En todas partes, siempre ella.

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Su rostro en diferentes ángulos y filtros. Ella llorando, sonriendo, con maquillaje, al natural, con el pelo largo y corto. Ella en todos lados.

- ¿Qué es esto? – dijo casi sin aliento

- Eres tu – el tono de voz parecía cauteloso

- Pero... ¿Por qué?

Esa era solamente la primera de muchas preguntas ¿cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?. No entendía nada en lo absoluto

- Ya nos conocíamos. Desde hace mucho, mucho tiempo

- ¿Qué? – pregunto desconcertada

- Te parece si vemos la exposición y después hablamos

- Yo... - estaba completamente aturdida

- Ven – dijo mientras tomaba su mano y la guiaba por el cuarto

- Esto es ...

Cuando caminaba por las fotos no podía creerlo, cuando llego a donde estaba el comienzo de esa explosión se encontró con una versión de ella misma con el cabello largo, una sonrisa, menos años y una bata. Trato de pensar que época era aquella y la reconoció como la época en la que era solamente una interna, tal vez antes incluso de conocer a Rodrigo, de pronto miro a Dorian en busca de respuesta.

Tenía la mirada fija en la fotografía, con una sonrisa

- Esta fue la primera

- Esto es...

- Esa fue la primera vez que te vi, en el hospital. – se acercó y toco la foto - Ibas y venias, sonreías a tus pacientes, a sus familiares, a mi

Volvió la mirada hacia ella y Sandra encontró ternura y agradecimiento en sus ojos.

- ¿A ti?

- Mi hermana tenía problemas de corazón, algunas veces por su situación terminábamos en Urgencias. Quizás un poco más seguido de lo que nosotros quisiéramos. Un día te vi, de aquí para allá, viendo pacientes, pasando visita, aquel día llevaba mi cámara, te mire, hablamos y quise fotografiarte – se alejó de la foto – como ves no es de las mejores, aún era un amateur en ese entonces, está un poco movida pero no podía dejar de incluirla

Esta situación le pareció totalmente descabellada y un tanto espeluznante. El hecho de ver aquellas fotografías en este momento le resultaba sumamente un detalle encantador, camino un poco más y vio una fotografía de ella sentada en el suelo, con los ojos cerradas y con su uniforme quirúrgico, podía reconocerlo como el que usaba en el hospital, él siguió su mirada y vio la misma foto, sonrío y dijo.

- Volvimos al hospital una noche yo acompañaba a mi hermana, y de pronto apareciste ahí, estabas platicando con una chica. Sonreíste y después te quedaste dormida, así sin más, lo siento no puede evitarlo y te fotografíe

- No me di cuenta - fue lo único que pudo decir

- Después de eso dejamos de ir al hospital, mi hermana se sentía mejor, parecía que mejoraría, pero no fue así, cuando regresamos ahí estabas nuevamente, pero estabas incluso más bella que antes, radiante, feliz... perfecta

De pronto señaló otra fotografía, y de nuevo estaba ella. Ahora al lado de una paciente anciana, empujando su silla de ruedas, sonriendo y parecía que conversando alegremente, ella recordaba a esa paciente, ella le preguntó porque estaba tan sonriente y ella respondió en ese instante que saldría con su nuevo novio, ella le sonrió y la felicito, por parecer tan feliz.

- Parece que siempre estabas en el hospital - fue lo único que se le ocurrió decir

- No... no siempre, aun cuando no estaba ahí, incluso cuando nos mudamos – señalo fotos de lugares que Sandra no reconocía – a pesar de eso – continuaron caminando hasta la siguiente foto - tú me perseguías.

Señaló una nueva fotografía, y esta vez no era de frente. En esta ocasión simplemente se aprecia la espalda de una pareja sentada en la banca de algún parque mirando el atardecer, ella recostando la cabeza en el hombro de un hombre. La imagen era perfecta, la luz, los colores, ella sola era perfecta y por eso la imagen plasmada en ella lo era.

- Te vi en el parque, sonriendo y de la mano de un hombre, había pasado casi un año desde nuestro último encuentro y de pronto ahí estabas, radiantes como siempre y aun mas. Supe quién era el causante de aquella felicidad, aquel hombre que te tomaba el brazo, aquel que con solo mirarte parecía conocer todos tus pensamientos. Tuve celos de no poder ser él y por otro lado estaba feliz de que hubiera alguien capaz de hacerte feliz en ese instante. Estaba dispuesto a dejarte en mi mente como un hermoso recuerdo de un amor jamás confesado y nunca correspondido, y sin embargo, volviste a aparecer.

Caminaron mirando fotos de paisajes, lugares diferentes y hermosos. De pronto ella miró una foto que reconoció al instante. La hora, la fecha, el lugar todo estaban plasmados en su Alma a fuego para siempre.

En la fotografía en está ocasión no se encontraba solamente ella. Esta vez se encontraban dos personas separadas por un pequeño pasillo que en su momento pareció tal inmenso y largo que sus pies no podrían llegar a recorrer por completo y que al dar el primer pasó pareció tan pequeño, que fue fácil. En aquel momento fue fácil desear simplemente extender la mano y tomar el brazo de aquel que la esperaba en el otro extremo.

Ahí estaba ella, con un vestido blanco y tomada del brazo de su padre, algunos invitados y del otro lado un hombre mirándola a ella y a nadie más, cubriendo su rostro con una mano y extendiendo al frente la otra para tomar la mano de la que en unos instantes más seria su esposa.

- Tú fuiste... - se acercó a la foto y deslizo los delos por la mano de Rodrigo

- Para pagar mis clases y mi material fotográfico solía asistir a bodas y diversos eventos - se encogió de hombros - imagina mi sorpresa al verte ahí, vestida de blanco y radiante

Se acercó hacia el extremo donde estaba la silueta de Rodrigo

- "Es la mejor, mujer. Es la única que podrá apoderarse de mi corazón, quiero que siempre sonría como hasta ahora, prometo que lo haré"

Ella lo miró un instante, conocía esas palabras, eran las mismas que Rodrigo había dicho en el brindis el día de la boda.

- Parecía nervioso así que me acerqué a él, y eso fue lo que me confesó. Imagina mi alegría al saber que alguien así te amaba, no pude decirle nada, simplemente sonreí y le pedí "por favor hazla feliz".

Sandra camino hacia otra fotografía, y esta vez le sorprendió no ver un rostro o un paisaje, en esta ocasión estaba una pequeña nota, sostenida por un brazo tatuado con una fecha.

Con su fecha.

17 de julio.

La nota rezaba:

Para mantenerse sano recuerde:

Ame, ría, llore, sonría y haga todo lo que este corazón ha hecho con gran pasión durante su corto tiempo. No permitas que en el entre el odio, la tristeza o el rencor, su antiguo dueño nunca lo permitió. Sonríe porque mañana volverás a vivir plenamente, por ti y por el gran corazón de un gran ser.

Sandra no pudo evitar que un nudo se formara en su garganta. Esa letra era tan familiar para ella, la había vista un sin fin de veces en notas médicas, en recetas.

Carlos.

Su mentor había escrito eso. Ella no lo sabía, pero había encomendado el legado de su esposo en esta pequeña nota.

De pronto comprendiendo lo que eso significaba, lo miro un momento

- tú...

- mi hermana... es la dueña del corazón de tu esposo

La travesía de nuestro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora