Lisa 32

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Vió a aquella rubia pasar rápido con su mirada fija en sus pies y a pesar de querer ignorarlo, su pareja quien venía en dirección contraria no pudo evitar señalarlo.

—¿Esa no era Lis?—Señaló el castaño mostrando preocupación en su rostro.

Esta poco a poco bajó su mano.—Eso no importa.—Sonrió.—¿Dónde estabas?—De puntillas alcanzó a darle un beso en la mejilla, que esperaba que lo distrajera de la situación.

—Acabo de verla discutir con YoonGi.—Comentó, cosa que hizo que la pelinegro entendiera la situación.

—¿Hablaste con él?—Preguntó haciendo que caminara lentamente a su lado, este negó.

—Dijo que quería hablarlo después; me pregunto que pasó entre ellos dos.—De un suspiro respondería sus dudas, pues no soportaría una mañana a su lado preguntando por la vida de la rubia.—Jisoo, creo que tampoco debimos intervenir a Lis de esa manera en el hospital.

—Primero, ella nunca debió ir a esa fiesta, en pocas palabras se lo buscó y segundo, YoonGi y ella fueron pareja en algún punto de su vida.—Soltó algo irritada por el repentino interés hacia la menor.

Al escuchar todo eso decidió seguir con su camino, su mejor decisión fue alejarse de aquel ambiente, yendo al árbol de cerezo con el que se había topado varías veces en el pasado, y tal vez esperando que el castaño estuviera ahí.

Al ver sus pies moverse al otro lado del hermoso árbol saltó junto a él con una sonrisa, sentándose frente a el chico, quien aun no apartaba la mirada de su libro, pero sin embargo notaba en su expresión una risa un poco vaga.

—¡Tae!¿Qué tal te pareció la fiesta?—Tenia curiosidad en saber su punto de vista de dicho evento, rezaba porque fuera divertido y así le levantaría un poco el ánimo.

—Ah...—Casi levantó su mirada pero se notó la manera en que se retractó de hacerlo.—No fui, no suelo ir a ese tipo de fiestas, no me gusta.—Pasó a su siguiente página.

Su respuesta le parecía un poco rara, pues en cierto modo recordaba haberlo visto entre tanta gente esa noche, aunque también era muy posible que lo confundiera con alguien más.

—¿Por qué no te gusta?

Suspiró.—Mucha gente, mucho ruido, demasiados pares de ojos juzgando, una gran cantidad de teléfonos con cámara...—Dando a entender su punto.

De hecho, no se equivocaba, su opinión al respecto le parecía muy válida, y hasta tal vez volvería a tomarla.

—En fin.—Cerró su libro y por primera vez la vió.—BamBam me buscó temprano ¿Sabes lo que me dijo?—Esta negó curiosa.—Solo diré que me pidió, de manera no muy cortés...—Susurró esta última parte con la misma expresión de temprano.—...Que me "apartara" de ti.—Simuló las comillas, terminado así su anécdota con un encogimiento de hombros. Una vez más sin dejarla hablar intervino.—Lis, aveces las parejas son muy tóxicas, deberías revisar eso.

—¡No somos pareja!—Se defendió, no veía a su mejor amigo de esa manera y nunca lo vería así.—Yo... hablaré con él.—Le parecía extraña esa petición del rubio pues la mayoría del tiempo buscaba emparejarla con alguien.

Este se levantó despertándola de sus pensamientos y comenzó a caminar hacia su clase.—Solo digo que deberías tener cuidado.

En todo el tiempo que llevaba cenando con su mejor amigo frente a ella no lograba quitarle la mirada de encima, intentaba descifrar como funcionaba su mente.

Por su parte el silencio comenzaba a ser muy incómodo, como deseaba que su madre no se hubiera ido a Tailandia y estuviera en la tercera silla vacía, aportando temas de conversación innecesarios para este tipo de momentos.

—Me costó prepararlo, se te va enfriar.—Dijo el chico con su rostro casi dentro de su plato.

Esta con su mirada hipnotizada comenzó a negar.—Es cereal con leche, DabDab, ya viene frío.

—Te dije que dejaras de usar ese apodo.—Se quejó cual niño pequeño.—Mejor llámame el amor de tu vida.—Ambos rieron ante su intento de piropo espontáneo, pero el intercambio de palabras que tubo con Tae más temprano la dejó pensando.

Ella no sentía nada por él, pero tal vez Bambam si sentía algo por ella, de ahí su extraña petición.

Antes de poder preguntar sobre eso, el rubio comenzó a hablar primero.

—no sabía que eras tan conocida, la mayoría de la gente hablaba de tu grupo toda la fiesta.—Sonrió ante su comentario.—Hasta que este nene robó toda la atención. No tienes idea de cuantas chicas se acercaron a mi gracias a ti.—La miró coqueto.—Aunque se sintió feo que ninguna eras tu.—Rodó sus ojos.

Estaba muy acostumbrada a la forma de ser de Bambam, con sus extraños piropos de la nada y comentarios inapropiados, sabía que no eran más que pequeñas bromas, pero la voz de Tae seguía en su mente, por lo que no podía seguir tomándose esos pequeños piropos como un chiste.

"¿La tutora dónde está? ¿Todo bien, gracias?No entiendo" JeonJungkook. 7:40 Pm.

"¿¡Quién deja plantado a quién?!"
JeonJungkook. 7:40 Pm.

Aquellos mensajes le causaron gracia y aquellos grandes ojos sorprendidos de su compañero clavados sobre ella le causaron terror.

—¿Quién te escribió?—Sonó algo serio, se mantuvieron la vista mutuamente por varios minutos en el que el celular seguía vibrando sobre la mesa, finalmente este se abalanza a tomarlo, y al notarlo lo agarró primero casi cayendo de su silla.—Lis.—Llamó queriendo conocer al redactor.

—¿Qué?—Preguntó como si no fuera obvia la situación. Este se movió rápidamente terminando así encima de la mesa, por reflejo la rubia extendió su mano hacía atrás impidiendo que lo tomara.

Se quedaron estáticos por otros minutos.

—Lis.— Reiteró más pausadamente. ¿Cuál era el repentino desespero por ver aquel mensaje? Este intentó moverse hacia adelante, pero la chica lo imitó.

En lo que el teléfono comenzó a sonar, contestó saliendo disparada de su silla hacia la puerta, escuchando como a su atrás se caía el chico junto con algunos objetos de la mesa.

—¡Lis!—Enervó.

Heartbeat »Lizkook«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora