que se calentó el agua para el té, normalmente tardaba siglos, en fin, su objetivo ahora era darle ropa seca al chico. Bajo su cama sacó un pequeño baúl de donde saco ropa, justamente de la talla de YoonGi.

Le sirvió una taza de té, todo esto en silencio, no tenía fuerzas para hablar con él ahora mismo.

—Lis, sobre lo de...

—Déjalo así, ya hiciste mucho.— lo interrumpió dando un sorbo a su té.

—al menos ¿Cómo sigues?— preguntó con la cabeza gacha.

—Bien, mejor que antes.— A toda costa evitaba chocar miradas con el castaño, sin embargo decidió armarse de valor.—Te pido que no comentes nada sobre mi condición... o nosotros

—Per...

—Ya lo dije.—Dejó el té en la mesa, dirigiendo su mirada a su teléfono.

Realmente quería dejar de verlo pues ese cabello largo mojado pegándose a su piel y su rostro pálido junto con un pequeño tono rosado en su nariz por el calor del té, le hacía realmente mal, sobretodo por los recuerdos que le daba.

—Bueno...— notaba la incomodidad en el ambiente.—Será mejor que me vaya antes de que llegue tu madre.—Comentó para levantarse.— Lisa tomó el pequeño paraguas y se lo entregó

Se entretuvo con su celular esperando a que se fuera sin más, pero el hecho de que estuviera junto a la puerta y no se moviera la hacía sentir molesta. Volteó en su dirección esperando algún movimiento o seguramente una charla motivacional de su parte que sacaría de la nada.

Una vez más, no tenía tiempo para esto, sus amigas la esperaban en la nueva casa de Rosé y no llegaría tarde por una escena rara. Comenzó a acomodar sus cosas al alcance de donde estaba.

—Lis... Prométeme que luego resolveremos las cosas.

Escuchar esto la congeló, no tenían nada que resolver, solo era él, solo fue él quien metió la pata, ella no tenía nada que ver con eso. Comenzó a mover sus cosas con más fuerza.

¿¡Ahora ella tenía la culpa?!

—Solo vete.—Contestó de espaldas para escuchar la puerta abrirse y cerrarse.

—Entonces pulsas aquí y luego aquí.—Seguía las indicaciones de sus mayores.—¡Listo!

—¿Ya estoy en vivo?—Era su primera vez usando todo el potencial de su costoso teléfono, el cual Jennie decidió reparar luego de ver su pantalla.

Tenía el teléfono cercano a su rostro saludando a las pocas personas que se sumaban a su en vivo. Rosé tomo su mano y la alejó bruscamente.

—Más cerca y te vemos los poros.—Burló.

—¿Como sabrán que estoy en vivo sus seguidores?

Las tres mostraron sus celulares, enseñando las historias de sus cuentas.—Publicamos tu cuenta para que lo vieran, tenemos todo cubierto.—Habló Jisoo por las tres.—luego alimentaremos tu feed, y tendrás muchos admiradores.—Guiñó su ojo haciéndola reír.

Heartbeat »Lizkook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora