La primera promesa

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Dorian

Después de un agradable desayuno, Sandra le pidió a Dorian que la llevara de vuelta a su casa. Con renuencia Dorian acepto.

 Salieron del departamento y subieron al auto tomados de la mano.

 Desde que había despertado y visto a Sandra a su lado sonriendo sintió que todo estaría bien, y así había sido, durante el viaje de regreso conversaron, rieron e incluso cantaron con la música de la radio. Y finalmente cuando llegaron al edificio de Sandra volvieron a tomarse de las manos y caminaron juntos hasta el apartamento de ella. Ya frente al departamento fue Sandra quien inicio la despedida.

- Creo que es momento de despedirnos

- Si, lo es – comento Dorian mientras sus manos permanecieron entrelazadas

- ¿Qué pasa? – Le pregunto desconcertada Sandra

- No se si quiero dejarte ir – confeso él

- ¿Por qué?

- Y ¿si aún no despierto? y ¿si todo esto ha sido un sueño? - confeso sintiéndose estúpido por decir aquello

- Hablas como una adolescente enamorada – dijo Sandra mientras reía

- Adolescente no – acaricio el rostro de Sandra y acaricio su pelo - Enamorado si

- ¿Tanto me quieres? – pregunto la chica mientras recorría el contorno del rostro de Dorian con sus dedos

- No te imaginas cuanto

- Gracias - dijo acariciando su mano 

- ¿Por qué?

- Por la cita más hermosa de todas

- Bueno fue mejor que la primera

- ¿La playa? – comenzó Sandra pero Dorian negó con la cabeza

- No... hubo otra

- ¿antes de esa? – Dorian asintió con la cabeza y Sandra volvió a Preguntar - ¿cuándo?

- No importa – acaricio su rostro - Adiós

- No – dijo Sandra sonriendo – hasta más tarde

Aquellas tres palabras eran una promesa, de volverse a ver y de seguir juntos. Sonrió

- Hasta más tarde

La beso, y entonces comprendió a que se referían cuando decía que los besos podían volverse adictivos, la quería besar una y otra vez. Todo el día, todos los días, desde el primer beso, desde el primer momento, quería ser él y por fin lo había logrado. Libero sus manos, le sonrió de nuevo y lentamente se alejó de ella. Cuando llego hasta el elevador volvió la mirada y la vio recargada sobre la puerta con una enorme sonrisa y agitando la mano.

Sin poderlo evitar el tiempo corrió marcha atrás.

Al primer encuentro, a la primera cita y a la primera sonrisa.

 Al momento en el que se enamoró.



- Dorian – su padre lo despertó de forma abrupta – despierta

- ¿Qué pasa? – pregunto aun medio dormido

- Tenemos que ir al hospital – le respondió su padre mientras le agitaba los hombros

- ¿Otra vez? – pregunto mientras permanecía con los ojos cerrados

La travesía de nuestro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora