Alegría posa con suavidad la mano contra la pequeña y delicada espalda del pequeño cuerpo que descansa sobre el gran pecho de su compañero; Gabriel sonríe bobamente con la mirada centrada en el techo, mientras que con su diestra sostiene la siniestra de ella. Se encuentran en la habitación, sólo ellos tres, escuchando de fondo la canción que ella le dedico a él.
— Take my hand —canta en susurro, usando las yemas de sus dedos para poder recorrer con un ligero toque la espalda de Ángel, quien sonríe estando dormido. Gabriel ríe, su pecho produciendo un ritmo agradable para el natural arrullo de su hijo —. Take my whole life too— observa atenta las facciones de su hijo, quiere grabárselas a fuego en el alma, pues es consciente que crecerá rápido y cuando menos se lo espere, su lindo ángel sería un valiente y fuerte Voraz—. For I can't help falling in love with you.
— Amo como cantas —dice Gabriel, dándole un ligero apretón a su mano.
— Lo sé, solo por eso lo hago.
— ¿En verdad?
— ¿Qué no es obvio? —le voltea a ver irritada, él sonríe ampliamente y eso, como otras tantas veces, logra calmarla y hacerla enamorarse más profundamente de él. — Te amo tanto.
— Lo sé, por eso siempre te molesto —ella niega divertida, inclina su cuerpo y deposita un suave beso en los labios de Gabriel, acción que hace al hombre suspirar soñador —. Tramposa.
— Sí, un poco —arruga la nariz burlona, se endereza y se recuesta al lado de Gabriel, manteniendo su mano sobre la espalda de Ángel—. Ahora dime, ¿cómo estuvo tu día? —su compañero suspira, la ve por unos minutos antes de desviar la mirada va un punto sin importancia. — ¿Gabriel?
— Calista ha perdido el olfato, puede que permanentemente.
La noticia le hace abrir sorprendida y herida a la vez, puede que ella no haya recibido ningún golpe o haya perdido algo o alguien, pero el pensar que la pequeña Calista no podrá volver a oler las flores o percibir la lluvia antes que las gotas caigan, le parte el corazón, pues si no podrá olfatear las pequeñas cosas, menos el aroma de quien le robe el aliento.
Sonara algo poca cosa, pero para los voraces el aroma de la pareja ayudaba más de lo que uno se podría imaginar, ya que calmaba las ansias, liberaba el estrés e incluso, el oler a Gabriel la ayudo muchas veces para calmar el dolor de cabeza.
Baja la mirada, fijándola en el pequeño ángel que descansa sobre el pecho de su compañero, no quiere pensar qué sería de ella, si no pudiera percibir el suave aroma.
— ¿No hay forma de que pueda recuperarlo? —Gabriel niega con la cabeza. Haciendo que la esperanza en ella, explote y quede hecha pedazos. — ¿Seguro?
— Sí.
— Pobre pequeña —suelta un suspiro.
— Estará bien; la cuidaremos entre todos y, bueno, tal vez Nuria y Lluvia descubran algo con todos sus estudios —Bien, Gabriel acaba de unir los pedazos de la esperanza —. Debo decirte esto a ti, eres la única que sabe toda mi vida.
— Gracias por la confianza.
— No sé qué haría sin ti o dónde estaría, pero tengo en claro que el agradecido debo de ser yo —ella sonríe, deposita un beso en el hombro de él —. ¿Recuerdas que te conté que posiblemente el padre de mis sobrinas sea Manolo?
— Sí.
— Bueno, ellas son muy inteligentes, demasiado, un poco distraídas a la hora de relacionarse con los demás, pero tienen un cerebro bastante impresionante. Sus calificaciones van en aumento y con solo leer dos veces un libro, la información de este se les queda graba de una manera que no he visto en nadie más.
ESTÁS LEYENDO
Gabriel (Ultimo Fanfic Nuevas Especies #16)
FanfictionSeguro lo conoces, has estado junto a él en muchas ocasiones y le has visto ser fuerte, liderar un grupo de ataque, luchar por su familia y por lo que creyó justo, le viste llorar por su hermano, su hija y su compañera, le viste luchar hasta que su...