Jungkook 33

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—Y con esto, ya estamos más cerca de volver al equipo de básquetbol.—Dijo la rubia corrigiendo los ejercicios que le acababa de explicar.

—Como si tu jugaras.—Pronunció el escuchar como se agregó en aquella oración, al voltear a verla esta tenía una ceja levantada, manteniendo su incrédula mirada sobre él.

De pronto ambos se encontraban en la cancha de basquet, cercana a casa de ambos, en este caso el castaño rebotando una y otra vez el balón, mientras la chica se encontraba frente a la canasta, con el único objetivo de detener su anotación.

—Sabes que me refería a que trabajamos juntos para eso ¿No?—Comentó Lisa en un alto tono de voz que se escuchó un poco lejos, pero el ansioso ego de Jungkook por demostrar su nato talento en el deporte no le haría caso.

—Solo debes saltar y detenerme, no es difícil o... ¿Te da miedo?—Sonrió de lado intentando retarla, cosa que consiguió fácilmente.

—¡No!

Y así comenzó una pequeña competencia impuesta por él mismo en la que se notaba el poco entusiasmo que tenía la chica, sobre todo porque en la mayoría de sus saltos esta se apartaba a un lado protegiendo su cabeza, sin siquiera intentar detenerlo.

—Esto es una pérdida de tiempo.—Comentó de brazos cruzados.—Ya es tarde, debo volver a casa.—Se acercó hacia su bolso para tomarlo y comenzar a irse.

Por otro lado Jungkook ya había convertido toda esta situación en algo personal, por lo que corrió hasta ella y tiró suavemente de su bolsa para que se detuviera.

—No me iré hasta que me detengas un tiro.

—No es justo, eres más alto y ágil que yo.—Escuchó su voz fatigada, como no se iría hasta cumplir su objetivo pensó en la situación desde el punto de vista de la rubia, esperando encontrar una solución para volverlo divertido.

—¡Física!—Esta alzó su ceja confundida.—Tu sabes física, ve esto como un examen, haz los cálculos que debas hacer para detenerme y si lo logras, apruebas.—Vió como una sonrisa se asomaba de su rostro.

Sin soltar su bolso se posicionó en el mismo sitio de antes mientras el castaño se dirigía rebotando el balón hasta el medio de la cancha.

—¿No soltarás eso?—Señaló el dichoso bolso que no se dignaba a soltar.

—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?—Respondió con una sonrisa.

Con esas palabras intentando retarlo procedió a botar nuevamente el balón acercándose rápidamente hacia ella, una vez enfrente saltó esperando encestar, y por primera vez sintió a la rubia saltar junto a él.

Sabía que anotaría si o si, no había manera de que con su estatura y su falta de atletismo la chica fuera capaz de detener su canasta, pero aquel bolso relució en el aire, notando que lo lanzó mas alto, deteniendo así su tiro.

Ver esto lo confundió, perdiendo así su equilibrio en el aire, cosa que lo dirigió contra la rubia, ágilmente colocó su mano tras la cabeza de Lisa y cerró sus ojos esperando el impactó tanto del suelo, como del bolso que caería sobre él.

—¿Quién era?—Escuchó a su pareja preguntar al terminar de escuchar un audio.

—Tae, pregunta si Lis está con nosotros, ya le contesté.—La vió voltear sus ojos antes de deslizarse por la mesa de mármol para buscar comida.—Yoongi, es momento de hablar.—Deslizó su teléfono reclinándose hacia el nombrado.

—¿Acaso estás interrogándome?—Esté negó asustado de las señales que había dado.—Con ella aquí no lo haré.

Miró la molesta mirada de la pelinegro, por alguna razón comenzaba a caerle mal aquella chica.

Escuchó un suspiro proveniente de su mayor.—Jisoo, ¿Puedes ir sola a casa?—Esta asintió despidiéndose con un corto beso.

—No vuelvan a hacer eso frente a mi.—Comentó Yoongi asqueado por la escena, más que todo por la actitud de la chica.—Bien.—Tomó una bocanada de aire para comenzar a explicar.—Recuerdas los juegos inter-colegiales en los que Jungkook, Jimin y Tae nos acompañaron ¿Cierto? Pues...

Estando frente a ella no podía pensar en otra cosa más que en su fallido intento de darle un beso en aquella fiesta, sentía como si obtuviera una nueva oportunidad de hacerlo correctamente.

Quedó estático, sentía como si estuvieran en aquella fiesta una vez más, con aquellas tenues luces que cubrían sutilmente las mejillas regordetas de la rubia.

Antes de poder intentar algo aquel bolso ya estaba cayendo sobre su cabeza, provocando que rodara a un lado mientras escuchaba las disculpas de la chica.

Al cabo de un rato se encontraban en el mismo sitio, ahora totalmente acostados a unos metros del otro, hablando de distintas situaciones, relacionadas con los deporte que él hacia o con las materias que ella tomaba.

—Sabes... Muchas personas me han dicho que cometí un error yendo a esa fiesta.—Escuchó la manera en la que hacia un puchero.

—¿¡En serio?!—La miró incrédulo.—¡Cometiste un error al no ir antes! ¡Estabas completamente borracha!—Burló escuchando la risa de la chica.

—No debí hacerlo.—Comentó entre risas.

Este se volteó hacia ella, apoyando su balón en el suelo para mantener su equilibrio, la miró reirse por unos segundos antes de hablar nuevamente.—Ya te dije Lis, la gente siempre va a hablar, no dejes que eso te impida hacer cosas nuevas.

—¿Cuando tuviste tu primera fiesta?—Imitó su acción provocando que el balón se resbalara de su mano, llegando lentamente hacia la rubia, quien ahora miraba en su dirección.

Sonrió para luego contar sus divertidas anécdotas de lo que fue su llamada "primera borrachera".

Heartbeat »Lizkook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora