Tal vez después. Si, tal vez

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Cuando por fin se despertó, no fue por otra causa más que la de alguien que entraba en el pequeño cuarto de descanso. Se desperezo y miro preocupada a la persona frente a ella.

- ¿Qué hora es? – pregunto mientras se frotaba los ojos

- Descuida son las 5 de la mañana doctora – respondió la enfermera que Sandra reconoció inmediatamente como Dulce

- ¿no ha llegado nada?

- Después del chico que reviso hace 1 hora... no nada

- Creo que tengo que levantarme para dar una ronda – mientras se levantaba quitaba el brazo que hasta ese momento había tenido alrededor de la cintura – amor... despierta

Mientras susurraba vio al hombre acostado junto a ella. Lo conocía a la perfección aquel rostro, cada expresión, cada pequeña arruga, cada lunar. Lo conocía todo y aun así no podía dejar de mirarlo mientras dormía. El sueño lo hacía verse unos años más joven. Levanto la mano y la acerco al rostro del hombre, que respondió al toque con una sonrisa.

- Tienes que hacer una ronda ¿verdad?

- Si – la chica se inclinó para besarlo en los labios – perdón, y bueno días

- Serian mejores si te quedaras aquí conmigo – dijo el hombre sonriendo y besando la frente de Sandra

- Doctora no se preocupe se puede quedar un poco más el residente de primer año y el interno están cuidando – comento la enfermera mientras les sonreía

- Eso es lo que me preocupa que solo estén esos dos – Sandra ya estaba colocándose de nuevo la bata

- Déjala Dulce ella no se quedara más. Aunque se lo suplique – dijo Rodrigo mientras frotaba sus ojos

- Bueno tiene suerte de tener a una esposa tan responsable – comento la enfermera

- Si – suspiro mientras se sentaba en la pequeña cama – algunas veces odio que sea tan responsable

- ¿Se quedó aquí toda la noche? – pregunto la enfermera muy interesada en la joven pareja

- Si, el plan inicial era traerle la cena, pero ya que no estaba bañada en sangre y salvando gente me quede

- Tengo que ir a ver que hacen – Sandra estaba haciéndose una coleta improvisada

- Si, ve, yo me quedare aquí un momento más y después me iré

- Avísame cuando te vayas

- Claro

Sandra salió del cuarto de descanso medico mientras aun acomodaba su larga cabellera, le agradaba saber que su cabello simplemente se acomodaba como era debido con unos cuantos movimientos. Camino por el pasillo y en su pequeño camino encontró a su médico interno dormido en una camilla. No quería despertarlo, pero tenía que enseñarle que siempre debía estar preparado, se acercó a él y lo movió delicadamente por el hombro.

- ¿Que sucede? – pregunto el chico totalmente adormilado

- Reporte de la situación doctor – respondió ella mientras comenzaba la marcha

- ¿Que.... – el chico abrió los ojos y al verla caminado hacia la sala apresuro el paso

- No hay mucha novedad ¿cierto?

- No, solamente tuvimos dos consultas mas

- ¿De qué?

- Un resfriado común y otra paciente con una herida en la cabeza secundaria a objeto punzocortante

La travesía de nuestro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora