Jungkook 37

248 28 1
                                    

El castaño no podía conciliar el sueño, pues aquellos constantes momentos que tuvo en la piscina junto a la chica se repetían una y otra vez, en la última vuelta que dió suspiró cansado, tomando su teléfono para ver la hora.

3:20 am.

Nuevamente suspiró, esto le iba a costar caro al levantarse temprano para la escuela.

Se sentó bruscamente, pasando las manos por su rostro mientras negaba, se levantó para buscar un vaso de agua, realmente lo necesitaba, ¿Por qué se encontraba tan nervioso por eso?

Estaba seguro que sus amigas no harían nada para remendar aquel rumor que esparcieron, por lo que él debía tomar el control de la situación, al fin y al cabo, toda la culpa fue de él.

Reposó su cansado torso en la gran isla de cerámica que era parte de su cocina.

—Debería dormir.—Opinó para él, como si no fuera obvio.

"Luego de haber estado un rato en aquella piscina, en un silencio tranquilizador, el castaño le ofreció la habitación de invitados para que esta pudiera dormir tranquila, y así no tener que compartir espacio con aquel chico que le hacia hervir la sangre.

Sin embargo al pasar frente a la habitación de esta, observó la falda de su uniforme, que era la ropa con la que llegó, sin pensarlo la tomó, tal vez debería lavarlo.

En eso la puerta comienza a abrirse, justo en el momento perfecto para pedir el resto de su uniforme, al subir su alegre mirada quedó completamente estático, pues la chica no llevaba más que una toalla que cubría su cuerpo.

La rubia gritó cerrando la puerta, pero la dichosa falda quedó atrapada en ella.

—¡Solo venía a pedir tu uniforme para lavarlo!—Gritó dandole la espalda a la puerta.

—¡No hace falta!—Escuchó de vuelta.

—¡Pero ir con el uniforme sucio no es de rockstars!—Exclamó.

Luego de un corto silencio realmente incómodo por su comentario, la puerta rápidamente se abrió dejando caer sobre su cabeza las distintas piezas que conformaban al dichoso uniforme."

—¡El uniforme!—Despertó de la pequeña siesta en la que había caído.

Al llegar a la secadora, este efectivamente se había encogido, parecía la talla perfecta para una muñeca muy grande.

Dejó caer su cabeza hacía atrás, esto no podía estarle pasando. Sin pensarlo dos veces tomó las llaves de su auto y salió a esa alta hora de la madrugada a buscar una falda igual a la que acababa de estropear.

Definitivamente no encontraría una tienda de alta costura abierta a esa hora, pero si sabía quien podía tener una replica exacta de la vestimenta completa.

—Perdona que te despierte pero es una emergencia.—Decía en la lujosa puerta de aquella gran mansión.

—Supongo que ninguno de tus otros amigos tiene una hermana mayor que molestar.—Comentó entregándole un uniforme antiguo, igual al que dañó.—No preguntaré porqué lo necesitas, solo no me vuelvas a levantar a esta hora.—Comentó la chica.

—Gracias JiWoo ¡te debo una!—Con una sonrisa se despidió de lo que sería la casa de su buen amigo Jung Hoseok.

Luego de colocar el nuevo uniforme en la puerta donde dormía la rubia, finalmente pudo lanzarse en su cama y conciliar el sueño que tanto necesitaba.

De un momento a otro la campana que daba inicio a clases comenzó a sonar, dispersando a las pocas personas que presenciaban la escena de los recién llegados.

—¿Tae?—Escuchó a la rubia susurrar con un ligero tono de impresión.

—¡Hyung!Lis y yo solo estábamos discutiendo algo importante.—Contestó el rubio con un ligera sonrisa, aún sin soltar la muñeca de la nombrada.

—Ya la escuchaste.—Sin embargo el chico frente a él no se rendía por más intimidante que este intentara sonar.

Este suspiró intentando calmar la situación.—En serio Hyung, solo debo hablar algo con ella.

—¿Hablar sobre el rumor que creaste?—esto llamó la atención del castaño que iba llegando a toda velocidad al sitio con su uniforme algo desordenado, sin embargo su mirada se posó en la chica junto a Taehyung, chica a la cual no veía desde anoche.

Unos segundo después de llegar, aquellas personas comenzaron a dispersarse, dejando solo a Bambam en la entrada de la escuela, quien parecía estar maldiciendo en un tono muy bajo.

Calmadamente terminó de arreglar su uniforme para luego acercarse y tomar el hombro del dichoso rubio.

—¡hola!—Sonrió mientras el chico volteaba a su dirección.—Así que... ¿Rumor?—Señaló a los chicos que se retiraron hacía el edificio, haciendo referencia a la pequeña discusión que acababa de escuchar.

—¿Jeon?

Heartbeat »Lizkook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora