Gabriel (Ultimo Fanfic Nuevas Especies #16)

42 2/2

*nota de la autora: toma un respiro, prepárate un café o un chocolate caliente y ten tus pañuelos (o papel de baño) a la mano. Escucha la canción cuando termines el capítulo. Recuerden que las amo ♥*

Kuzimu mira con atención a Fire, quien solamente se encuentra jugando con sus hermanos pequeños y el hijo de Disturbio, el cual ha recibido el nombre de Rayan. El felino mayor a pesar de estar "peleando" contra los menores, controla su fuerza para no lastimarles y eso le agrada, porque al igual que en el centro médico demuestra lo consciente que es de los demás.

También lo hizo en el comedor, cuando decidió darle el último jugo a una hembra y compartir con ella la mejor rebanada de pan. No es que se haya puesto a seguir al felino... Bien, sí lo hizo, pero ni idea del porqué.

No va ignorar que el hecho de verle lucir bien a pesar de toda la bomba que Gabriel le ha enseñado le es impresionante, tampoco que parece ser alguien muy social. Agradable.

Atractivo.

Sí, posiblemente sea eso. Fire es... ardiente.

Gruñe ante el pensamiento, baja de la azotea de donde estaba y se pone a hacer la tarea que le han encargado, una de tantas. Ir y venir se le ha dado muy bien, demasiado, no duda que Justice sepa algo, pero al verle tan cerca de Gabriel le ha dejado pasar largas. Mejor para él.

Olfatea el aire, buscando el aroma de Roman y al encontrarlo, se encamina a la cabaña de donde el olor surge. Mira distante a una fémina observar la casa, la mira como si estuviera a punto de llorar y eso es más que suficiente para que él se aleje; le gusta el chisme, sí, pero detesta ver llorar a las personas.

Es por eso que se la pasa con Gabriel, es el único que apesta a tristeza, pero que no derrama una sola lagrima cuando está alguien frente suyo. Tal vez lo haga, pero es tan extraño, pues en vez de oler amargo, un dulce aroma le cubre.

¿Es eso liberarse?

Quiere aprender eso, el poder unir su corazón con su boca y decir lo que siente, no lo que su enferma mente interpreta o su sucio cuerpo recuerda. Necesita decir que sus latidos se vuelven dolorosos cuando ve a Iona cada vez más perdido en los recuerdos y memorias, también que el aire fresco y la música resonando con fuerza le hace sentir increíble

— Hey, ¿qué diablos pasa contigo? —la pregunta le hace mirar con asombro a Fire, quien se ve rodeado de críos.

— ¿Por qué o qué?

— Estabas gruñendo o algo así —da un paso enfrente de los niños, su pose protectora le hace contener un suspiro. Quiere ser protegido así—, incluso mostraste colmillo.

— Ah... pensaba en un filete. Lo normal—baja la mirada a los chicos, los cuales le miran atentos y de la nada, se aferran al pantalón del joven Voraz, para luego gruñirle.

— Oigan, eso no —regaña Fire con un tono de voz dulce y tranquilo, Kuzimu se pregunta por qué el felino no le puede hablar de esa forma—. Él es... bueno, un conocido.

— Yo no le conozco.

— Apesta.

— ¿Quién se supone que es?

— Es quien ayudó a Greco —aclara Fire, sonriendo a los niños— y varios de aquí.

— Viene hoy —anuncia, llamando la atención de Fire y de los críos—. La mujer rellena lo trae estos días para que este con sus abuelos y tíos.

— ¿Lo tienes vigilado acaso?

— Por supuesto que no, vigilo a todos... de buena forma, no de la mala. No es que existiera una mala, ni siquiera sé cómo sería una mala, pero estoy seguro que...