La travesía de nuestro amor

Parte 1: EL USURPADOR DE CUERPOS

La historia de Jonathan

Encuentro

Y todo comenzó en una habitación, con una chico mirando los anuncios de ocasión, ocupando una habitación que no era la suya, ¿Cómo era que había terminado ahí?, bueno si tuviera que buscar a algún culpable, culparía a su padre.

Si, su padre tenía la culpa de donde estaba en ese momento.

Él, un chico de 28 años originario de un pequeño poblado al norte del país, con años de residir en la capital, había abandonado su casa en aquel poblado y había venido a la capital para convertirse en un profesionista.

Las cosas no habían sido fáciles, lejos de casa debía de encontrar un lugar seguro y barato para vivir, sus padres no conocían a nadie, no tenían contactos, no sabían en quien confiar y en quien no, pero por suerte para él en este mundo siempre existen personas amables.

Conocieron a una mujer mayor que vivía cerca de la nueva escuela de Jonathan; hablaron por casualidad y descubrieron que ella venia del mismo alejado lugar que ellos, conversaron  de lugares y gente del pasado y al final se acordó que Jonathan viviera con ella. Una casa tan grande era demasiado para una mujer mayor.

Y así pasaron los años, conviviendo con una mujer mayor, aprendiendo a ser responsable, disfrutando de los diversos placeres de la vida. Los años de preparatoria fueron como muchos otros, amigos, escuela, ninguna chica, rápidamente se fueron y le siguieron los años de universidad, las letras y los libros que ya eran una pasión del joven lo llevaron a estudiar literatura, las cosas iban bien, la vida parecía sonreírle y de pronto sin más todo cambio.

Por causa de un hombre, pero sobre todo por causa de una mujer

Es increíble ver como el mundo siempre se destruye a causa de una mujer, y la historia de este joven no podía ser la excepción, aunque claro nunca hubiera pensado que su mundo cambiaría por una anciana de 70 años.

Si, una mujer de 70 años que desde muchos años antes de su llegada había estado sola le confesó una noche  que había encontrado el amor. Un hombre de su misma edad. Se conocieron congeniaron y ya que el tiempo esta contado a esa edad habían decidido casarse, mudarse a la costa y vivir juntos mientras la vida se lo permitiera

Jonathan la felicito y pregunto entusiasmado cuando seria la ceremonia de boda para ayudarle en lo que fuera necesario. Su sorpresa fue mayúscula cuando la mujer le conto que esa misma mañana se había realizado la boda y que en dos días se marcharía de esa ciudad, pues ya habían vendido la casa a alguien que planeaba ocuparla en el menor tiempo posible

Jonathan se quedó helado, al parecer el amor le había obnubilado el pensamiento a su casera y se había olvidado por completo de él. Comenzó a buscar un lugar para vivir, en aquella cuidad, no debería ser tan difícil, deberían de existir muchos lugares en venta de buen precio y cercanos a su trabajo, pero lo único que descubrió fue que estaba totalmente equivocado.

¿Casa? ¿Departamento? ¿Habitación? ¿Meses de depósito? ¿Todos los servicios? Comenzó a ver todas estas cuestiones y se dio cuentas de lo afortunado que había sido hasta ahora, desgraciadamente su suerte se había terminado en el momento en que ese hombre había aparecido.

Sin poder hacer nada más, cuándo el día acordado llego se despidió de su casera y de su amable esposo; un hombre sonriente y de palabras ligeras que aun cuando lo deseo no pudo odiar. Y sin más con todas sus pertenencias bajo el brazo se quedó sin hogar, ocupando el sofá de su amigo de la universidad.

- Puedes quedarte el tiempo que necesites, por mí no hay problema

Fueron las palabras de Cesar quien era su amigo desde la preparatoria, la universidad y aun después.