Las facetas de ella

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Dorian

Ella no dijo nada solamente la miro levantando la ceja. Ahí  estaba de nuevo una cara más. Esa mirada escéptica, con el ceño ligeramente fruncido y las comisuras de los labios dirigidos hacia abajo. Un gesto tan nuevo. Una faceta suya tan desconocida. Aquel rostro como todos los demás le encantaba. Sin embargo sabía que la situación en la que estaba no podía permitirse la desconfianza o el rechazo así que rápidamente intento explicarse mejor.

-           mis sobrinos se quedan a veces aquí así que tengo unas literas y a pesar de que eres algo pequeña créeme no cabes en esas pequeñas cosas. Solo tenemos dos opciones: mi habitación y el sofá y  soy un caballero así que te toca la cama a mí el sofá

-          Está bien – lo miro un momento. estaba sonriendo pero ahora podía leer su rostro un poco mejor y descubrió que estaba agotada, suspiro y le preguntó – ¿crees que podría... descansar? fueron demasiadas emociones el día de hoy

-          Oh, si claro vamos

Se levantó rápidamente y guio a Sandra a su habitación. 

Ya en la habitación echo una mirada a su alrededor. Se alegró de ser un hombre ordenado. Pero en esta ocasión un pequeño desorden se observaba en todo el lugar, con ropa mojaba y cajones abiertos, entro en la habitación y recogió rápidamente todo.

-           Lo siento, olvide recoger eso – se disculpó mientras tiraba todo en el cesto de ropa de la esquina de la habitación.

-          Descuida 

Cuando termino de cerrar los cajones, volvió la mirada hacia Sandra, ella aún estaba en el umbral de la habitación. Renuente, desconfiada, temerosa. Lo sabía, haberla traído a su departamento no había sido la mejor opción, pero lo había hecho en un momento de impulso. Sabía que ella estaba aterrada, pero no había marcha atrás. Era momento de seguir y descubrir si aquello tenía futuro.

Miro a Sandra y ella lo miro a él, y permanecieron en silencio. Dejando que sobre ellos se comenzara a crear una densa nube de incertidumbre.

-          Adelante entra – le hizo un ademan para entrar, ella lo hizo con recelo y cautela, de un modo un tanto cómico miro a todos lados y después de unos segundos se sentó en la cama – bueno.... Yo....

Que podía decirle, nunca le pasaba eso con otras chicas, pero con ella, simplemente no podía. Recordó las palabras de Diana "mantente alejado". Toco su nuca e intento calmarse. Había presionado mucho ese día. Debía dejarla, debía alejarse. Dio un paso atrás y comenzó a buscar un buen modo de despedirse.  

-          Será mejor que....   

-          Puedesquedarteconmigomientrasduermo

Pregunto Sandra dejando que las palabras salieran a borbotones de sus labios, Dorian que estaba dando un paso hacia la salida se detuvo en seco al escuchar aquello, volvió rápidamente la mirada y solo pudo ver a Sandra con la cabeza gacha y el rostro totalmente rojo

-           es solo... yo.... – trato de justificar lo que acababa de decir

Era tímida e insegura de si misma. Lo intuía, a pesar de que en sus encuentro parecía tan segura y decidida, pese a ser una mujer segura y confiada en su profesión, en su vida personal era totalmente diferente. Debajo de todo eso estaba esta chica, tímida, indecisa, y temerosa. Sin poder evitarlo sonrió. Le fascinaba, todas y cada una de estas facetas lo enloquecía, unas más que otras.

Con pasos lentos se acerco a ella y sonrió. 

-          Me quedare

Sandra levanto la mirada, estaba sorprendida, ¿cómo era posible?, no le había mostrado ya que estaba dispuesto a hacer lo que ella le pidiera. Miro la habitación y camino hacia el sofá que tenía del otro lado, lo movió y se colocó al lado de Sandra, ella lo miro un instante y desvió la mirada. 

La travesía de nuestro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora